15N, la Guerra No Convencional contra Cuba

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Se entiende como Guerra No Convencional (GNC) la injerencia en un país con intencionalidad política de dominación sin usar ejércitos de invasión y la tecnología bélica. Término acuñado en 1950 que forma parte del cuerpo doctrinal de las FF.AA. estadounidenses desde la II Guerra Mundial, tiene su manual de estilo en el libro de Gene Sharp: Como librar la lucha no violenta«. Básicamente es una penetración física, política, económica y cultural de un país hegemónico en otro en desiguales condiciones con la finalidad de someterlo y apropiarse de sus bienes comunes. Erigida no solo como forma principal de agresión, sino como una herramienta estratégica más de la política exterior norteamericana.

Un ejemplo palpable es la marcha anunciada del 15 de noviembre en Cuba, no es una acción aislada, está buscando la confrontación con las Fuerzas Armadas y el Minint (Ministerio del Interior de la República de Cuba) para socavar la Revolución Cubana.

Actores

En septiembre de 2019 en Madrid, (Av. del Valle 34) la Saint Louis University – Campus Madrid, universidad privada católica jesuita auspició un taller sobre el papel de las Fuerzas Armadas en un proceso de transición en Cuba, detrás del cual estaba la omnipresente National Endowment for Democracy, NED (Fundación Nacional para la Democracia) organización presente en todos los conflictos  latinoamericanos con la promoción de la democracia liberal y de derrocamiento de gobiernos de izquierda contrarios a la hegemonía estadounidense en el continente norteamericano, ya entre los años 1990 y 1992 la NED donó un cuarto de millón de dólares a la Fundación Nacional Cubano-Americana (CANF), un grupo que se opone férreamente al gobierno cubano.

Asistió Richard Youngs, experto del Carnegie Endowment for International Peace (Fondo Carnegie para la Paz Internacional), think tank global con sede en Washington, Youngs ofreció una conferencia sobre las nuevas formas de activismo cívico, filosofía que busca la instauración de un capitalismo fundamentalista y privatizador, aprovechando las insatisfacciones de la población, sus huellas están aún en países como Venezuela, Nicaragua y Bolivia.

[…] «Think tank«: centro o institución dedicada a la investigación que ofrece consejos e ideas sobre asuntos de política, comercio e intereses militares donde trabajan teóricos e intelectuales multidisciplinarios, académicos universitarios que elaboran análisis y recomendaciones, fundaciones no comerciales con status legal de institución privada especialmente articuladas por EEUU para su infiltración en el caso concreto de Latinoamérica junto a las Ongs de la USAID.

El encuentro reunió a activistas cubanos con políticos y académicos de España, Argentina, EEUU y Chile. Asistió Felipe González que inauguró el taller Diálogos sobre Cuba”, un evento de dos días centrado en examinar el papel desestabilizador que las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) podrían desempeñar en el futuro político de la isla, organizado por Laura Tedesco, (Decana Asociada de Humanidades y Ciencias Sociales de la universidad anfitriona); Rut Diamint (Univ. Torcuato Di Tella, Buenos Aires), investigadora en el “Program Creating Communities in the Americas” coordinado por el Woodrow Wilson Center for International Scholars, con sede en Washington DC y en el National Democratic Institute; Marcos Robledo (exsecretario de Defensa de Chile); el citado Richard Youngs (Carnegie Endowment for International Peace), Rafael Martínez (Universidad de Barcelona) y los activistas cubanos: el dramaturgo Yunior García Aguilera; Manuel Cuesta Morúa (Plataforma Otro 18 de Cuba) quien desde 2014 trabaja al servicio de la NED, y orquestó los planes provocadores contra las Cumbres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, en La Habana, y de Las Américas, en Panamá, en 2015.

No fue la primera participación de Yunior García en encuentros de este calibre como operador político, pues antes, en 2018, estuvo en Argentina, en un evento organizado por Univ. Torcuato Di Tella de Buenos Aires para el proyecto Tiempo de Cambios en Cuba, organizado a cargo de Rut Diamint, Laura Tedesco y Paula Otero donde se debatió el nuevo rol de las Fuerzas Armadas de Cuba en un hipotético proceso de transición. Por ejemplo, dar continuidad al estudio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) para transmitir a los activistas posibles escenarios y supuestos aliados a futuro, así como cooperar con actores cubanos, a fin de vincularse con miembros y exmiembros de las FAR abiertos a los procesos de cambio.

Se repiten las fórmulas

La actuación de Yunior García  durante los actos del 11 de julio frente al Instituto Cubano de Radio y Televisión marca un antecedente que alerta sobre lo que podría suceder en la marcha del 15N, demostró que sigue al pie de la letra los manuales de Guerra No Convencional, aplicados en países como Venezuela, la antigua Yugoslavia y Nicaragua.

