De Rubiales, señordos, alienadas y patriarcado

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Cada vez que un macho saca los pies del tiesto y agrede a una mujer (algo que ocurre con peligrosa frecuencia) un ejército de palmeros y acunapenes irrumpe en la polémica para ponerse de parte del macho y cuestionar a la víctima, desviando así el foco de lo realmente importante: la agresión.

No ver una agresión sexual en la inmovilización de una mujer (en este caso es la cara) y el posterior establecimiento de un contacto físico de índole sexual no deseado, y cuestionar la reacción de la víctima para blanquear un hecho grave que va contra la integridad física de la misma, es un indicador claro de la podredumbre moral de nuestra sociedad fomentada desde el patriarcado. Algunos hombres no ven un ataque en el agresor y algunas mujeres al no observar reacción en la víctima niegan la existencia de esa agresión de facto: si no te defiendes, la agresión no es tal.

Patriarcado de coerción y de consentimiento dándose la mano.

Además «lo de Rubiales» está empañando el triunfo histórico de la Absoluta Femenina y, perdonadme la conspiranoia, no sé hasta qué punto se está apagando un fuego con gasolina de forma intencionada.

Vamos a pasear por el origen del patriarcado dando una vueltecita por la historia de la humanidad con Gerda Lerner y su libro «La creación del patriarcado» (1986)

Lerner considera que la creación del patriarcado fue en el Antiguo Oriente Próximo en un período de 2500 años desde alrededor del 3100 a. C. hasta el 600 a. C. en el que se puede considerar perfectamente consolidado. Muchos años de opresión por sexo acompañan a la historia (invisibilizada) de la mujer.

La apropiación por parte de los hombres de la capacidad sexual y reproductiva de las mujeres ocurre antes de la formación de la propiedad privada y en el momento en el que este descubre que puede preservar su línea genealógica exclusivizando el uso de la mujer. Algo que (y voy a abrir un melón incómodo) entra en conflicto con la monogamia, que no es una conducta biológica al uso en la especie humana sino una cuestión moral y ética, una elección personal, que entra en conflicto con la Biología. La forma del pene puede ser una pista de ello: estudios más o menos recientes podrían avalar que la forma del pene está relacionada con la competencia que existe entre machos para fecundar a una hembra y que la forma del glande permitiría extraer el semen del macho que se hubiera apareado anteriormente con la hembra.

Evidentemente esto (la preservación de las estirpes genealógicas) se solucionó haciendo de las mujeres una propiedad privada mediante la dominación y el establecimiento de jerarquías sociales y sexuales entre hombres y mujeres, y entre las mismas mujeres, que prevalecen actualmente representadas en algo que hoy podríamos traducir como un «acunapenes vs feministas».

Cito a Gerda Lerner:

[…]

La subordinación sexual de las mujeres quedó institucionalizada los primeros códigos jurídicos y el poder totalitario de los estados la impuso a través de varias vías, se aseguró la cooperación de las mujeres en el sistema mediante:

  • La fuerza.
  • La dependencia económica del cabeza de familia.
  • Los privilegios clasistas otorgados a las mujeres de clase alta que eran dependientes y se conformaban y la división creado artificialmente entre mujeres respetables y no respetables.
[…]

Lerner también cita como métodos de sumisión a la religión (derrocamiento de diosas poderosas) y el posterior resurgimiento del monoteísmo hebreo. ¿Os resulta familiar?

Volvamos al SXXI y traigamos a Gerda con nosotras.

Rubiales, al agredir sexualmente a Jenni, se salta el reglamento de la RFEF, que en su punto 4 «Situaciones, actitudes y comportamientos relacionados con la violencia sexual«, especifica como comportamientos inadecuados, en el apartado de contacto físico, el «excesivo e inadecuado acercamiento en el contacto corporal, abrazos, apretones, etc…» Y «BESAR A LA FUERZA».

No es ni más ni menos que una muestra de poder y de sometimiento, una demostración de jerarquía tanto sexual como social. Añadamos a esto que Rubiales intentó coaccionar a Hermoso para que apareciera en el video en el que se disculpa (video que es un tratado de narcisismo), que unas supuestas declaraciones de la jugadora quitando hierro al asunto son un bulo y la convocatoria de una asamblea extraordinaria de la RFEF, el próximo viernes 25 para apoyar a Rubiales y sumemos 2+2.

La reacción de algunos a dicha agresión es la esperable, como monigotes del patriarcado que son, papel asumido por socialización. Rechazar de plano la agresión de Rubiales a Jennifer implicaría, sobre todo, tener que verse identificados con situaciones similares y reeducarse y además, renunciar conscientemente a una parcela de poder: el sexual, el que nos cosifica y nos convierte en su propiedad.

Denunciar esa agresión públicamente les supone, desde su punto de vista, rebajarse socialmente por apoyar a una mujer, perder «puntos de categoría patriarcal» y ser víctimas del escarnio que dicha maquinaria patriarcal orquesta contra ellos al grito de ¡huelebragas!, lo que supone una andanada en la linea de flotación de su masculinidad frágil. Pobres infelices.

Otros, los más osados, tienen la desfachatez de no ver nada y ADEMÁS autoidentificarse como feministas cuando su más que cuestionable respeto por las mujeres no va más allá de su circulo social y familiar.

La reacción de ellas es la búsqueda de la aprobación masculina y patriarcado de consentimiento Cuando son ellas las que no ven agresión porque ella no se defiende, buscan el aplauso de la clase sexual masculina, no perder su condición de «respetabilidad» otorgada únicamente por ellos, por estar calladas y ser guapas y complacientes, aunque eso implique denostar a otra mujer para protegerse a si mismas y creerse a salvo. Una forma de socialización femenina que, desgraciadamente, no les garantiza nada.

Casi 5000 años de patriarcado frente a 300 de feminismo y a fecha de hoy, su único argumento es mirar para otro lado, llamarnos locas o feas e imaginarnos frustradas sexualmente y rodeadas de gatos.

Algo me dice que saben que vamos ganando y están dispuestos a todo para pararnos los pies.

@_Marian_is_back

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