Plan conjunto de seguridad entre Ecuador y EEUU por cinco años

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Isidro Páez

Previo a la tournée que realiza la Jefa del Comando Sur de EEUU (SOUTHCOM) por la Argentina visitando la Patagonia con la vista puesta en futuras instalaciones navales en el puerto de Ushuaia, Laura Richardson visitó Ecuador manteniendo reuniones con altas autoridades del gobierno ecuatoriano

En dicha visita se estableció la hoja de ruta de un plan de seguridad para Ecuador con duración de cinco años teniendo como base a un previo Acuerdo de cooperación marítima firmado entre ambas naciones, además de la entrega de equipamiento y financiamiento para las fuerzas del orden por parte estadounidense.

Los pasos previos

Un mes antes de que dejase el poder Guillermo Lasso había firmado el 27 de septiembre de 2023 con EEUU un Acuerdo sobre operaciones contra actividades marítimas transnacionales ilícitas” mediante el cual el personal militar estadounidense puede operar en el país. Su objetivo es llevar a cabo operaciones conjuntas operaciones marítimas entre Guardacostas de EEUU y la Armada ecuatoriana para contrarrestar actividades marítimas transnacionales ilícitas, como el tráfico de drogas, migrantes, armas de destrucción masiva y la pesca ilegal por la «urgente necesidad» de luchar contra el crimen organizado transnacional.

En cuanto a las operaciones aéreas, el Ministerio de Defensa podrá autorizar operaciones de la Fuerza Aérea estadounidense en tres casos: por tránsito; para aterrizar y permanecer temporalmente en la Base Aérea Simón Bolívar y otros aeropuertos; y para transmitir órdenes de la Fuerza Aérea Ecuatoriana a aeronaves sospechosas para que aterricen en Ecuador.

En dicho acuerdo Ecuador confiere a todos los agentes de las fuerzas del orden de EEUU y funcionarios del Departamento de Defensa los privilegios e inmunidades equivalentes a los del personal de las misiones diplomáticas.

Meses antes de dejar el poder anticipadamente, el ex presidente Guillermo Lasso visitó Washington a finales de septiembre de 2023, necesitaba con urgencia un plan militar financiado por EEUU con el objetivo de enfrentar el crimen organizado.

En su segundo mes como presidente, Daniel Noboa enfrentó una crisis de seguridad con la toma de una canal de televisión en Guayaquil y las represalias del crimen organizado, su respuesta fue un decreto de Conflicto Armado Interno, figura del DIH (Derecho Internacional Humanitario) emitido el pasado 9 de enero, que permite realizar operaciones militares sostenidas, implica una movilización total de las Fuerzas Armadas para proporcionar control en todo el territorio nacional

Noboa reconoció que las fuerzas de seguridad ecuatorianas no contaban “con todas las capacidades” para hacer frente a la coyuntura por lo que “aceptaría con gusto la cooperación de EEUU Necesitamos equipamiento, necesitamos armas, necesitamos inteligencia”.

Y no se hizo esperar, raudos y veloces del 22 al 25 de enero de este año Ecuador recibió en Palacio de Carondelet, en Quito, la visita de una comitiva compuesta por el asesor especial del presidente Biden para las Américas, Christopher Dod junto con el Subsecretario adjunto de la Oficina de Asuntos Antinarcóticos y Aplicación de la Ley, Christopher Landberg y la misma L. Richardson acompañados por sus respectivos equipos técnicos para allanar el camino de entendimiento con el gobierno ecuatoriano.

Richardson declaró entonces al medio ecuatoriano Primicias: “Tenemos varias cosas que hemos hecho muy recientemente con Ecuador. Por ejemplo, la Hoja de Ruta de Asistencia de Seguridad, llamada ESAR  y una  cartera de inversiones de USD 93,4 millones que EEUU tiene para el país en la materia

La agenda de los funcionarios incluyó reuniones con el presidente Daniel Noboa; el ministro de Defensa, Giancarlo Loffredo; la ministra de Gobierno y del Interior, Mónica Palencia; la canciller, Gabriela Sommerfeld; y la embajadora de Ecuador en EEUU, Ivonne Baki; miembros de las Fuerzas Armadas, altos mandos de las fuerzas del orden y del sector de la justicia

Un desempeño en toda regla, el FBI aumentará su despliegue en Ecuador que incrementará su personal en ese país para apoyar a la Policía y a la Fiscalía General del Estado. El Departamento de Seguridad Nacional también destinará personal para capacitar a policías y fiscales ecuatorianos.

La USAID (Agencia para el Desarrollo Internacional) brazo no militar de la política exterior estadounidense, sumó programas de apoyo municipal a la seguridad. Ecuador ya forma parte de la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas creada por Biden en 2022.

La CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador) pidió al presidente del país, que transparente los acuerdos a los que pueda llegar con EEUU dentro del «conflicto armado interno» que ha declarado contra el crimen organizado, para evitar replicar el fracaso del Plan Colombia de 1999 en la nación vecina.

Una larga historia de intervención

EEUU incorporó 106 voluntarios del Peace Corps (Cuerpo de Paz) en 15 provincias del Ecuador, una especie de comisarios políticos por medio de una agencia federal independiente norteamericana con sede en Washington, presente en más de 60 países.

El embajador de EEUU en el país, Michael J. Fitzpatrick, declaraba: “Nuestros voluntarios del Cuerpo de Paz apoyan y promueven el desarrollo local y empoderan a los ciudadanos. Programas como estos permiten comunidades más seguras y ciudadanos que se convierten en agentes de cambio en sus comunidades.”

En septiembre 1986, Sandy Smith en un artículo “The Peace Corps Benign Development? de la revista Multinational Monitor tuvo una mirada crítica, su conexión con los objetivos de la política exterior de Estados Unidos es clara cuando se observa dónde están estacionados los voluntarios y los tipos de trabajo que realizan. Los manifestantes contra la guerra de Vietnam a veces llamaban al Cuerpo de Paz “ the smile on the devil’s policy.” La Ley del Cuerpo de Paz original incluso disponía que los voluntarios recibieran instrucción en la «filosofía, estrategia, táctica y amenaza del comunismo«.

La película boliviana de 1969 “Sangre del cóndor” (Yawar Mallku) del director: Jorge Sanjinés retrató a los voluntarios de los Cuerpos de Paz sirviendo en Bolivia, mostró a un grupo de indígenas atacando un puesto de salud en el que los voluntarios estaban esterilizando mujeres indígenas en contra de su voluntad. La película contribuyó a la expulsión de los Cuerpos de Paz de Bolivia en 1971.

En Ecuador por ejemplo realizan el programa “Ikiama Nukuri” de salud intercultural que nació en 2006 para aportar soluciones a los problemas de morbimortalidad materna e infantil dentro del territorio achuar y shuar.

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