Lander Martínez y las pataletas

2

Aquel domingo de resaca podemita, allá por el año del señor de 2015, Lander Martínez esperaba con expectación el resultado de la noche electoral en su cuartel general. El entonces Secretario General de Bilbao esperaba que su formación, Udalberri (Podemos, EQUO e IU), sacara 5 ediles y se colocase como segunda fuerza de Bilbao por detrás del insuperable PNV. Pero no iba a ocurrir eso, la otra formación salida de Podemos, Ganemos, le iba a robar la posibilidad de lucirse en una elecciones. Aquella noche su partido sacó dos concejales y el otro partido otros dos. Y sí, si se hubiesen presentado juntos hubiesen sido segunda fuerza con 5 concejales. La rabia de Lander iba a dejar perplejos a todos los allí presentes. En el momento en el que se hacía inapelable el resultado de lo que pudo ser Lander Martínez se dirigió a uno de los laterales de su cuartel general y, delante de los presentes, se tiró al suelo y se puso a patalear y a llorar como el niño que siempre ha sido. La frustración de un aspirante a dictador es siempre peligrosa y más de uno se llevó, sin querer, una patada cuando se dispusieron a ayudar a su Secretario General. 

Esta es la visión que pretendo que tengan ustedes ante el que va a ser número 1 por Bizkaia por el partido SUMAR. Un niño con su pataleta. 

Pero avancemos 5 años más. Después de ser Secretario General de Euskadi, de amagar con irse a Más País, de propiciar y apoyar los presupuestos antisociales del PNV cuando era miembro del Parlamento Vasco con Elkarrekin Podemos, de ningunear y torpedear todo intento de las bases por tener un poco de protagonismo en su propio partido, de negar y distanciarse de su propio Secretario General, Pablo Iglesias, finalmente, en la disputa interna por la candidatura a las Elecciones al Parlamento Vasco de 2020, en la que apoya a la candidata a Lehendakari, Rosa Martínez, frente a la que consiguió el apoyo de la mayoría de las bases del partido, Miren Gorrotxategi, finalmente, digo, al perder las elecciones internas decide marcharse junto con todo su equipo a apenas cuatro meses de las Elecciones y dejando al partido en cuadro. Todas las personas que le apoyaron se marcharon con él, e incluso pusieron cantidad de trabas para que su partido pudiera acceder a sus cuentas en Redes Sociales y al dinero que estaba destinado a la campaña. Es decir, se marcharon, abandonaron el barco cuando más se les necesitaba. Si no podían dirigir la nave prefirieron dejarla naufragar.

Esta actitud de no saber perder, de retirarse con los suyos perjudicando a su partido político, de personalismos en la dirección del mismo y de falta de participación interna durante su mandato de jefe de Elkarrekin Podemos nos dice qué clase de personas son los Lander Martínez de turno. Junto a él estaban la número 2 de Yolanda Díaz en las listas de SUMAR por Araba, Cristina Macazaga, Yahcov Ruiz, Andeka Larrea, Valentina Torres o Carolina Uribe. Todos huyeron despavoridos cuando supieron que no iban a liderar un partido mientras los que estuvimos en las duras y en las maduras, cuando ellos llevaban la voz cantante, aguantamos carros y carretas por el bien común. ¿Qué se puede esperar de alguien que patalea como un niño cuando no le salen las cosas? ¿Qué clase de político tiene en el descontrol de sus capacidades su mayor virtud? ¿Confiarías tu programa electoral a alguien que sale huyendo cuando las cosas se complican? ¿Cómo es posible que el electorado vasco confíe en semejante personaje cuando ha dado muestras de sus bandazos continuos en la dirección del partido, cuando ha defraudado al pueblo poniéndole unos presupuestos en bandeja al más recalcitrante nacionalismo de derechas, cuando ha dado muestras de su debilidad de mensaje (contrató a un personal manager para enseñarle a hablar en público), cuando ha ninguneado a la militancia de su partido con aquella memorable frase de él y de Eduardo Maura: “que parezca que participan”? 

Fue precisamente Francisco Samir Lahdou, el líder del otro proyecto, Ganemos, del que hablo al principio del artículo, y con quien empezó en su militancia en Podemos el primero que recibió la puñalada trapera de Lander Martínez en su ascenso meteórico en Podemos. Fue él en quien se apoyó para ascender y se lo pagó dejándole fuera de su proyecto. Espectáculo lamentable el de las navajas en la izquierda de este país. Y son seres como Lander Martínez quienes pretenden que se les vote, ¿para qué exactamente? Espero que en la noche electoral del 23J Lander Martínez nos vuelva a premiar con otro espectáculo lamentable y llore y se tire al suelo y patalee porque no ha conseguido ser Diputado. ¡Dios lo quiera! Y el Diablo también.

2 COMENTARIOS

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.