En estas fechas tan entrañables, el Rey entra en nuestros domicilios para decir gilipolleces y nunca anuncia que él y toda su familia de parásitos van a coger un barco al exilio dejando aquí toda la fortuna que han amasado con sueldos públicos por tocarse los huevos, mordidas y demás chanchullos reales. Así que yo no lo escuché, preocupado como estaba en ponerme cerdo de turrón.
Bueno, pues después del discurso esperamos las chorradas de tertulianos y políticos. Las mismas todos los años. Que la casa real es la bomba, que el Rey es la hostia y que la monarquía garantiza hasta los electrodomésticos pasados los dos años de uso.
Este año, sin embargo, se ha echado en falta la pollada izquierdista del ciudadano Garzón sobre el discurso del ciudadano Borbón, los dos igual de endiosados. Este año no nos ha dicho que no le reconoce o que no tiene legitimidad o que hay que someter a un referéndum suicida el modelo de estado. La verdad es que los últimos años también echaba en falta que nos dijera por qué se abandonaron las juntas republicanas o se participa en UP cuando la República no la llevan en el programa. Pero el olor del ministerio es más grande que las ganas de avanzar en republicanismo y socialismo, así que tendremos que quedarnos con las declaraciones de Echenique diciendo que el rey se ha moderado.
MODERADO
Muchas veces es mejor callarse y seguir pareciendo tonto a abrir la boca y demostrarlo, eso es lo que hace ahora el ciudadano Garzón. Ahora que puede, solo puede ojo, que deje ser el que sujeta la pancarta detrás de Pablo en la conexión en directo que sea.
Cuando empezó toda este caminar en círculos, a mí no me quedaba claro ese discurso de los liquidadores. Eso de que habían venido para acabar con la izquierda organizada, su discurso de mierda, de sobrados con lo que estaban antes que ellos y su trepismo en lo interno me hacían sospechar, pero ¿liquidadores? Joder, no, tú piensas que los militantes de tu propio partido son honestos y se han metido en esto para lo mismo que tú: formarse, aprender y poner tu granito de arena para avanzar y que no se pierda el hilo rojo de la historia. No os voy a mentir que a veces pensaba ¿qué izquierda organizada?
Ahora que está tan de moda lo de visibilizar como solución a los problemas reales o inventados de esta peña, me resulta curioso que se invisibilicen las consignas más básicas del movimiento obrero patrio. Debe ser que se han conseguido salarios dignos, igualdad de género y contratos blindados; debe ser que hemos garantizado la sanidad pública y hemos acabado con la educación concertada y la privada; debe ser que vivimos en una república socialista y ya no hacen falta visibilizar los problemas de la clase obrera. Si es así decídmelo porque yo no me he enterado. En todo caso, esos problemas no hace falta visibilizarlos para los que los vivimos todos los días. Pero hay que seguir reivindicándolos en las instituciones que, si no, ¿para qué estamos ahí?
Sí, son unos liquidadores. Porque borrar de un plumazo todas esas luchas obreras y sustituirlas por carriles bicis, huertos urbanos y monarquía moderada es acabar con el movimiento obrero. No con IU, no con el PCE, con el movimiento obrero sin más. Y, por una vez voy a estar de acuerdo con el ciudadano Garzón, las siglas no son lo importante y menos aún cuando las vacías de contenido.
También os digo que para escucharle decir tonterías y pasar vergüenza ajena, está más bonito callado, pero que apaguen la luz al salir al menos.
