Finlandia se ha convertido oficialmente este martes en el 31º miembro de la OTAN. El pequeño país de poco más de cinco millones de habitantes, tiene 1.300 km de fronteras comunes con Rusia que se convierten en el flanco oriental de la OTAN en la línea de contacto directa con Rusia. Todo enmarcado en el objetivo geopolítico de EEUU de cerco a Rusia.
La declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia no se ha hecho esperar: «La Federación de Rusia se verá obligada a tomar medidas de represalia, tanto de carácter militar-técnico como de otro tipo, para detener las amenazas a nuestra seguridad nacional que surgen en relación con la entrada de Finlandia en la OTAN.»
Y añade
«Duplicar la línea de contacto directo entre la OTAN y las fronteras de la Federación Rusa, la situación en la región del norte de Europa, anteriormente una de las más estables del mundo, ha cambiado radicalmente. La Alianza del Atlántico Norte ha dado un paso más hacia el territorio de Rusia»
Pocas voces públicas finesas se han opuesto al fin de la neutralidad nacida tras la II Guerra Mundial, dirigentes como Tiina Sandberg, secretaria del SKP (Partido Comunista) y Markus Mustajärvi, parlamentario de la Alianza de la Izquierda y miembro del Comité de Defensa del parlamento denunciaron los peligros de la adhesión.
Los líderes rusos, de una forma estratégica, responderán reforzando más su presencia en el mar Ártico y el mar Báltico
Con la entrada de Finlandia y la posible adhesión de Suecia se dificultará el acceso desde el mar Báltico al Atlántico por parte de Rusia, ya que la flota rusa del mar Báltico depende principalmente de Kaliningrado y San Petersburgo. Por un lado, la flota rusa tendría menos maniobra de desplazamiento para acceder desde sus puertos principales al Atlántico, puesto que el mar territorial de la OTAN se ampliaría significativamente. Y además la flota de submarinos rusa sería fácilmente detectable al ampliarse significativamente el radar de la OTAN en esta zona, por lo que Rusia deberá realizar un cambio de estrategia y se vería encerrada en el mar Báltico que pasaría a convertirse en el lago de la OTAN.
La colaboración de las Fuerzas armadas finesas con la OTAN es anterior en el tiempo a su incorporación. En febrero 2023, EEUU lanzó ejercicios militares en el Ártico de un mes de duración poco publicitados que reunió a más de 10.000 militares del bloque de la OTAN: Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Holanda, Dinamarca, Noruega y Finlandia (todavía en proceso de adhesión).
El Comando Europeo del Pentágono (U.S. Army Europe and Africa) describió los ejercicios, denominados Arctic Forge 23 (16 de febrero al 17 de marzo de 2023) Lokal Defense Exercise North (24 febrero -3 marzo en la región de Laponia) y Joint Viking (norte de Noruega en marzo de 2023) como una forma de «demostrar preparación mediante el despliegue de una fuerza creíble en combate para mejorar el poder en el flanco norte de la OTAN».
El Ministro de Defensa de Finlandia, Antti Kaikkonen declaró que: «Finlandia está participando activamente en la cooperación de ejercicios internacionales. Esto está sucediendo en respuesta al deterioro de la situación de seguridad y fortalece la defensa de Finlandia y mejora la preparación para unirse a la OTAN»
En el Ejercicio de Defensa Norte de Finlandia participaron elementos de la 10.ª División de Montaña, la 11.ª División Aerotransportada y la Guardia Nacional del Ejército de Virginia participarán en un entrenamiento intensivo en el Ártico, así como en un ejercicio de entrenamiento de campo de varios días con el Ejército finlandés. Unidades de la 11.ª División Aerotransportada realizaron un tránsito casi sobre el Polo desde Alaska a Finlandia.
Finlandia es uno de los 8 países que forman parte del Consejo Ártico, foro intergubernamental que engloba a Rusia, EEUU, Canadá (Territorios del Noroeste, Nunavut y Yukón), Dinamarca (Groenlandia e Islas Feroe), Noruega, Finlandia, Suecia e Islandia.
Rusia verá afectada su posición dominante en el mar Ártico. El camino más corto entre los mayores mercados europeos y la región del Asia-Pacífico se encuentra a través del Ártico. La distancia se acorta en unas 3.000 millas náuticas respecto al paso por el canal de Suez, ahorrando entre 10 a 15 días. Un ahorro enorme. Rusia lo considera como su “bajo vientre”, donde se siente más vulnerable militarmente. Aquí las dos prioridades son, en primer lugar, controlar y proteger la NSR (Northern Sea Route) y en segundo defender Rusia de las aproximaciones desde el Polo Norte. Con la entrada de Finlandia y la posibilidad de Suecia de unirse a la OTAN, Rusia se enfrentaría a una falange de oponentes en el Consejo Ártico y se ve rodeada por el norte y el oeste por fuerzas hostiles atlantistas, de ahí que imbuya una visión militar del tráfico marítimo ártico. No es para menos, es clave para el Kremlin su administración, desarrollo, protección y sus recursos de importancia económica, ya que los territorios árticos suponen la décima parte del PIB de Rusia y un 20% de sus exportaciones.
