Por Sonia Mauriz Pereira
Una de mis razones para ser feminista es precisamente el legado que creo que debemos dejar a las generaciones futuras. Desearía que mis sobrinas vivieran en un mundo más libre para ellas.
Pero si vemos los números de violencia machista entre menores, tanto relacional como sexual, dibujan una realidad terrible y poco esperanzadora.
¿Qué estamos haciendo mal para que vayamos hacia atrás?
Según la Memoria de Fiscalía de Menores, en 2022 (obviamente de 2023 no hay memoria aún) fueron incoadas 723 causas y enjuiciadas 305, frente a los datos de 2013 con 151.
El crecimiento es innegable y hablamos solo a partir de 15 años porque los menores de 14 no son imputables, además son solo los casos que se suelen denunciar de agresión física o sexual. Otro tipo de actos psicológicos o de acoso no suelen llegar a denunciarse, quizá por no tomarlos en serio.
Pero si analizamos los estudios sobre los comportamientos relacionales y de maltrato que los adolescentes han normalizado el cuadro es aún más negro y promete futuros adultos que desprecian a la mujer, que la ven como un objeto de su posesión, con derecho a controlarla, vigilarla y acceder a su uso sexual a su conveniencia.
Y tristemente ellas aprenden que ese tipo de relación es amor, interés y deseo. Incluso una validación» Si me controla es porque me quiere. Si insiste en tener sexo es porque le gusto mucho».
Un dato que viene a incidir en ver el futuro poco esperanzador es que ha crecido el negacionismo de la violencia machista entre la juventud. Un 23,10% de chicos entre 15-29 años creen que es un invento ideológico frente al 12% de 2019.Entre las chicas la concienciación es mayor, pero también crece a un 13,2 % en 2020 frente al 5,7 % de 2019. Lo que contrasta con que los dos sexos (Sí, dos) en un 87% reconocen que saben de casos de maltrato en su entorno.
Repasando lo que dicen los medios sobre este tema, muchos señalan como causa el crecimiento de la extrema derecha. Los informes de los tribunales de menores, Fiscalía y Observatorio de la violencia de género no apuntan a ello. Yo no infravaloro su influencia, pero realmente creo que es una simplificación.
Por otra parte, otros medios afirman que la agresividad del «feminismo» del anterior Ministerio de Igualdad ha conseguido que los adolescentes se sientan agredidos y culpabilizados.
Ni el ministerio ha practicado el feminismo, ni creo que haya sido así.De hecho, apunto a una gran dejadez de funciones en el tema de la violencia contra la mujer y que han enfocado más las políticas de educación y prevención a difusión de sus propios intereses muy lejanos de la urgencia social que supone el terrorismo machista. Y no por falta de recursos, ya que el Pacto de Estado contaba con el mayor presupuesto de la Historia, si no por total falta de interés.
Los talleres educativos enviados a los centros no han estado tan enfocados en educación básica sexo afectiva, a la valoración de uno mismo y al respeto al otro como cimientos de una sexualidad sana, sino a evasiones como escoger filias, ser 2 espíritus o inventar géneros. Hasta el punto de que con 15 años ya tienes más etiquetas que un tanga de H&M, pero no sabes decir No o aceptar un No.O aceptar y poner límites a tu intimidad del tipo tu pareja no puede mirar tu móvil o controlar tus hábitos y tú no puedes hacerlo tampoco y debes aceptar sus límites.
En el estudio del Barómetro de Juventud y Género del Centro Reina Sofía de 2022, los números reafirman un escenario poco deseable.(Los hechos, que se hacen materiales al ser cuantificables)
Creo que ningún padre/madre querría pensar que sus hijos e hijas viven en semejante realidad. Se considera normal y habitual controlar el móvil, todo lo que se hace, la ropa, la insistencia sexual, insultar, humillar ,minusvalorar…Tampoco debería extrañarnos si constantemente nos saltan en redes, memes y videos que han consolidado llamar a la pareja» El tóxico o la tóxica» y se hace mofa de episodios de control de redes, móvil, acciones, ropa…Los niños y niñas son muchos ojos mirando lo que hacemos, imitando y aprendiendo.