Todo porque los medios de comunicación resultan ser la clave para socavar la confianza en el Gobierno y los logros de la Revolución, fortalecer la moral de los insurgentes y ganar simpatizantes. Otro de los aspectos del golpe blando es la afiliación y el activismo de figuras de la cultura para generar procesos desestabilizadores. Por eso, el dramaturgo Yunior García se ajusta perfectamente al papel de promotor para la provocadora marcha del 15 de noviembre. Una estrategia vieja que  intenta reeditar un suceso de hace tres décadas, cuando el teatrólogo Václav Havel, defensor de los propósitos hegemónicos de la administración de EEUU, se dirigió a la ciudadanía en Praga, capital de la entonces Checoslovaquia.

La evidencia está también cuando en la noche del 26 de noviembre del año pasado, previo a su presencia frente al Ministerio de Cultura, Yunior publicó en su muro de Facebook la interrogante «Cuba, ¿y qué hacemos ahora?», muy parecida a la afirmación de Havel: «Algo hay que hacer», durante las protestas de Praga. Fue aquel 27 de noviembre cuando Yunior apareció como «agente de cambio«, un rol ensayado por EEUU en las revoluciones de colores, estrategias de intervención silenciosa del imperialismo norteamericano para derrocar a gobiernos que no comparten su visión hegemónica, se busca es provocar el caos, la desobediencia de la sociedad, el desorden civil para que organizaciones internacionales apliquen sanciones valiéndose de los DDHH, y que esto conlleve entonces a incrementar el férreo aislamiento y las sanciones económicas del Bloqueo hasta lograr la imposición de un gobierno alternativo en el país.

No quedan dudas. La denegación a la solicitud de la marcha del 15 de noviembre por las autoridades cubanas tiene su sustento en que ésta forma parte de la estrategia de cambio de régimen financiada por el Gobierno de EEUU.

Otra prueba de la injerencia es el apoyo de legisladores estadounidenses, figuras de la extrema derecha como Marco Rubio, María Elvira Salazar y Orlando Gutiérrez Boronat respaldan la marcha junto con elementos de la mafia anticubana  de Miami, entre ellos Ramón Saúl Sánchez Rizo, terrorista de origen cubano y actual presidente del Movimiento Democracia, quien apoya las acciones de la extrema derecha miamense y mantiene comunicación con Yunior García.

Sin embargo, Yunior García niega fervientemente cualquier relación con organizaciones subversivas o agencias financiadas por la administración estadounidense, lo que se contradice con que haya sido identificado desde 2017 por el Fondo Carnegie para la Paz Internacional.  Yunior García en declaraciones a Telesur, el pasado 12 de octubre, reconoció su relación con el encargado de negocios de la embajada norteamericana en La Habana, mientras omitió el vínculo con Alexander Agustine Marceil, funcionario de Asuntos cubanos del Departamento de Estado norteamericano, que mantiene estrechos nexos con contrarrevolucionarios internos en la isla.

Coerción internacional

Por otro lado, Juan González, de origen colombiano, principal asesor para Latinoamérica de la Casa Blanca, aseguró que su administración establecerá nuevas medidas contra Cuba si las autoridades procesan a los coordinadores de las acciones del día 15, una llamada de atención que confirma los vínculos con los actores del nuevo intento desestabilizador.

Los vínculos se continúan

Los miembros del «Proyecto Archipiélago», grupo surgido en Facebook reiteran que la marcha tiene como objetivo exigir que se respeten los derechos de los cubanos, la liberación de los presos políticos y que se solucionen las diferencias por vías democráticas y pacíficas. Nada nuevo bajo el sol, es la teoría que repetidamente se ha utilizado. La portavoz de Archipiélago en Villa Clara, Saily González Velázquez, asocia en su perfil de Facebook el 15 de noviembre con los hechos vandálicos del 11 de julio, también reconoce el apoyo ofrecido por la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), así lo declaró:

«Estoy informándome con personas como Omar López que nos están asesorando sobre la resistencia pacífica, la lucha no violenta». Omar López es el director de DDHH de la FNCA (Fundación Nacional Cubano Americana), organización del exilio cubano, establecida en Florida en 1981 por Jorge Mas Canosa y Raúl Masvidal, protectora de los terroristas Luis Posada Carriles y Orlando Bosh Ávila, cabecillas del sabotaje al avión de Barbados, donde perdieron la vida 73 personas (incluidos 57 cubanos). Además, Omar López fue una de las figuras de extrema derecha que se reunieron en agosto con el Secretario de Seguridad Nacional de EEUU para exigir el recrudecimiento de las acciones contra Cuba.

En Argentina, Gabriel Salvia, director del CADAL (Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latinal) con una parte significativa de fondos provenientes del National Endowment for Democracy (NED) y colaborador de la Fundación Konrad Adenauer, pidió también apoyo internacional para la marcha del 15 de noviembre.

