Ígor Konáshenkov, portavoz del Ministerio ruso de Defensa aseguró, sobre el sonado incendio en la central de Zaporizhia «Por la noche, el régimen de Kiev hizo un intento de llevar a cabo una provocación monstruosa en el territorio adyacente a la central nuclear».
El portavoz aseguró que militares rusos patrullaban las inmediaciones de la central cuando fueron asaltados por un grupo de saboteadores ucranianos, quienes les dispararon desde un centro de entrenamiento cercano. Asegura el portavoz ruso que fue al salir del centro de formación cuando el grupo de sabotaje prendió fuego al edificio. Más tarde, llegaron los bomberos y lograron sofocar las llamas.
El Portavoz lanzó un mensaje de tranquilidad «Actualmente, el personal de la central nuclear de Zaporizhia sigue trabajando con normalidad, manteniendo sus instalaciones y vigilando la situación radiactiva. El fondo radiactivo en los alrededores de la planta es normal».
El objetivo de los grupos de sabotaje dirigidos por Kiev pudo ser acusar a Rusia de generar una catástrofe radioactiva y llamar a la intervención de fuerzas militares aliadas del régimen de Zelenski.
Medios como La Sexta han llegado a asegurar, sin pruebas, que Rusia había lanzado un misil a la central. Como prueba adjuntaban un vídeo en el que se puede ver como una bengala, o un fuego de artificio similar, caía sobre las instalaciones de la central, sin ninguna evidencia, ni siquiera lógica, de que podría haber sido Rusia.
Lo cierto es que cabría preguntarse, más allá del interés en distorsionar la realidad ¿qué interés puede tener Rusia en generar una catástrofe nuclear en una zona en la que su propio ejército está desplegado y, más allá, que podría afectar incluso a su territorio?
