Este 8M las feministas han «okupado» las calles de Santiago de Compostela

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Si José Luís Cuerda pudiese vernos hoy denunciaría por plagio a los guionistas del actual momento político y social. Nuevos niveles de absurdo dejan «Amanece que no es poco» en simple costumbrismo». Y es que, cuando la labradora interpretada por Pastora Vega se encuentra con su vecino, este ya le advierte: «Que te ha salido un hombre en medio del bancal. Mala suerte. Pues ya sabes lo que tienes que hacer, arrancarlo y trasplantarlo. Se te puede morir en el cambio pero, si no, estás perdida. Tú no sabes lo que chupa un hombre. Te deja la tierra seca».

Este 8M —Día Internacional de la Mujer— al Concello de Santiago le han salido unas feministas en el bancal, y no porque no se hubiera esforzado su Concejala de Igualdad por eliminar las malas hierbas. Como decíamos, en esta jornada de reivindicación el Bloque Abolicionista —intregrado por diferentes agrupaciones feministas— desfiló y coreó consignas propias de la agenda feminista: reclamó la abolición de la explotación sexual y reproductiva, de la sacralización de los roles de género en los que está basada la desigualdad social y la erradicación de la violencia machista, entre otros.

Tamaña ofensa fue respondida por integrantes de la agrupación Avante LGBT+, que decidió abandonar el «Bloque LGBT» que se había congregado inicialmente en la Praza do Matadoiro, para enfrentarse a las feministas, coreando consignas como «Trabajo sexual es trabajo» o «Fuera TERFS de nuestros espacios», tal y como habíamos sido alertadas que sucedería.

Los integrantes de este colectivo fueron hostigándonos hasta la Praza de Praterías, lugar en que estaba prevista la lectura de nuestro manifiesto, y que no pudo realizarse hasta que estos desistieron. (Ver vídeo completo)

Santiago no fue la única ciudad gallega en la que se produjeron incidentes de este tipo, ya que en Vigo o Redondela las feministas del bloque recibieron provocaciones similares y, las compañeras de Ourense incluso tuvieron que desfilar escoltadas por la policía nacional tras ser amenazadas.

Nos referíamos antes a una de las consignas que nos dedicaron durante la marcha: «Fuera TERFS de nuestros espacios». TERF es un acrónimo usado con intención ofensiva, pero que incluye la palabra «feminista», no obstante, éramos nosotras las que estábamos, a su juicio, en sus espacios el Día Internacional de la Mujer. No así, el bloque LGBT, cuyas reivindicaciones nada tienen que ver con la agenda feminista.

No obstante, cuando se referían a «sus espacios» suponemos que no se referían sólo al 8M, ya que hace unos meses nos fue cancelada la presentación de un libro de la escritora feminista Alicia Miyares en la Casa da Muller – Xohana Torresespacio municipal pensado para el empoderamiento de la mujer— porque, según nos trasladó el departamento de la Sra. Mercedes Rosón, Concejala de Igualdad, inferiría un agravio al colectivo LGBTIQA+, e iría contra los principios de funcionamiento de la Casa, concretamente el de «Favorecer la convivencia y tejer relaciones duraderas de confianza y colaboración entre mujeres y personas del colectivo LGTBIQA+».

Es muy lamentable que la Sra Rosón no considere un agravio que los colectivos que ahora ocupan la Casa das Mulleres y tienen capacidad de veto sobre las agrupaciones feministas en el uso de ese espacio, reclamen públicamente la normalización de la explotación sexual y reproductiva de las mujeres, con las que quiere fomentar la referida convivencia.

Parece, pues, que la convivencia en Santiago entre mujeres y miembros del colectivo «LGTBIQA+» se refiere únicamente a mujeres sumisas con el dogma queer y los integrantes de estos colectivos así lo sienten, y nos lo recuerdan. Santiago no es un espacio para mujeres críticas, ni para el debate o la libre confrontación de ideas.

No es, no obstante, este un caso aislado. Ya nos encontramos con otros casos de intento de censura de nuestros actos, por parte de los mismos colectivos, en otras ciudades, pero sin las consecuencias que se produjeron en Santiago, protectorado «LGTBIQA+», que no duda en anteponer los intereses de estos colectivos a la libertad de expresión y el derecho al uso de las instalaciones públicas de las mujeres críticas con las tesis antifeministas que éstos defienden.

Lo que resulta paradójico es que son precisamente los integrantes de los colectivos que inician estas confrontaciones los que desde un quejoso victimismo reivindican la creación de espacios en los que se sientan seguros. Es decir, su idea de seguridad se refiere a la eliminación de cualquier postura crítica o contraria a sus postulados y «sus espacios» son, entre otros, el 8M o la Casa da Muller.

Plataforma do Feminismo Radical de Galicia

www.mulleres.gal

Plataforma do Feminismo Radical de Galicia

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