Antes de Irene

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Por Sonia Mauriz Pereira

Antes de Irene en el imperio del pene no se ponía el sol y ahora tampoco.

Nuestra exministra está de campaña y ronda los podcasts lira en mano, con la mirada ida y aunque arda Roma ella deja a su paso a entrevistadores estupefactos que casi no tienen que preguntar porque ella ya se lanza sola.

En el Sentido de la Birra podríamos haberle echado la culpa a la 1906, pero hasta con Colacao la ídola de Podemos es capaz de avergonzar a toda una constelación familiar. El entrevistador pregunta cómo define mujer y ahí ya la vemos insuflarse de la energía de los poseídos y soltar una perorata que quedará para la antología de sus grandes éxitos.

«Tener una posición de desigualdad frente a los hombres»

Si recordáis algo del cole ya sabéis que una definición no puede ser en relación a un opuesto, debe de referirse a la naturaleza del objeto/persona. Según la RAE «Fijar con claridad, exactitud y precisión el significado de una palabra o la naturaleza de una persona o cosa». Es decir, si un niño pregunta que es una mujer poco le resolveremos si decimos «lo que no es hombre». O sea, un gato por ejemplo. (Ya sé, le dieron una beca en Harvard. Lástima no la aprovechara)

El entrevistador un tanto sorprendido pregunta si esa sería la definición que daría si se la pidiese la RAE «Mujer. Persona que sufre más violencia, más pobreza y más discriminación».

Nuestra nueva Nebrija (con todo respeto al original) afirma que totalmente, que mucho más que una enumeración de rasgos biológicos o de características femeninas que nadie sabe listar. Bueno, lo primero sería sexo y se lleva listando siglos y lo segundo sería género que también lo tenemos bastante acotado y se pretende abolir.

Pero si no nos define no sé por qué tanto esfuerzo en los transfemeninos en operarse, hormonarse y performar el género si es un listado encriptado e innecesario para ser mujer. Ni tanto esfuerzo en legislar el cambio por registro si no era necesario. Si bastaba con una posición de desigualdad social, cualquier senegalés que llegue en patera ya es mujer.

El entrevistador entonces verbaliza lo que todos pensamos. (El lenguaje no verbal de esta entrevista es muy revelador y representa a la perfección cómo se vive está situación para el común de los mortales. Un poder mediático e ideológico de partido desde la soberbia y la lejanía frente al pueblo sorprendido y con sentimiento kafkiano de estar ante un hecho absurdo) 

Dice él «Entonces tú no entrarías dentro de la definición»

Ella que fuera de la burbuja lacayista sale poco «¿Qué quieres decir?» (Te entiendo Irene así me quedo yo cuando ponen en duda por qué soy mujer)

El entrevistador «Porque tienes acceso público, cierto poder adquisitivo y porque tienes ciertas cotas de poder» Todos y todas vemos ahí el quid de la cuestión. El momento en que cualquier persona reflexiona sobre lo dicho y le puede ver flecos, incluso puede volver sobre ello y quizá salvar los muebles. Por ejemplo, Butler en una entrevista que dio en Chile ante la pregunta «Tal y como has nacido. ¿Biológico o construido?» A lo que responde «Por supuesto que hay diferencias biológicas, genéticas y fisiológicas entre hombres y mujeres» (No parecía tan difícil de listar. Sí, Butler luego intenta jugar la baza de los intersex que ya sabemos es de una banalización repugnante ante los problemas de salud que acarrea, no es una ambigüedad sexual es una anomalía cromosómica) 

Pero Irene es más papista que el Papa y para ella antes todo era monte y ahora todo construcción. A la respuesta del entrevistador ella sin despeinarse dice «Sigo teniendo más riesgo que un hombre de sufrir una agresión sexual o de sufrir pobreza. Si lo que hago lo hiciera un hombre tendría más éxito. Al ser una categoría cultural no se define por sí misma si no por oposición».

Veamos. ¿Conocéis violadores que agredan por categoría social? ¿Iba la manada por Pamplona vieron una chica sola en un banco y decidieron violarla por su posición dentro de la sociedad? ¿Se dieron de codazos «Buf mira esa vulnerabilidad. Madre mía qué discriminación»? ¿Penetraron su cuerpo como un objeto y no el de algún chico, que seguramente había miles ese día solos y borrachos, por construcción cultural? Sí, Irene, corres más peligro, en teoría, porque escoltada difícilmente pero por tu sexo. Por el listado que no ves posible enumerar.

¿Estás más cerca de la pobreza? Bueno, no se dan casos de exministros pidiendo en la puerta de Mercadona, pero te lo compro porque la mujer suele ser el rostro de la pobreza, en concreto, la madre soltera y es difícil ser madre soltera sin haber parido (excepto adopciones) , así que una vez más otra característica del listado imposible, la capacidad de gestar. Parece de sentido común pensar que el común denominador del riesgo de una mujer y lo que nos coloca en un rol social desigual es el sexo y no una categoría construida culturalmente. Ya que un hombre pobre, discapacitado y de otra etnia es obvio que vive una mayor situación de desigualdad y vulnerabilidad frente, no solo a otros hombres, también frente a mujeres como Irene.

Entonces. Usando la misma definición. ¿Quién es mujer? ¿Irene o Paco inmigrante ecuatoriano ilegal? Tomando siempre la conceptualización que nos ofrece la exministra. ¿Quién es el hombre? ¿Jairo transmasculino o Irene? ¿Irene o Paco, nuestro inmigrante ilegal? Porque si utilizo la definición y además compro que las definiciones se usan por oposición, hombre es siempre todo aquel con poder, privilegiado y que no sufre riesgo de abuso sexual, pobreza o discriminación.

