El tema de la ley trans me está trayendo recuerdos diarios, y es que, el paralelismo a la hora de actuar de Podemos y Ciudadanos unos con los vientres de alquiler los otros con la ley trans y las organizaciones que están detrás de ambos proyectos de ley son exactamente los mismos.
No es nuevo el enfrentamiento actual entre colectivos LGTBI y Feminismo. En el año 2017 saltaba esa misma noticia, aunque el motivo fuesen los vientres de alquiler. Los mismos para los que hoy todo es “transfobia“ antes nos tachaban de “homófobas y subrofobas“, no acatar deseos como derechos al parecer da lugar a ese tipo de términos.
En el año 2016 se presentó en España una plataforma LGTBI a favor de explotar mujeres reproductivamente. Si miran muy por encima los firmantes de esa plataforma se pueden encontrar con ATA, Cogam, Fundación Triangulo, Chrysallis, Transexualia, Gehitu, Galehi, De Frente, Bolo Bolo… y un largo etc.
Ahora bien, si miran quienes están detrás de la ley trans verán exactamente a los mismos colectivos.
Los mismos que en 2018 llamaban a una manifestación a favor de la mal llamada gestación subrogada bajo el lema “Son Nuestros hijos“.
Como verán entre los convocantes, Cogam, Fundación Triangulo entre otros. Ambas asociaciones muy escuchadas por la señora Montero. Es más, Fundación Triangulo hacía un llamamiento para pedir al Ministerio de Igualdad “celeridad para garantizar los derechos de las personas trans“.
Las coincidencias no me gustan, y las mentiras de estos colectivos, tampoco.
Porque si hablamos de casualidades, encontramos a una Mar Cambrollé que apoyaba los vientres de alquiler. A una Carla Antonelli que apoya los vientres de alquiler. A una Beatriz Gimeno que apoyaba los vientres de alquiler…
Si llegaron a confundir que gestar para otras por dinero es amor, como no van a confundir que un niño o niña de 12 o 16 años está formado completamente para tomar decisiones de un calado tan importante como para hormorarse con las consecuencias que puede tener.
Tanto a Ciudadanos como a Podemos les apoya el 83% de la población en sus proyectos de ley, y no es casual, “cocinar “los datos tienen estas cosas y casualidades.
Ambos temas van a tener el mismo recorrido. No se puede hablar de derechos hacia unos pisoteando los derechos de los otros.
El feminismo jamás ha estado en contra de las personas transexuales, lo que no se acepta es pensar que el género se elige, el género no necesita ley. Necesita ser abolido.
Si hacemos leyes o pedimos leyes por sentimientos obviando la realidad (género sentido) va a dar lugar a raza sentida, edad sentida y otras tantas aberraciones y caprichos, que no derechos, son deseos.
Ni Ciudadanos consiguió su proyecto de ley ni lo conseguirá Podemos tal y como está redactado.
¡Muy buen artículo!
Lo que pasa es que las verdaderas personas trans no «se sienten», sino que «SON» del sexo que dicen ser.
Por eso el reto está en articular la ley de forma en que se consigan plenos derechos para las personas trans, pero sin que sea un «café para todos» y se cuelen personas que, en realidad, no lo son.
Saludos.
Muy buen artículo, bien explicado y fundamentado. Es verdad, la llamada ley trans no se puede aprobar, porque no está diseñada para las transexuales, y se va a colar gente que se quiera cambiar de sexo sin justificación, porque no la ley no tiene requisitos, controles ni seguridad jurídica y no protege debidamente a las personas transexuales. Gracias Gemma Bravo y El Común.