Braulio Moreno Muñiz, @BraulioMoreMu
El sol nos recuerda que existe.
La habitación se llena de luz,
abro los ojos y muchos versos flotan en el aire,
intento cazarlos y los leo:
Machado, Miguel Hernández, Luís Cernuda…
Salgo a la calle con los ojos cargados de belleza.
El mundo, aquí fuera, está lleno de gente,
humanidad que transita las calles a mi par.
Les miro a la cara,
quizás con demasiada indiscreción,
pero sus párpados no brillan de belleza,
llevan sus pupilas a rebosar de desilusiones,
de frustraciones,
de crisis de los cuarenta con veinte años menos,
porque al alba no vieron versos,
vieron asuntos prescindibles de reyes, reinas, príncipes y princesas.
Y salieron a la calle,
y la realidad les escupió en los ojos.
Esa vida de parásitos jamás sería para ellos,
aunque pensaran que era su mejor sueño,
y con sus cuerpos y almas tiraban del peso de la resignación.