Policrisis, la nueva visión capitalista para definir el Nuevo orden mundial

0

«Una policrisis no es sólo una situación en la que se afrontan múltiples crisis, es más bien una situación en la que el todo es aún más peligroso que la suma de las partes».
Adam Tooze

El género humano asiste atónito a pandemias, sequías e inundaciones, veranos extremos e incendios forestales, la amenaza latente de una tercera guerra mundial esta vez nuclear, una era apocalíptica, para algunos la 6ª Extinción masiva en curso, hitos que se suceden tan rápido que nos acostumbramos a una narrativa de las conmociones, lo que algunos patrocinan bajo el titular del «mundo de la policrisis».

El World Economic Forum (popularmente Foro de Davos, crėme de la crème del capitalismo) cita el neologismo «policrisis» sospechosamente en su publicación presentada en Londres, el Global Riks Report 2023, informe elaborado con las aseguradoras Marsh McLennan y Zurich Insurance Group, que detalla la amenaza de los riesgos globales que afronta la humanidad cuando realmente su mirada apunta cómo afectará al medio de producción capitalista de obtención de beneficios.

«Las crisis económicas, medioambientales, sociales y geopolíticas están convergiendo y confluyendo», declaró el fundador del FEM, Klaus Schwab, al inaugurar el simposio de las élites internacionales de este año. Un mundo de policrisis, al decir del historiador económico británico Adam Tooze, donde un gran problema sigue a otro, puesto que todos están entrelazados y se potencian, se superponen y retroalimentan.

Presenciamos a la recreación de un nuevo orden a partir del desorden de los acontecimientos, contribución del cibernético Von Foerster consistente en el principio del “order from noise” (orden a partir del ruido), si se agita una caja que contiene cubos con dos caras imantadas dispuestos en desorden, se observa que estos cubos van a constituir espontáneamente un conjunto coherente. Así, habrá bastado un principio de orden la imantación y una energía desordenada para constituir una organización nueva ordenada.

En la policrisis los choques son dispares, pero operan juntos para que el todo sea mucho más abrumador por la suma de componentes. Los mecanismos financieros con sus turbulencias son un buen ejemplo: en el Reino Unido, el pánico en el mercado de bonos derribó a una incompetente Liz Truss siguiendo el manual de texto de la autodisciplina del mercado financiero, la unión de la gigantesca factura del subsidio de energía y la tarea del Banco de Inglaterra para deshacerse de la cartera de bonos que había acumulado para prevenir la pandemia de Covid-19 fue suficiente para el desenlace siguiendo la lógica capitalista.

El World Economic Forum alerta de una “policrisis inminente” que afectará a todo el planeta y que se producirá por la combinación de factores como el cambio climático, el peso creciente de la inflación, el año 2023 se sentirá como un año de recesión, la polarización política y social, las tensiones geoeconómicas y la crisis de materias primas, entre otros, a los que podrían añadirse cuestiones coyunturales y desencadenantes como el conflicto armado de Ucrania, el cerco de EEUU a China, las consecuencias de futuras pandemias (aviar en ciernes) y la crisis de la cadena de suministros.

En el panel Global Economic Outlook: Is this the End of an Era? que tuvo como conferenciantes a Lawrence H. Summers, Kuroda Haruhiko, Kristalina Georgieva, Geoff Cutmore, Christine Lagarde y Bruno Le Maire celebrado el 20 enero durante el foro Económico, los participantes ofrecieron una serie de medidas: un papel activo de los bancos centrales para la estabilización de los precios y el manejo de la deuda; el estímulo a la competencia de las tecnologías de energía renovable; promoción de la transición digital; estímulos fiscales para la inversión en las áreas de IA y descarbonización; aceleración de los subsidios a las empresas privadas que desarrollen la industria del hidrógeno, semiconductores, paneles solares, energía nuclear y renovables.

Aseguran los editores del Informe que: «Las crisis concurrentes, los riesgos profundamente interconectados y la erosión de la resiliencia están dando lugar al riesgo de «policrisis», donde crisis dispares interactúan de tal manera que el impacto global supera con creces la suma de cada parte»

El informe de este año explora cuatro futuros posibles para 2030 en torno a la rivalidad por los recursos y las policrisis que podrían surgir como resultado de la competencia por los recursos naturales, competencia impulsada por riesgos medioambientales, geopolíticos y socioeconómicos interrelacionados.

Riesgos inmediatos.

El informe utiliza datos de la Encuesta Mundial de Percepción de Riesgos 2022-2023  para comprender los riesgos a los que probablemente se enfrentará el mundo durante la próxima década. La encuesta señala la crisis del coste de vida como la amenaza más grave a la que nos enfrentaremos en los próximos dos años. Le sigue las catástrofes naturales y los fenómenos meteorológicos, y la confrontación geoeconómica y militar de bloques o regiones en el futuro más inmediato.

«El panorama del riesgo a corto plazo está dominado por la energía, los alimentos, la deuda y las catástrofes. Los que ya son los más vulnerables están sufriendo – y ante las múltiples crisis, los que se califican como vulnerables están aumentando rápidamente, tanto en los países ricos como en los pobres», afirmó Saadia Zahidi, Directora General del Foro Económico Mundial.

