Uno de los políticos municipales más polémicos de toda España es el portavoz del PP en Jerez de la Frontera, Antonio Saldaña. Es raro el mes en que no salta a los medios de comunicación nacionales con ocurrencias febriles o meteduras de pata impropias del concejal de una ciudad de la importancia que, históricamente, tiene Jerez.
La última polémica que ha protagonizado fue cuando, hace tres semanas, dio positivo en un test de alcoholemia practicado por la Policía Local, triplicando el límite permitido, al dar un resultado de 0,83 frente al máximo legal permitido, que es de 0,25, tras un incidente de tráfico en el que dañó tres coches.
Pese a que reconoció que se había «reunido en una comida de trabajo en un restaurante por la zona de la Escuela Andaluza de Arte Ecuestre con el objetivo de que Jerez pudiera obtener la tercera Estrella Michelín» y que «después de haber tomado vino de Jerez he dado positivo«, y a que la propia dirección provincial del PP le pidió la dimisión, Antonio Saldaña sólo renunció a la portavocía del grupo popular de la Diputación Provincial, manteniendo la representación del PP en la corporación municipal andaluza.
La agrupación del PSOE en Jerez considera «un escándalo que el PP permita que Saldaña siga cobrando por las mismas funciones pero en otra institución. Eso no es asumir responsabilidades es mirar para otro lado y un auténtico fraude«.
Pese a que la mayoría de la población jerezana daba por hecha la dimisión del polémico Saldaña, han pasado ya tres semanas desde el bochornoso incidente y el político derechista no da señales de renunciar a su cargo, ensuciando con ello el buen nombre de Jerez de la Frontera.
