Poema: Detengamos su rabia

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Braulio Moreno Muñiz

Nos duermen con cantos sencillos y fanáticos,

no se paran en florituras ni medias tintas.

Ahí, con genio directo a nuestros corazones.

Al fuego de la rabia lo alimentan bien,

no con petróleo, ni con madera de roble,

si no con ideas que inflaman sentimientos,

y estos, son nefastos,

además de complejamente sencillos,

y sencillamente complejos.

Bestias afines a ideales egoístas,

fascismo en estado puro,

camuflado de ideas nuevas.

¿Acaso hemos perdido la memoria?

¿Acaso hemos dejado de escuchar a los ancianos?

Y uno, harto ya de estrellarse,

de ser vapuleado por la agitación

de los vaivenes de las corrientes contrarias,

de la ineficacia de nuestras alertas,

y de políticas demasiado moderadas para ser justas,

tiene la tentación de abandonar,

de decir:

Allá ellos.

Acabaran sin libertad pero con hambre.

El problema es la represión,

porque nos han reprimido hasta la indolencia,

y la rabia resurge a fogonazos,

y al igual que el chacal hambriento

destroza a dentelladas la mano que se acerca a acariciarlo,

exigimos paz, pan, trabajo y libertad,

y nos ofrecieron una paz de guerras lejanas,

de pan, unas migajas de sal y arena,

un trabajo corto y apenas pagado,

y una libertad condensada en un “Gernika”

expuesto tras un cristal de un metro de espesor.

Eso nos ofrecisteis políticos moderados y nefastos,

y ahora, o tal vez más tarde,

hasta vuestras residencias y parlamentos,

corren el riesgo de ser incendiados

por fascistas aupados por su cólera y sus miedos.

Así que, unámonos para frenar el tsunami

de rabia, odio y miedo.

Los fascistas exigen su revancha intentando

imponernos su eterno dominio.

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