Pero Jairo transmasculino corre riesgo de pobreza, de abuso sexual (por eso no usa espacios de hombres como vestuarios y baños), no se integra (no compite en categorías deportivas masculinas, ni participa en noches locas de machotes o pachangas de fútbol) y en general no alcanza ningún privilegio masculino. Pero entonces… Jairo es mujer. No lo digo yo, lo dice Irene. Que eso sí le permite ir al registro, hacerse mastectomías, histerectomías y hormonarse… Pero ¿para qué? Si hombre y mujer son categorías sociales.

(Si conceptualizamos mal, politizamos mal. Amorós)

Dice también que las lógicas LGTB así ponen en duda el binarismo. Pero si solo somos definibles por oposición… Más que ponerlo en duda se confirma. Y además de la manera más sexista. Ya que el feminismo solo acepta el binarismo como un papel reproductivo dentro de la especie, lo condena a nivel de rol social.

«No hay destino biológico. Simone de Beauviour»

Pero la ilógica LGTB toma como identidad el binarismo y define a hombres y mujeres solo desde él e indisoluble a cualquier nivel, biológico que pretendía negar y cultural que es el que legítima como cimiento de la desigualdad. (Digo LGTB y sé que debería poner solo T que son los que monopolizan el asunto)

Y todo este discurso choca con el discurso de investidura en que una flamante ministra nos decía «No somos la otredad del hombre». Cuatro años más tarde nos dice que sí, que lo somos y que no cabe ninguna otra realidad «Hay mujeres con pene tan cierto como sale el sol» dice en otro podcast. (No está pagado ser podcasdter) 

Para la mayor parte de la gente este tema es tan solo una locura que se permiten los ricos mientras la gente común ve como sus sueldos no crecen al ritmo de la inflación y se hacen genios de la contabilidad a los que nunca se les dará un Nobel en matemáticas no por no merecerlo.

Para las feministas es el fin de la esperanza de 2018. La última huelga general por motivos laborales es de 2014, la última y primera por los derechos de la mujer, el 8 de marzo de 2018. Un hito histórico. Paramos el estado, el mundo, laboralmente y también el consumo y los cuidados (Las que pudieron, con colaboración masculina habrían podido más) 

Pero si Podemos nació para canalizar la lucha obrera y sacarla de la calle con una supuesta opción política, llegó también a la lucha feminista infiltrándose en nuestras asociaciones y manejando las plataformas 8M. (En Galicia a pachas con el BNG). Con sus discursos lejanos a la sociedad, que hablan de emocionalidad y abstractos que no solucionan los problemas reales, la pobreza y la violencia.

No son una solución política, son una evasión política, un relato fantástico para no encarar lo feo de lo real.

En 2019 el 8M ya no se convocó como huelga general. Y desde el 2020 que llega la ministra menos feminista de la Historia no ha vuelto a serlo. Excusas muchas desde los sindicatos. Pero lo cierto y verdad es que están paralizados por motivos partidistas. Traicionan a la conciencia de clase y los derechos de las mujeres. De hecho han comprado el relato queer, un relato burgués y neoliberal. Un discurso esencialista contrario a todo análisis marxista. (Remito a la entrevista, a ver si resiste un análisis desde el materialismo histórico).

Las principales asociaciones feministas quedaban vacías en poco tiempo. La plataforma Galegas 8M el año pasado eludía organizar de modo unido porque necesitaban un descanso, que mejor organizar por localidades. La realidad es que quedan cuatro gatos porque los queer son minoría, ruidosa en redes, vaga para salir a la calle. Son solo la tribu urbana de esta década y como todas con limitada vida. Pero en su corta vida nos han desunido y desactivado la fuerza que podíamos exponer tímidamente en 2018.

Hace 10 años del Tren de la Libertad, un pulso del feminismo que acabó con un ministro que ponía en duda un derecho como el aborto. La misma Pam ha hablado de ello alguna vez omitiendo a las organizadoras y a las protagonistas que llevaban esa pancarta. Todo éxito y fuerza feminista no se ha dado en estos 4 años.

Podemos ha deslegitimado nuestro discurso porque en la calle ahora nos confunden con un relato absurdo, poco fundamentado, desafecto a la realidad de la vida cotidiana, que no resuelve el crecimiento de la violencia sexual y de la violencia machista. Asistir a nuestras manifestaciones el 8M se ha convertido en un evento social para cumplir de cara a la sociedad, se ha despolitizado y ni siquiera podemos gritar proclamas de reivindicación de nuestros propios cuerpos para no ofender.

Podemos es la demostración práctica de la romantización como opio para el pueblo. Pusieron a la cabeza a una pareja normativa, con churumbeles, formados y de familias sin problemas, pero que vivían en barrio obrero. El comumacho casado con la feminista, un poco como el torero con la folclórica. Que nadie la había visto nunca en una asamblea feminista, pero no molestemos con detalles, estamos construyendo relato. Si recordamos aquel famoso cartel de Pablo Iglesias brazo en alto celebrando su vuelta, era obvio que un rey no es nada sin reina.

El resultado es que en redes no vemos militantes, vemos fans. Como los carpeteros de Gran Hermano. Antes de Irene, antes de Podemos, las calles estaban a punto de arder, ardían en media Europa. Ahora nunca sabremos si perdimos la oportunidad de cambiar realmente las cosas. De conseguir el fin de la Reforma Laboral, especulación de las eléctricas, devolución rescate bancario, el fin real de los desahucios, que hubiera una ley de protección ante violencia sexual real, si habría abolición de la prostitución… 

Si a día de hoy las mujeres tendríamos una naturaleza propia y no seguiríamos siendo la otredad.

Si saldrá el sol y no girará alrededor de los penes.

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