Rubén Sánchez
En estas fechas, las empresas lo tienen mucho más fácil para pillarnos con la guardia baja. Llega la fiesta por antonomasia. La fiesta del consumo. La orgía consumista de las Navidades. Diciembre es el mes de las compras compulsivas, de tomar decisiones rápidas, porque tras una compra hay que realizar otra y otra y otra… Es el mes de la carrera contrarreloj para encontrar todos los regalos navideños antes de que den las campanadas. También es el mes en el que, como siempre, nos olvidamos de valorar si deberíamos cancelar alguno de los contratos que tenemos con esas empresas que han decidido celebrar el año nuevo subiendo sus tarifas.
Así que cuando llegue la segunda semana de enero, para muchos llegará el momento de las lágrimas. De comprobar que gastamos por encima de nuestras previsiones. De que la paga extra, si es que tenemos paga extra, se ha esfumado junto a buena parte del salario del mes. De que igual ha llegado el momento de hacer una revisión en profundidad de lo mucho que gastamos y en qué lo gastamos. De valorar que debemos buscar tarifas menos caras en la luz, el gas o las telecomunicaciones. De darle una vuelta a nuestra hipoteca y decirle al banco que si no nos la mejora, nos la llevamos a otro. De mirar en qué fechas vencen el seguro del coche, el de la casa y cualquier otro que tengamos contratado, porque igual ya toca comparar con otras compañías a ver si alguna nos cobra algo menos.
Ojo que puede que todavía estemos a tiempo de que la cuesta de enero sea un poco menos empinada que de costumbre. Puede que si empezamos a echar un vistazo a nuestra cuenta bancaria a diario nos frenemos un poco a la hora de seguir gastando. Y puede que evitemos una auténtica hecatombe en nuestra economía si usamos de una vez unas tijeras con la tarjeta de crédito y dejamos de una vez de cometer el error de gastar por encima de nuestras posibilidades pagando las cosas a plazos.
Y sobre todo, ¿no crees que ya toca empezar a enfrentarnos a esas compañías que nos engañan, que incumplen sus promesas, que cometen abusos a sabiendas de que son muy pocos los que se dan cuenta y aún menos los que van a denunciarlos?
Venga, despierta. Que aunque nos la llenen de luces de colores, hay empresas que nos están arruinando la vida y no nos damos cuenta.
Soy Rubén Sánchez y en ocasiones veo fraudes.
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Editorial del episodio 34 del pódcast En Ocasiones Veo Fraudes