No, tu hija maquillada con 3 años perreando canciones con letras sexuales no es divertido y no deberías exponerla en redes. Déjale ser infancia. Respeta su intimidad.¿Qué legado quieres para ella?
Parece inexplicable este retroceso si pensamos que el papel de la mujer socialmente no es el mismo que hace 60 años. Si bien la igualdad todavía es más formal que real, alguien de 15 años ya ha sido educado con otros referentes, con la mujer ocupando más espacios, con leyes que visibilizan y negativizan la desigualdad y el maltrato.
¿Qué está pasando? ¿Cómo hemos llegado a esto?
Como posibles causas se señalan el tratamiento de los medios ante los casos de feminicidio que hacen un perfil del maltratador como un adulto, enfermo, alcohólico o drogadicto. Lo que da lugar a» la figura del monstruo» y no como un hombre normal y corriente, generalmente muy bien integrado socialmente.
Si ni los adultos se reconocen maltratadores, incluso cuando reconocen actos violentos, mucho menos un chaval de instituto con la única obligación de estudiar y bajo custodia paterna.Lo ven como un problema entre adultos y más de violencia extrema o muerte.
Así mismo, las chicas no se reconocen víctimas y además protegen al victimario.
También es un factor muy importante en edades donde la validación de manada es fundamental el miedo de ellas a la represalia social y, como a las adultas, a denunciar o contárselo a sus padres. Para las instituciones judiciales las causas están en falta de educación sexo afectiva y temprano acceso al porno (Al porno no debería acceder nadie ,ni pronto ni tarde e invito a buscar en Google los efectos negativos sobre el mismo en el cerebro y las disfunciones sexuales). La edad media de acceso temprano al porno es de 9 años y hay ya críos adictos con 10.
Además del obvio peligro de una adicción, hay que subrayar que como agente socializador es más que negativo. Aprenden a ver a la mujer como un objeto pasivo, sin derecho al No y cuyo consentimiento es relativo. Porque nada más corrupto que este concepto. Y para muestra el hecho de que una de las categorías más demandadas en páginas pornográficas es el» No consentido»Ese consentimiento aprenden se puede lograr con la dosis de violencia o insistencia adecuadas porque en realidad ese No era Sí. Las niñas a su vez aprenden que el No es un riesgo si quieres gustar y no resultar una mojigata no aceptable para el grupo y que la violencia es parte del sexo. O el sexo en sí.
¿Cómo detener esta regresión en tiempos donde se vende el retroceso como libertad sexual y el mito de la libre elección como estandarte? ¿Ante las violaciones a niñas cada vez más jóvenes por parte de menores en manada? ¿En tiempos en que la pornografía ha substituido al amor romántico ( ya pernicioso) subiendo muchos peldaños la violencia?
Las mismas instituciones judiciales apuntan a la educación como única solución y por su experiencia en condenas con programas de reeducación afirman que son más efectivas que con adultos por no haberse afianzado la violencia en su conducta.
A mí personalmente me parece que la prevención es por supuesto educacional, pero tendría que modificarse su modo de impartirla. Como talleres y charlas ajenas a los centros e impartidas por asociaciones contratadas no me parece ni la forma eficiente ni seria.
Por una parte, hemos visto estos últimos años como un tipo concreto de asociaciones ha monopolizado este mercado aprovechando para adoctrinar en una ideología evasiva y esencialista que no ofrece soluciones a la creciente violencia machista y sexual que sufren las niñas y mujeres. Tampoco ofrece alternativas a los niños y adolescentes ni guías básicas en valores de igualdad para no ser agresores.
Chocan, por tanto, las recomendaciones de las instituciones judiciales que viven de cerca la problemática y, generalmente, en sus consecuencias más graves con las soluciones que aportan instituciones políticas, quizá más preocupadas por sus propios intereses.
No soy experta en educación, pero creo que habría que estudiar integrar algo tan fundamental como asignaturas con un seguimiento serio y progresivo por etapas como parte del propio centro por profesionales adecuados. Y fomentar campañas entre las familias para una mejor protección del menor en redes y de no acceso al porno.
Ojalá algún gobierno se tome estos números en serio y no tengamos un Regreso al Futuro en feminicidios y violencia sexual.
Ojalá nuestro legado no sea el terrorismo machista y su normalización.
