Un león se encontró un día
a tres toros muy amigos
que pastaban en los trigos
sin ninguna picardía.
La fiera, al verlos, quería
atacarlos contra el viento;
pero detuvo su intento
porque los toros estaban
unidos cuando pastaban
sin separarse un momento.
«Juntos me van a vencer
si les muestro mi intención»
Pensó el astuto león
«Su amistad debo romper
para poderlos comer
despacio y por separado»
Cuando lo tuvo pensado,
al primero se acercó
sigiloso y susurró:
– ¿Tú sabes lo que he escuchado?
«Los otros han decidido
comerse el pasto mejor
y dejarte lo peor
cuando te quedes dormido»
El toro, muy ofendido,
del resto se separó.
Como el león consiguió
lo mismo con el segundo,
con todo el tiempo del mundo
a los tres se los comió.