Contra viento y marea, la dirección de Podemos ha dejado claro que no cederá un ápice ante la Ley Bautizada como Trans y que ha dividido al feminismo en una crisis hasta ahora desconocida. Pero ni cuestionamientos internos, ni protestas y ni siquiera la postura crítica de sus socio de Gobierno le hacen dar un paso atrás, dispuestos como están a tener ese punto como único irrenunciable de su acuerdo de Gobierno con el PSOE.
En esa línea, el partido en Euskadi ha lanzado un argumentario interno para que sus cuadros repitan el mensaje de la organización que hace referencia, no sólo a su postura en favor de la ley, sino de ataque directo a su socio, del que llega a decir que «ya sabíamos que la transfobia que se había fraguado en el feminismo del PSOE.»
A las mujeres contrarias a la ley las califica todavía de manera más rotunda y difamatoria, llegando a afirmar: «Las posiciones que se empeñan en expulsar a las mujeres trans del feminismo son transmisóginas. Estas posturas no tienen lugar en ningún movimiento que aspire a la emancipación.»
Así, llueve sobre mojado en el argumentario. Y todo aquel que cuestione la Ley podemita pasa a ser tránsfobo, ignorando una vez más que es desde el feminismo de izquierdas desde el que se ha puesto el acento en los peligros de esa ley que borra a las mujeres. Ni siquiera la rebelión interna con el millar de firmas recogidas contra la ley de militantes y cargos públicos de la organización -entre las que, por cierto, se encontraba la de las ex responsable de feminismos del partido en Euskadi- han hecho ver a la dirección la posibilidad de un cambio de rumbo.
Reproducimos a continuación el argumentario interno completo:
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