Me prometí no volver a comprometer mi voto hasta encontrar a una opción auténtica y que en verdad me representara. Después del engaño al que fui sometido, no me importa reconocerlo, con cierta opción política que venía a asaltar los cielos y nos acabó metiendo en este infierno distópico en el que vivimos, no me quedaban ganas de darle mi voto a nadie.
Sin embargo el destino juega con nosotros y ahora, precisamente ahora, cuando más se necesita, surge un partido político denominado Feministas al Congreso que, verdaderamente, sí me representa. Y voy a contar por qué.
Hace ya diez años participé en la creación de una asociación Feminista. Yo no sabía nada de Feminismo pero mostraba disposición a aprender y, como todos los hombres, me propuse destacar como militante comprometido. Nada más lejos de la realidad. Enseguida me di cuenta de que las mujeres no necesitan a los hombres en una asociación feminista más que para dos cosas: mostrar su apoyo y transformar en feministas los ámbitos en los que nosotros, por ser hombres, nos movamos. Tuve la suerte de que las compañeras me nombrasen Secretario. Como no sabía muy bien qué hacía exactamente un Secretario en una organización pregunté a las compañeras y me contestaron que muchas cosas pero que en mi caso iba a coger el acta, corregirla y pasarla a todas la asociadas. El proceso fue duro porque recogí un sin fin de experiencias, datos, expedientes, acciones, demandas, y dolor, mucho dolor. Fue lo mejor que me hubiera podido pasar ya que fue ahí donde me empapé de auténtico Feminismo. No sé si un hombre puede ser o no Feminista pero en el acto de escuchar las historias, demandas, problemas, miedos e injusticias que sufrieron, sufren y, por desgracia, sufrirán todas las mujeres del mundo reside parte de la resolución del problema. Que los hombres sepamos lo que sufren las mujeres y nos intentemos poner en su lugar, señalemos a nuestros compañeros varones las actitudes machistas, los desprecios, las burlas, lo que supone comprar sexo, la actitud de control, el paternalismo, los techos de cristal y cuestiones tan básicas para el Feminismo como la lucha contra la prostitución, la pornografía, los vientres de alquiler o algo tan simple como que un hombre es un hombre y una mujer es una mujer, representa solucionar parte del problema que nosotros mismos, por ser hombres, representamos. Mi inclusión en esta lista responde a esa comprensión. Para seguir las leyes ha de haber hombres en la misma pero yo, por mi parte, entiendo que mi participación es circunstancial, de apoyo total, en ningún caso ocuparía el espacio de una mujer de resultar elegido. Así entiendo yo mi acción dentro de un espacio Feminista. Por otra parte, la aparición de un partido político como el PFAC representa un soplo de aire fresco en el panorama español y más concretamente dentro de lo que se denomina el espectro de la izquierda donde se ha perdido por completo el norte, el sur, el este y el oeste.
Un partido político donde se ponga a la Mujer en el centro sin que tenga mucho sentido tener que poner el foco en otros temas porque el tema importante es recuperar los derechos perdidos por las mujeres en todo este proceso delirante que ha sido el mundo posmoderno y woke pseudoizquierdista socialdemócrata que ha plantado las bases para un futuro que desprecia a las mujeres por ser la otredad. Porque ya no les dejan siquiera decir que son como son, que son quienes son. La mujer ha perdido el sujeto político en manos de quienes dicen representarlas no siendo de su gremio. Por eso y porque las mujeres que representan esta lista poseen un amplio bagaje en el desempeño Feminista por lograr la igualdad real de derechos y deberes, por una Europa libre de viejas y nuevas violencias contra las mujeres, por erradicar la explotación sexual del continente, por hacer desaparecer la explotación reproductiva se llame como se llame, porque ser Mujer no es un sentimiento, por acabar con la desigualdad económica y laboral de las mujeres, porque en pleno siglo XXI la salud de las Mujeres sigue siendo una asignatura pendiente, porque la igualdad se aprende mediante la coeducación, por esto y por mucho más necesitamos un partido realmente Feminista en Europa, en España, en cada Comunidad autónoma, en cada provincia, en cada ciudad y en cada barrio. No permitamos que los poderes públicos queden en manos de quienes con su acción o dejación están intentando Borrar a las Mujeres, hacerlas desaparecer de la Historia y ultrajarlas una vez más despreciándolas haciendo que se dediquen única y exclusivamente a cuidar a los demás mientras nadie cuida de sus derechos. Por eso pido el voto para el PFAC.
