Eva Manzanares García.
Ha sucedido en Baleares cuando fue despedido un trabajador tras ser elegido delegado de personal en las últimas elecciones sindicales, solo un mes antes; además, habría sido uno de los negociadores del convenio colectivo de la propia organización.
Se trata de la tercera condena del sindicato en Baleares por despido improcedente de delegados de personal en 2019.
El empleado fue despedido por cometer una falta muy grave al haber «facilitado el acceso al sistema informático a personas no autorizadas», «poniendo en muy grave riesgo a la propia organización» y violando la ley de protección de datos.
Los hechos se produjeron cuando el trabajador accedió a los equipos informáticos de la responsable de finanzas para ser reparado, y se comunicó con una persona en Eivissa, que ejercía con informático pese a no estar contratado por el sindicato.
A partir de este momento se inicia un expediente contra el trabajador que culminó con su despido por una posible fuga de datos reservados.
El tribunal considera que dicha persona no autorizada era el ayudante en asuntos informáticos del sindicato en Ibiza y niega que se produjese ningún traspaso de información confidencial: “no podemos aceptar que transmitiese ningún dato reservado, ni que proporcionase contraseñas que permitieran acceder a bases de datos reservadas”, señala la sentencia.
La sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJBAL) declaró la improcedencia del despido del informático de CCOO Islas Baleares, condenando al sindicato a readmitir al trabajador en las mismas condiciones, o, pagarle los salarios dejados de percibir desde el cese (salarios de tramitación) más 25.369 euros en concepto de indemnización, optando el trabajador por la segunda alternativa.
