La izquierda patriótica

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Recientemente, el líder del PP Pablo Casado pidió a la “izquierda patriótica” que se movilizase contra la Ley Orgánica de Modificación de la Ley Orgánica de Educación (LOMLOE) aprobada en el Parlamento el pasado 19 de noviembre, y conocida popularmente como ley Celaá. Al parecer la “izquierda patriótica” no le hizo mucho caso, porque sus representantes en el Parlamento, EH Bildu y ERC, votaron a favor de la aprobación de la LOMLOE.

Sensible a ese llamamiento de Pablo Casado acudió el periódico digital El Español (artículo), que buscó a esa “izquierda patriótica”  encontrando a seis representantes de ella, si bien no sé si ellos se autoidentifican de “izquierda patriótica”, de “izquierda” a secas, o de “patrióticos” sin más. El artículo no lo aclara. Lo que sí aclara es que los entrevistados son “líderes que abominan del pacto con Bildu Y ERC”. Yo también. Y no sólo por la LOMLOE, sino, además, por los pactos para aprobar los Presupuestos Generales del Estado.

Pero sigamos con lo de la “izquierda patriótica”. Los entrevistados, teóricos líderes de esa izquierda son o han sido líderes de partidos tan “izquierdistas” como Unión, Progreso y Democracia (UPyD) o Ciudadanos (C’s), de modo que hay que echarle mucha imaginación al asunto para ver en ellos algo de izquierda. Pero es lo que hay.

Se entrevista a Antonio Robles Almeida, Francisco Sosa Wagner, Gorka Maneiro Labayen, Guillermo del Valle, Celia Cánovas Essard y Javier Marín Vázquez. Personas con biografías muy distintas en lo político y con los que se puede coincidir en la desafortunada política del Gobierno de coalición (PSOE, UP), en la absurda política que esta coalición pretende consolidar con unos socios tan fiables como EH Bildu y ERC.

El que el periódico haya escogido encabezar el artículo con lo de “izquierda patriótica” y la foto de dos patriotas localistas (Otegi y Rufián) y los entrevistados hayan centrado sus críticas en el nacionalismo que representan EH Bildu y ERC y las complicidades del PSOE, PSC o Podemos, y sin llega a afirmar, porque no lo dicen en el artículo, que ellos se declaren patriotas españoles, es una evidente contradicción del periodista al hacer una crítica al nacionalismo local desde una posición de nacionalismo más generalista, como sería el español. Al final, entre patriotas anda el juego.

La idea de patria e izquierda es un contrasentido. Considerarse patriota y antinacionalista un chiste malo. Sin embargo, no son pocos los que si les señalas que la izquierda, si lo es, nunca puede ser patriótica, que eso queda para los nacionalismos, y la izquierda siempre ha sido una manifestación política asociada a la idea de clase les hierve la sangre.

Que la derecha tenga la idea de patria como algo sagrado y asociado a la bandera, el amor ciego e irracional a la tribu, la defensa a ultranza de una serie de estereotipos raciales, mitos históricos, creencias religiosas, personajes fantásticos cuando no falsos, hechos inventados es lo que lo lleva de serie. Que quien se diga de izquierdas haga suya, aun en parte, alguno de esos delirios es señal de lo lejos que está de ser de izquierdas.

Ciertamente todos nos hemos criado en un contexto geográfico, cultural, histórico, de sabores y paisajes, de amistades y experiencias personales a los que nos sentimos unidos y añoramos cuando nos alejamos de él. Y esas son nuestras emociones y sentimientos, respetables pero nada más. La izquierda es racionalidad, y ello nos hace conscientes que no se puede construir una teoría política de clase sobre bases tan maleables.

La derecha sí usa la idea de patria como criterio para construir su discurso, sus valores y organizar lo que es “de los míos” y lo que “está dentro de mi patria” para establecer las barreras e identificar a los enemigos.

Si la “emoción de la patria”, si el sentimiento de ser patriota es el que crea el espacio de actuación estamos admitiendo que el sentimiento es el que crea la realidad. ¿No es acaso lo que defiende la teoría queer? Que el sentimiento determina la realidad. Si me siento mujer, con independencia de lo que diga mi genética, hormonas, soy mujer. Podrás sentirte muy de izquierdas pero como creas que ser patriota no es ser nacionalista y además te definas como antinacionalista -por supuesto, de otra patria- dirás que eres de izquierda; pero lo siento, no lo eres.

Las emociones construyen estados emocionales, que pueden dar lugar a estructuras ideológicas, pero esas ya las conocemos y se llaman estructuras fascistas. La izquierda se construye en el materialismo dialéctico e histórico, se construye por encima de las emociones y en base al análisis de la realidad.

La izquierda es materialista. Se la puede, además, apellidar internacionalista, jacobina, ilustrada, feminista, republicana, laica, etc., o sólo de clase y punto. Pero en ningún caso, patriótica.

La confusión, típica cuando se trata de  emociones, que a los queer les lleva a confundir sexo con género, a los «izquierdistas patrióticos» les lleva a creer que patriotismo y nacionalismo son cosas distintas. Así, piensan que se puede ser patriota y antinacionalista a la vez, sin darse cuenta que están forzando los conceptos de ambos términos cuando no incurriendo en una evidente contradicción ideológica; pues no habría más que proponer a estos defensores de la diferencia que se declarasen a sí mismos nacionalistas y antipatriotas a la vez. ¿A ver cómo se maneja mentalmente esa situación? Intentadlo.

