El Banco de España ha elaborado un artículo donde analiza la situación de la FP en nuestro país y cuáles deberían ser las soluciones a los problemas que hoy existen en este nivel formativo.
Como no podía ser de otra manera la respuesta se encuentra en adaptar la Formación Profesional a las necesidades empresariales, esto es, a formar la mano de obra que las empresas van a explotar en las mejores condiciones posibles. En su informe el Banco no dice nada nuevo, de hecho la nueva Ley de FP aprobada por el Gobierno va en el mismo sentido generalizando el carácter dual de esta formación, la profundización en la estructuración modular de los ciclos y la flexibilización de los itinerarios formativos y el currículum de las titulaciones.
En un país donde se han quedado sin plazas en una FP pública unos 50.000 alumnos y en el que muchas titulaciones ni siquiera cuentan con oferta pública, las preocupaciones del organismo son diametralmente opuestas a las que podrían tener los jóvenes de nuestro país, acceder a una cualificación técnica gratuita y de calidad. Para ajustar la oferta formativa y las necesidades reales de nuestro país sin caer en el puro servilismo a las necesidades del capital, primero habría que resolver el problema fundamental de cómo y para qué se organiza la producción y quién se apropia de la riqueza generada.