La producción de alimentos, un punto central de la «policrisis». Las corporaciones reacomodan su posición en el mercado, ejemplos: destaca Aldi con su política de compra internacional de alimentos y sus credenciales sostenibles en la campaña “Fecha de Extinción” como aliciente para atraer a un consumidor cada vez más preocupado por su huella de consumo a hacer la compra en sus establecimientos. El grueso de su «landing page» (página de aterrizaje) creada para la iniciativa resalta su pertenencia a la Global Coffee Platform (GCP) o al Foro de Cacao Sostenible, la compra y comercialización de plátano de Canarias, la apuesta por certificaciones UTZ, Fairtrade, Rainforest Alliance; o el sello de agricultura ecológica de la Unión Europea de los productos de su marca propia GutBio.

La realidad histórica es bien otra: los productores latinoamericanos son amenazados por los discounters alemanes las tiendas de descuento, éstos son responsables de la caída de precios. Según cifras de Café For Change, los caficultores en todo el planeta dejan de percibir 30.000 millones de dólares anuales debido a la caída del precio de mercado, mientras que Alemania –el principal consumidor en Europa– recaudó más de 50.000 millones de euros en impuestos al café desde 1950. La Unión Europea importó 2,92 millones de toneladas de café en 2017, valoradas en 8,8 mil millones de euros, según estadísticas de Eurostat. Alemania fue su mayor importador, con el 37% del total ese año. La cuota de mercado de aquellos productos certificados por Fairtrade International ascendió a 7.300 millones de euros en el ejercicio 2015/16, mientras que el beneficio económico para los productores en ese mismo período alcanzó apenas los 138 millones.

Panel de Riesgos 2023

Estos riesgos se agrupan en cinco categorías generales: económicos, ambientales, geopolíticos, sociales y tecnológicos. En la parte media inferior del gráfico se encuentran los riesgos que podrían tener impactos graves, como posibles ataques con armas nucleares o biológicas.

En el cuadrante superior derecho del gráfico se encuentran los riesgos que mencionaron varios expertos y que están causando tensión en la sociedad. No es sorprendente que los principales riesgos estén relacionados con problemas que afectan a una amplia variedad de personas, como el aumento del costo de vida y la inflación. Cuando los alimentos básicos como los alimentos y la energía se vuelven más caros, esto puede generar malestar e inestabilidad política, particularmente en países que ya tenían un descontento latente. WEF señala que solo los aumentos en los precios del combustible provocaron protestas en aproximadamente 92 países.

El informe dice así:

«La próxima década se caracterizará por crisis medioambientales y sociales, impulsadas por tendencias geopolíticas y económicas subyacentes. La crisis del coste de vida se clasifica como el riesgo global más grave en los próximos dos años, alcanzando su pico a corto plazo. La pérdida de biodiversidad y el colapso de los ecosistemas se considera uno de los riesgos globales que más rápidamente se deteriorará durante la próxima década, y los seis riesgos medioambientales existentes figuran entre los 10 principales riesgos de cara a los próximos 10 años»

La confrontación geoeconómica, que incluye sanciones, guerras comerciales, selección de inversiones y otras acciones que tienen la intención de debilitar a los países del lado receptor, en concreto: el «decoupling«, símbolo de la ruptura con China y el desacoplamiento entre las economías occidentales y el gigante asiático, protagonismo de términos como «reshoring» y «onshoring«, nombres que aluden a la repatriación de las cadenas de suministro desde Pekín y hacia las regiones de Europa y Norteamérica y el último anglicismo el «friendshoring» o agrupación de países con valores y principios compartidos y el proceso de “«favorecer la vinculación de las cadenas de suministro entre ellos, para que podamos continuar ampliando de forma segura el acceso al mercado y reducir los riesgos para nuestra economía, así como para la de nuestros socios comerciales de confianza» en palabras de la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen.

Advirtiendo del peligroso recurso al nacionalismo económico:

«La guerra económica se está convirtiendo en la norma, con la perspectiva en los próximos dos años de crecientes enfrentamientos entre las potencias globales e intervención estatal en los mercados. Las políticas económicas se utilizarán de manera defensiva, buscando garantizar autosuficiencia y soberanía frente a las potencias rivales, pero también cada vez más de manera ofensiva para limitar el ascenso de otros. El uso intensivo de armas geoeconómicas [proteccionismo y guerra comercial] destacará vulnerabilidades de seguridad fruto de la interdependencia comercial, financiera y tecnológica entre economías globalmente integradas, generando una escalada creciente de desconfianza y desacoplamiento»

De la lectura a estos materiales, en los que los estrategas del capital presentan las perspectivas para su sistema nunca se pone en cuestión el carácter sistémico de la crisis y su explicación no valora el conjunto de relaciones sociales como la responsable de la misma. Su panorama sirve para ocultar al culpable, es decir, la totalidad de las relaciones capitalistas.

Como escribe Güney Işıkara: «Tomemos como ejemplo el colapso ecológico […] Sin entender el capital como un conjunto de relaciones sociales entre los propietarios de los medios de producción y los trabajadores que trabajan a cambio de un salario, y sin concebir esta relación con la expansión del valor como su único objetivo primordial, ni el carácter explotador del crecimiento capitalista ni el imperativo de la eficiencia de costes pueden entenderse como un fenómeno estructural. La transferencia sistemática de costes a terceros el saqueo despiadado de las naturalezas no humanas en el contexto del ajuste continuo de las fronteras de las mercancías para apropiarse de la naturaleza económica, y la incapacidad de realizar progresos significativos para frenar el colapso ecológico incluso ante su creciente reconocimiento público aparecerían, así como accidentales o el resultado de errores políticos.»

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.