9 aceituneras en San Juan de Aznalfarache

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María, Rosario, Leonisa, Josefa, Francisca, Gabina, Victoria, Josefa y Guadalupe:

La trágica historia de estas nueve jornaleras solo se conoce por escasos testimonios orales. Tenían entre 19 y 43 años de edad. Dejaron huérfanos a nueve hijos. Fueron fusiladas el 24 de octubre de 1936 en las tapias del cementerio de San Fernando.

Iban nueve mujeres, 9 jornaleras asesinadas del mundo agrícola de entre 19 y 43 años de edad. Todas vivían en el municipio de San Juan de Aznalfarache y fueron fusiladas en la saca del 24 de octubre de 1936.

A Josefa la violaron antes de su muerte. Eso cuenta la bisnieta de su hermana Caridad, Esmeralda. También le cortaron los pechos. De María Díaz Arriaza se ha logrado rescatar parte de su biografía. El asesinato de sus hermanos menores. De Guadalupe solo se conoce el testimonio de su hijo huérfano a los 10 años, Manuel Anillo.

El perfil de estas nueve mujeres es bastante común en la Andalucía rural de los años 30 con fuertes cambios sociales.

Todas ellas, afiliadas al sindicato de la UGT y detenidas por falangistas en la mañana del 10 agosto de 1936. Las mandaron en pocas horas al Puerto de Sevilla, dirección al buque prisión Cabo Carvoeiro. La fecha sería muy recordada en la ciudad. Cada día se mataba a sangre fría y en aplicación del bando de guerra a gran parte de la élite izquierdista. Precisamente, ese diez de agosto fue el día que aniquilaron a un importante grupo de la corporación municipal republicana: Blas Infante, padre de la patria andaluza, era una de aquellas víctimas.

El capitán Manuel Díaz Criado, mano derecha del despiadado Queipo de Llano, sería el firmante de la saca de las nueve aceituneras la mañana del 24 de octubre. Vecinos de San Juan aún recuerdan como Queipo ordena que le entreguen a cuarenta y seis personas presas en el barco prisión Carvoeiro, proporcionado a los golpistas por la compañía naviera Ibarra. Tres de aquellos hombres y tres mujeres no llegaron a perder la vida. No ocurrió lo mismo con las cuarenta personas restantes que fueron vilmente asesinados. Veintiún hombres y trece mujeres, una de El Garrobo, Sevilla, y las doce restantes vecinas de San Juan de Aznalfarache, entre las que se encuentran a las nueve aceituneras.

El arresto por parte de un grupo de falangistas en la mañana del diez de agosto de 1936 acabó para siempre con la vida de estas mujeres. Setenta y seis días después de su reclusión en la prisión flotante del barco Carvoeiro pasaron a la peor “muerte” posible por el mero hecho de ser militantes del sindicato de la UGT en su pueblo.

Pero ¿dónde se encuentran los restos? El historiador José Díaz Arriaza, investigador de las fosas de Sevilla, declara en su libro «Ni localizados, ni olvidados» cómo sus cuerpos deben encontrarse en la fosa común del Monumento, una de las siete fosas comunes del cementerio de San Fernando de Sevilla donde podrían albergarse hasta 4500 personas asesinadas por el régimen franquista. “Es la segunda fosa que se abre tras colmatar la primera gran fosa en el verano del 36 conocida como Pico Reja. Las nueve aceituneras estarían dentro de este cómputo de víctimas que se ubica en las desconocidas fosas de San Fernando”.

La familia de María Arriaza Calero es una de las pocas que conoce parte de su biografía. Los militares señalaron con nombre y apellidos a María Arriaza Calero con 21 años, y a dos de sus hermanos, a Diego con 18 años lo asesinaron el 4 de enero de 1937, y a José con 25 años el 26 de octubre de 1936. El otro de los hermanos también murió asesinado.

A pesar de los pocos testimonios orales recopilados de las aceituneras, uno de los últimos resulta tremendamente sobrecogedor. Lo cuenta Esmeralda Delgado, bisnieta de Caridad, hermana de Josefa Romero Barberán, una de las aceituneras: “Yo sé que dicen que la violaron y le cortaron los pechos antes de fusilarla, siempre llevaba un pañuelo rojo al cuello y le llamaban la rojilla.”

Y es que la incitación a la humillación y violación de las mujeres partía de los rebuznos de Queipo de Llano desde los micrófonos de Radio Sevilla, dándoles carta blanca a los bandidos que estaban a sus órdenes. Las prácticas sexuales a mujeres se mantuvieron de forma habitual al inicio de la guerra en Andalucía con 11.200 asesinatos en la provincia.

El 24 de octubre de 2017, en San Juan de Aznalfarache quedaría inaugurada el “Paseo de las Nueve Aceituneras”, calle que estaba rotulada con el nombre de un fanático religioso, el Cardenal Segura.

Hoy, la comunidad comunista de San Juan les sigue rindiendo homenaje, para que la historia no se repita.

Convocatoria de la ofrenda floral de esta tarde en San Juan.

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