¿Otros cuatro años más parando golpes?

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Por Pilar Aguilar Carrasco

La historia nos demuestra que ningún partido generalista, ni de derechas ni de izquierdas, ni progresista ni conservador es feminista. Todos, de entrada, ante nuestras reivindicaciones, siempre han contestado: “Niet”, “Rien de rien”, “Nothing at all”, “Nein”, “Niente” y así en los más diversos idiomas de la tierra.

O sea, los sindicatos y los partidos de izquierda (inciso: uso “izquierda” grosso modo, por comodidad, sin rigor alguno) entienden conceptos como desigualdad, explotación, abuso, violencia… si se aplican a los trabajadores, pero esos mismos conceptos se les atragantan si se aplican a las mujeres. Lógico, pues siempre están dominados por hombres y los hombres, tanto colectiva como individualmente, se benefician de la sumisión de las mujeres. 

Pero tampoco podemos negar que, cuando el feminismo ha presionado con suficiente energía y determinación, las izquierdas han sido mucho más proclives que las derechas a incorporar nuestras demandas 

Así había ocurrido hasta ahora. Digo hasta ahora porque lo que hemos vivido en esta legislatura resulta totalmente inédito: una embestida brutal contra las mujeres y contra el feminismo capitaneada y urdida por esos mismos partidos y sindicatos que considerábamos nuestros aliados (renuentes, pero aliados).

Han apelado a las artimañas de siempre, aunque utilizado ligeras variantes. Así, antes nos decían: “Vuestras demandas desvían la lucha de los fines comunes e importantes. Perjudican al movimiento obrero, lo dividen”. Ahora nos dicen: “Vuestra oposición a aceptar que ser mujer es un sentimiento y que cualquiera debe poder autodeclararse tal, perjudica a la minoría-diversidad más marginada y oprimida de este mundo y divide al feminismo”. Pues, según aseguran, quienes más sufren y padecen no son las pobres, ni las emigrantes, ni las gitanas, ni las mujeres maltratadas, ni las violadas… son Elisabeth Duval, Carla Antonelli, Elsa Ruíz, Roma Gallardo, Emma Colado, Mar Cambrollé, Samantha Hudson, etc. (o sea, cualquiera a quien le pase por los cojones considerar que su sentimiento ha de ser ley). Paralelamente. promueven campañas de captación, sobre todo, en los centros escolares, a fin de convertir a cualquiera que sienta algún malestar en adicto de por vida a fármacos y operaciones.

Antes clamaban: “¡Feminismo, no. Feministas a la hoguera!”. Ahora claman: “¡Todo es feminismo! ¡Todos, todas y todes somos feministas!¡Olé!”. Y claro, esta nueva artimaña es mucho más destructiva y peligrosa.

Se acercan las elecciones y vemos que corremos peligro de seguir machacadas otros cuatro años. Cierto, si triunfa la derecha, probablemente será peor porque la derecha asegura condenar el transactivismo, pero sabemos que, allá donde gobierna, lo impone con dureza. O sea, sus protestas son puro oportunismo y puro cinismo.

Aunque es difícil saber quién –si derecha o izquierda- gana en desvergüenza y desfachatez. Y, de hecho, a medida que se acercan las convocatorias electorales, vemos que la puja va al alza. 

El PSOE dice que “impulsará ordenanzas municipales para abolir la prostitución y planes autonómicos contra la explotación sexual». O sea, vuelven a prometernos que “impulsarán planes” en un terreno en el que no han actuado en toda esta legislatura (y mira que las feministas se lo pusimos fácil, que hasta le dimos la ley hecha). Nos venden (una vez más) buenos propósitos mientras subvencionan (y con mis impuestos ¡ay dolor!) a varias asociaciones proprostitución.

Esperando estoy a que Carmen Calvo se atreva a contarnos de nuevo eso de que “el PSOE siempre ha sido abolicionista”.

Y me pregunto intrigada y asombrada cómo consigue Beatriz Gimeno -ella que clamaba contra la prostitución- que no se le caiga la cara de vergüenza … Lejos de eso, va tan fresca, aferrada al escaño…

Y así todo. Por ejemplo, tanto PSOE como UP definen como violencia la explotación reproductiva de las mujeres y la compra-venta de bebés. ¡Oh, qué bien -puede pensar alguien coherente y honesto- si lo consideran violencia tendrán que actuar contra ella ¿no? Pues no. Es más, todos incluirán en sus listas electorales a defensores y practicantes notorios de esa “violencia”. 

Tienen cinismo por toneladas. Me asquean… pero mucho.

Aunque os confieso: A mí lo que realmente me preocupa es qué vamos a hacer las feministas

¿Vamos a soportar otros cuatro años de escarnio?

¿Somos tan miedosas que aceptamos que solo hay dos opciones: o la derecha de rancio machismo patriarcal o la izquierda de “progresismo” machista y patriarcal? 

¿Somos tan derrotistas que no creemos posible otra salida?

¿Somos tan cobardes como para no priorizar la agenda de las mujeres y luchar decididamente contra las agresiones que sufrimos?

¿Creemos que nuestras únicas opciones son o abstención o voto a los de siempre con el argumento de que “peores son los otros”?

¿De verdad que no vamos a ser capaces de poner en pie una alianza feminista en torno a un programa que defendamos todas juntas? 

¿De verdad? ¿Eso vamos a hacer nosotras, las feministas?

@pilaraguilarca

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