Madres privilegiadas

1

Por Núria Val

Mi hermana lleva días diciéndome que escriba. Que tenemos muchas cosas por las que quejarnos y que a mí me gusta mucho escribir y quejarme, y que además me da por reflexionar sobre la vida en general.

Yo no lo he estado haciendo mucho caso porque vivo cansada, porque tengo mucho trabajo dentro y fuera de casa y porque la vida no me da para más.

Pero hoy que tengo el día libre después de haber tenido a la niña enferma tres semanas y sin sacarla casi de casa y me dio por pensar la vida que vivimos las madres en esta sociedad de mierda y preguntarme por qué vivo permanentemente agotada.

Evidentemente desde que esa criatura llega a este mundo, todo es confusión y estar a verlas venir. Porque nadie, creedme, NADIE te prepara para lo que se te viene encima. Que sí, que puedes leer muchos libros, ver muchos webinars de crianza, escuchar a tu madre y a tus amigas madres y a la virgen que, por lo que dicen, fue madre sin ni siquiera tenerlo previsto ella, pero amiga… ay, amiga, qué aventura.

Y os hablo desde mi posición totalmente privilegiada en los tiempos que corren (aunque no debería ser un privilegio) de haber formado una familia en la que co-maternamos al cien por cien casi todo el tiempo (que no quiero yo decir que esto sea así porque somos dos mujeres) menos cuando la nena se pone en plan “solo quiero mamá” y no la puedes despegar ni aunque le traigas a Pepa Pig a la puerta de casa. Además de esto, pertenecemos al “primer mundo”, donde si necesitas ayuda, y no te queda otra, a golpe de billetera la puedes conseguir sin problema si te lo puedes permitir, todo sea dicho.

Pero aun siendo estas “madres privilegiadas” que somos, tienes que luchar todo el día con la culpa, que bien tenemos integrada en nuestro ser por el mero hecho de ser mujeres y por lo bien que nos han inculcado que debemos ser y estar para nuestros hijos 24/7 y si no, eres mala madre. Y aunque te creas tú muy progre (pero progre de verdad, no calaña inmunda neoliberal que se vende como progresista) y salgas, hagas deporte o te dediques tiempo a ti como más te apetezca, sigues teniendo ese sentimiento de culpabilidad perenne en segundo plano dentro tu cerebro que te dice que ese tiempo deberías estar dedicándolo a cuidar de tu familia y tu casa.

Le tenemos que sumar a este maravilloso cóctel, el estar cuestionándote permanentemente si has querido ser madre porque realmente lo querías o porque la sociedad te ha hecho creer que lo querías. A día de hoy aun no sé responder a esta pregunta. En los días que tienes de mierda, como todo hijo de vecino, te paras a pensar: Si a veces no sé ni cubrir mis necesidades básicas, ¿cómo voy a cubrir las de un ser pequeño que me necesita todo el rato?

Mientras todo esto ocurre, lidia tú con la crianza y con las opiniones que tiene el resto del mundo con tu crianza. Que si profundizo en este tema, me da para 3 libros, pero es una pelea constante el criar a tu criatura sin que nadie te juzgue o te de su “humilde opinión”. Seguro que las que sois madres no necesitáis que os diga nada más.

Y con todas estas reflexiones de mi cabeza, sólo quiero dejar claro que este mundo es muy hostil para las madres en general, tanto correr, tanta productividad, tanto “time is money” nos resta tiempo para poder inculcar unos buenos valores a los niños y niñas y que puedan pensar por sí mismos e intentar dejarles una sociedad menos mala.

Pues sí, después de todo esto, creo que tengo derecho a vivir permanentemente cansada.

Sólo os quiero preguntar madres del mundo: ¿En qué momento decidisteis tener dos?

1 COMENTARIO

  1. Yo tuve tres. El primero es el que más impacra en tu modo de vida. Es la cadena que te ata. El segundo sólo es un poco más de trabajo físico, pero no te cambia nada. Un poco más adelante, el primero juega con el segundo, y un poco más adelante se cuidan mutuamente. Entonces llega el tercero, que es un juguete. Ya sabes criar, no te estresas, disfrutas, y eres una pasota total que solo sabe dar amor, y que sabe que quien hace lo que puede no está obligado a más. Con un poquito de suerte, los días de maternidad son cada vez más livianos y mejores. El día que los tienes a los tres independientes ya lo flipas.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.