EL BLOQUEO

Fidel Castro en el Discurso de clausura del Encuentro Mundial de Solidaridad con Cuba, en noviembre de 1994, lo explicó con claridad: « […] el bloqueo es una guerra económica contra Cuba, guerra económica; es la persecución tenaz, constante, de toda gestión económica de Cuba en cualquier parte del mundo- Estados Unidos trabaja activamente, a través de sus canales diplomáticos, a través de sus embajadas, para presionar a cualquier país que quiera comerciar con Cuba, para presionar a cualquier empresa que desee comerciar o invertir en Cuba, para presionar y castigar a cualquier barco que transporte mercancías a Cuba-; es la guerra universal, con ese inmenso poderío a su favor, contra la economía de nuestro país, al extremo de realizar gestiones individuales, incluso, con personas, con individuos que intentan desarrollar cualquier actividad económica en relación con nuestro país»

Por su parte Magda Luisa Arias Rivera, Primera Secretaria de la Embajada de Cuba en Argentina actualiza la realidad del Bloqueo

El Bloqueo económico, comercial y financiero es un acto de guerra en tiempos de paz impuesto unilateralmente por EE.UU. contra Cuba. Este ha evolucionado y se ha endurecido a lo largo de más de 60 años. Comenzó con la cancelación de la cuota azucarera cubana en el mercado estadounidense en junio de 1959, y se oficializó el 7 de febrero de 1962 con la aplicación de la Sección 620a de la Ley de Ayuda Extranjera, que estaba vigente desde septiembre de 1961, cuando el presidente John F. Kennedy, prohibió totalmente la importación de mercancías de origen cubano. Posteriormente, se fueron sumando otras prohibiciones.

En 1992, la Ley Torricelli codificó por primera vez las prohibiciones del bloqueo, haciéndolo extraterritorial, lo cual significa fijar sanciones a terceras naciones donde radiquen subsidiarias de empresas estadounidenses y a los barcos que comerciaran con Cuba. La Ley Helms-Burton lo recrudeció, internacionalizó y afianzó en 1996. Con posterioridad, otros actos legislativos como las leyes de presupuesto federal y la Ley de Reforma de las Sanciones Comerciales y Ampliación de las Exportaciones del año 2000, incorporaron otras prohibiciones, como la denegación de financiamiento a las ventas de productos agrícolas a Cuba y la prohibición del viaje de ciudadanos estadounidenses como turistas.

Durante el gobierno de Donald Trump se adoptaron, adicionalmente, otras 243 medidas contra Cuba. Entre ellas; la eliminación de los viajes de los cruceros y de vuelos de aerolíneas estadounidenses a toda la Isla, exceptuando a La Habana; cancelación de los servicios consulares en Cuba y su ubicación en terceros países; impedimento de transacciones bancarias; limitación primero y cese después de las transferencias bancarias de ciudadanos (privados) y el cierre ulterior de las operaciones de la empresa Western Unión; las sanciones a empresas cubanas; la persecución de petroleras, aseguradoras, navieras e, incluso, tripulaciones que transportaran gas licuado o petróleo a la Isla. El colofón de todo ello fue la inclusión de Cuba en una lista arbitraria y unilateral de estados que, según Washington, patrocinan el terrorismo internacional, lo cual tiene efectos importantes en las relaciones financieras internacionales de nuestro país.

Cuba rechaza la amenaza de EEUU contra la seguridad nacional

El presidente de Cuba, Miguel Díaz- Canel Bermúdez manifestó este sábado que el gobierno de Estados Unidos quiere atentar una vez más contra la seguridad nacional estableciendo medidas contra el país si el gobierno y pueblo cubanos impiden las manifestaciones convocadas en Cuba para el mes de noviembre.

«El imperio quiere impunidad para sus operadores en Cuba y amenaza con más medidas. Que soberbia, prepotencia y frustración la del imperio. Recibirá la respuesta digna de nuestro pueblo» valoró el presidente cubano quien paralelamente está recorriendo algunos de los territorios en Cuba como parte de su política gubernamental.

Al recalcar la soberanía de Cuba, el también primer secretario del Partido Comunista, subrayó que cuando «el Gobierno estadounidense se pronuncia, habla el que financia y organiza el esquema desestabilizador, que suma a cuanto grupúsculo o institución –dólares mediante– aporte una iniciativa contra la Revolución»

«Estoy aquí haciendo esta denuncia pública al pueblo de Cuba para que no se dejen engañar por líderes creados por manuales, porque Cuba jamás será intervenida por el gran enemigo del Norte»

La marcha del 15 de noviembre no constituye una expresión genuina de los intereses del pueblo, como tampoco Yunior García representa a los intelectuales y artistas cubanos. Ambos significan una variable más de la ecuación de antaño, que el Gobierno estadounidense y sus agentes políticos internos intentan aplicar en Cuba para dar cauce a los deseos de restauración neocolonial, y siempre falla.

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