Escribamos como ABC

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Seguramente cualquier ciudadano español de más de 20 años recodará titulares en prensa como éste: «HB, BRAZO POLÍTICO DE ETA, SE NIEGA A CONDENAR LA VIOLENCIA CALLEJERA DE LA SEMANA PASADA. LA FORMACIÓN ABERTZALE INTENTA SACAR ADELANTE UN TEXTO ALTERNATIVO HABLANDO DE TODAS LAS VIOLENCIAS QUE SE EJERCEN EN EUSKAL HERRIA». Cuando este tipo de sucesos ocurrían, casi toda la sociedad española se indignaba al unísono. Muchos se hacían cruces preguntándose cómo dicho partido político era legal, hasta que al final dejó de serlo, en buena parte por actos como el recogido en dicho titular.

Bueno, pues cambie usted en dicha cabecera HB por Partido Popular, ETA por ultraderecha y batasunos por populares y obtendrá lo que ocurrió en el senado este miércoles con los actos de los neonazis vocingleros que se amontonan y destrozan todo a su paso estos días en Ferraz. Aquí la condena de la sociedad dista mucho de ser unánime. No hay encendidas declaraciones televisivas pidiendo cuentas ni titulares altisonantes censurando la acción del Partido Popular. Éste es lo más parecido que he visto, y omite calificar al Partido Popular como brazo político de los asaltantes de Ferraz y, por supuesto, decir que se niegan a firmar el documento original.

En fin, esto es sólo un ejemplo, pero como no quiero extenderme les escribiré una crónica con todo lo que sé de los sucesos de Ferraz al estilo de la que hubiera escrito ABC sobre la Batasuna de los 80 y 90 cuando se trataba de la Kale Borroka y no de la Caye Borroka, que de este modo se ha dado en denominar en las redes sociales la violencia callejera de la derecha, haciendo un juego de palabras sobre los cayetanos, el grupo social que integra mayormente esas algaradas. Ahí va la crónica, que empezaría con un titular bien claro y alarmista:

LOS CACHORROS DE LA ULTRADERECHA SIEMBRAN LA DESTRUCCIÓN EN MADRID. VARIOS POLICÍAS HERIDOS. PP Y VOX, BRAZO POLÍTICO DE LA BANDA, SE NIEGAN A CONDENAR LOS HECHOS.

La llamada a Ferraz de varios dirigentes de la banda, como Santiago Abascal Conde, alias «El Vago», «Sin mili» y «Tres prórrogas», o Juan García Gallardo Frings, alias «Tuberculosis» o «El Inoperante», fue escuchada por los violentos, que rápidamente procedieron al asalto de la sede del partido de gobierno. Los cayeborrokaris incendiaron contenedores y otras piezas del mobiliario urbano mientras las fuerzas del orden se empleaban a fondo en disolver la algarada. Como consecuencia de ello los cachorros de la ultraderecha empezaron a corear gritos contra los agentes y los medios de comunicación. La situación derivó en una batalla campal que desembocó en varios heridos y numerosas detenciones. Pero todo esto no afectó al Vago ni a Tuberculosis, que ya para entonces habían abandonado la concentración. Los que se llenaban la boca de su valor y entrega a España huyeron de la manifestación en cuanto les fue posible, cosa que también hicieron otros dirigentes de la banda que se dejaron ver al principio del acto, como el violento Daniel Esteve, alias «Rompepuertas» o Luis Alvise Pérez, alias «Follaardillas», uno de los cabecillas del aparato de propaganda de los neonazis.

Tras los disturbios llegó la hora de las reacciones políticas, con condenas de parte de todos los partidos democráticos, pero no así del brazo político de los asaltantes. Alberto Núñez Feijóo, alias «El Narco», «Farlopa» u «Operación nécora», máximo dirigente de las organizaciones derechistas que amparan a los cayeborrokaris, descargó la responsabilidad de los hechos sobre las formaciones democráticas. En un mensaje en su perfil en X, antes Twitter, declaró: «El malestar social es culpa de @sanchezcastejon» para después perderse en consideraciones sobre la ejemplaridad de los partidos. Tampoco María Concepción Gamarra, alias «Cuca», portavoz del partido filocayeborrokari condenó los hechos. «No me gustaron», se limitó a contestar a preguntas de los periodistas.

Por su parte Tres Prórrogas aparecía unas horas más tarde manteniendo un difícil equilibrio entre el respeto al orden que siempre ha pregonado y la defensa de sus cachorros en una intervención en la que llegó a pedir a las fuerzas y cuerpos de seguridad que desobedecieran las órdenes de sus superiores. También Tuberculosis se dejó ver en una nueva ocasión ante la sede del partido de gobierno coreando consignas xenófobas y contra los agentes de la Ley.

Todas estas evasivas llegaron a su culminación en el senado cuando el partido gobernante intentó sacar adelante un texto de condena de la violencia de los cayeborrokaris contra sus sedes. El portavoz del brazo político de la formación filoneonazi en la cámara alta, el histórico dirigente Francisco Javier Arenas Bocanegra, alias «Moranco», aseguró compartir algunos párrafos del escrito pero la formación derechista presentó un texto alternativo en el se condenaba cualquier violencia contra las sedes, intentando así diluir las responsabilidades.

Por último la que todos consideran la verdadera jefa suprema de la organización, la criminal de las residencias madrileñas Isabel Díaz Ayuso, alias «Mataviejos», dijo condenar la violencia pero defendió a los que según ella se manifestaban «en favor de la democracia», en lo que todos interpretaban como un abierto desafío a Farlopa por el poder en la banda. Mataviejos reapareció unos días más tarde calificando como «dictadura que nos han colado por la puerta de atrás» el mismo acuerdo de gobierno que, no lo olvidemos, su misma organización había intentado hacía menos de dos meses.

Todo ello hace que la opinión pública quede desconcertada, al no comprender cómo políticos y otros personajes perfectamente identificados pueden amparar la violencia contra partidos e instituciones democráticas sin que la ley actúe contra ellos.

Aquí retomo mi artículo y les permito, obviamente, que formen su opinión de la crónica. Son libres de pensar que algunos aspectos de la misma son mejorables o que se ajustan menos a la realidad que otros . Pero el lenguaje les suena, yo solo he intentado reproducir el estilo de otros, y no me negarán que contando así las cosas se ven de otra manera.

Juan García Gallardo Frings, alias «Tuberculosis» o «El Inoperante», en la concentración de Ferraz, enfrente de los antidisturbios.

1 COMENTARIO

  1. Lo has «bordao» reconozco que si tenía la mala suerte de dar con un texto sobre la «kale borroca» no me reía, pero como en esas fotos que sustituyen a las machistas donde mujeres cosificadas son sustituidas por hombres se aprecia al instante el ridículo espantoso y que la sociedad está «empanada».

    Bravo, «vilancho»!

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