Nacionalismo es sinónimo de patriotismo y viceversa, y lo es, además, de chauvinismo, regionalismo o provincialismo; de igual modo que patria es sinónimo de nación, país, cuna, origen o pueblo. Y con estos campos semánticos lo de ser patriota y antinacionalista sólo se entiende por la larga identificación vía medios de comunicación de identificar a lo nacionalista con lo separatista y a la patria con España. Los patriotas vascos lo tienen tan claro como los “patriotas de izquierda”: Mi patria en Euskal Herria o Cataluña y soy antinacionalista (español).

Y cuando se juega en ese campo emocional de la patria y la nación, y se mete la variable izquierda y no se considera relevante la clase se llega a esa confusión de que un partido xenófobo como ERC se considere de izquierdas o Podemos considere que su política es transversal a las clases.

Que la idea de que la izquierda no puede ser patriótica les representa a algunos un auténtico problema histórico, pues quedándose en lo anecdótico lo consideran una crítica a Stalin y su llamada en la II Guerra Mundial a la “Gran guerra patria”, obviando que también hizo concesiones a la Iglesia ortodoxa, cuando estando con el agua al cuello con los nazis a las puertas de Moscú tiró de todos los resortes para aglutinar un Estado tan inmenso en tamaño como en naciones ante una amenaza inmediata y grave.

Como en la religión, en la patria o nación las emociones están a flor de piel y para los creyentes de tal o cual patria el que no hagas declaraciones de amor infinito a la tierra que te vio nacer es un delito difícilmente perdonable. Si no vibras con el himno, la bandera, los estereotipos de tu ser patrio eres un traidor, pero que eso sea algo asumido, aun de forma descafeinada, por la izquierda y estén convencidos algunos que ser patriota -español, por supuesto- es algo compatible con ser de izquierdas y te lo intenten justificar con la manoseada frase de Fidel Castro “Patria o muerte” es triste. Fidel podía haber gritado igualmente “Revolución o muerte”, “Libertad o muerte”, pero en esa ocasión recurrió  a la consigna que rememoraba el «Independencia o muerte» de los mambises contra el Ejército español en la guerra de independencia cubana.

Y ni Stalin, ni Castro eran tontos y sabían de la fuerza emocional de la mención a la patria para aglutinar hasta a los más descontentos ante las amenazas externas: nazis o yanquis. Todos los líderes han apelado a esos trucos cuando las cosas han pintado mal, pero que en frío alguien que se identifica como de izquierdas diga que el patriotismo es admisible como idea de izquierdas y lo diferencie de nacionalismo es preocupante por su nivel de conocimiento de lo que es el desarrollo teórico e histórico del socialismo.

En el Manifiesto Comunista sólo se menciona dos veces a la patria: “Se acusa también a los comunistas de querer abolir la patria, la nacionalidad. Los obreros no tienen patria. No se les puede arrebatar lo que no poseen”. Y no la tienen porque la patria es un concepto burgués que ha servido para enfrentar a la clase trabajadora entre sí, y cuya denuncia le costó la vida a Jean Jaurés en 1914.

Pero vete a explicarles a los izquierdistas patrióticos quienes eran Jaurés, Liebknecht, Luxemburg, Mehring o Zetkin y la traición de los sindicatos y partidos socialdemócratas en 1914 a la idea de la huelga general contra la guerra.

2 COMENTARIOS

  1. Me detendré solo en un aspecto: en la opinión de que «La idea de patria e izquierda es un contrasentido».

    Depende lo que llamemos izquierda. Respecto a la III Internacional, el PC de Euzkadi se proponía la liberación nacional y social del pueblo vasco, llamando a celebrar desde las páginas de su órgano Euzkadi Roja a celebrar el Aberri Eguna, con foto de Sabino Arana en portada.

    El Partit Socialista Unificat de Catalunya, fruto de la unión de varios partidos obreros catalanes y con asiento propio en el Komintern, compartía con el anterior el mismo objetivo de «liberación nacional y social» de su pueblo. La tradición soberanista de la izquierda catalana es innegable, incluso para los españoles y franceses más jacobinos.

    Yéndonos más lejos, la Revolución Rusa sembró de repúblicas los viejos dominios del zar. Lenguas ágrafas o hasta entonces excluidas de los usos oficiales alcanzaron el estatus oficial de la mano de los soviets (korenización). Podemos decir que varios estados nacionales actuales son fruto de aquellos procesos.

    Se me podría replicar que todo lo que sea lo contrario a lo expuesto por el profesor Fernández no es auténtica izquierda. Eso sería la falacia argumental conocida como la del «escocés verdadero», y en realidad no tiene mucho sentido.

    • S el «PC de Euzkadi se proponía la liberación nacional y social del pueblo vasco, llamando a celebrar desde las páginas de su órgano Euzkadi Roja a celebrar el Aberri Eguna, con foto de Sabino Arana en portada» tenemos un ejemplo de libro de cómo ser de izquierdas y tener a un personaje ¡como Arana por eferente de algo es un contrasentido en sí mismo. Del resto de ejemplos, como el el PSUC, callemos por vergüenza ajena.

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