Los Eurousureros, la dependencia económica de España con la UE

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«Dadme el control de la moneda de un país y no me importará quién hace las leyes»
Mayer Amschel Rothschild 

Noam Chomsky enseña que la historia se nutre de consensos dominantes y estos se construyen a partir de los mensajes impuestos desde los medios de comunicación de influencia global.

Geen stuiver extra naar Zuid-Europa! (¡Ni un céntimo extra para el Sur de Europa)

Partamos del hecho de que en la Eurozona los incrementos de deuda externa de la periferia europea son condición necesaria para la bonanza económica de las élites económicas de Alemania y Holanda. La UE fue configurada desde sus inicios para que el funcionamiento de un Banco Central Europeo (BCE) desde la  ideología neoliberal que considera la política monetaria demasiado importante para dejarla en manos de la política, esa es la razón de la independencia del BCE de cualquier órgano democrático representativo y de la propia redacción del artículo 123 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE).

El economista Luis Miguel González demuestra el negocio de los préstamos de ayuda a España para la recuperación económica tras la pandemia. Mientras que desde Holanda, y el resto de los «países frugales», insisten que han hecho los deberes fiscales, han reducido su deuda y que los países del Sur gastan demasiado, viviendo por encima de sus posibilidades y sin hacer nada para reducir la deuda.

González se encarga de desmontar el argumento:

«A los bancos holandeses y alemanes les renta mucho prestar a las empresas españolas, porque pueden cobrar intereses más altos que los que cobrarían en sus países. Esto es debido a la famosa prima de riesgo. Si miramos el saldo de la balanza comercial de Holanda nos encontramos con que tiene siempre superávit, mientras que España siempre tiene déficit».

«Esa situación de desequilibrio comercial en economías con diferentes divisas «se arregla dejando en libre fluctuación sus monedas. La divisa del país importador se deprecia y la del país exportador se aprecia. Los tipos de cambio actúan como estabilizador automático». «Luego, esa riqueza que se nos va vía balanza comercial nos retorna vía balanza de capitales, esto es, en forma de créditos. Aumentando el endeudamiento de familias y empresas (el sector privado). Un chollo para los países exportadores», subraya.

«Solo hay que ver los saldos comerciales netos que tenemos con los países «socios» para saber a quienes no les interesa que esto cambie». «Y vaya! De los tres principales países con los que tenemos déficit comercial con dos compartimos moneda y son los que no nos quieren dar transferencias…», agrega.

Países frugales. Paraísos fiscales

La “crisis de deuda del Sur” es simplemente el anverso de los “paraísos fiscales del Norte”. El fracaso de la izquierda es no ser capaces de evidenciar esa conexión de forma sistemática. Se habla del término recurrente “frugal”, un sinónimo  gastronómico de sencillo, sobrio, mesurado… para definir a Holanda, Irlanda, Luxemburgo… países que comparten la ventaja comparativa que les aporta su especialización en un tipo de economía financiera y rentista, típica de paraísos fiscales, confirma el éxito en la imposición de un marco ideológico favorable a determinados lobbies europeos  muy poderosos.

Luxemburgo, el primer paradigma de la frugalidad, es una economía que ha hecho su particular cambio de modelo productivo sin mover un dedo:  si en los noventa su PIB dependía de la siderurgia como motor de crecimiento pasó, a base de reducir impuestos, a centrarse en el pujante sector financiero, que en 2016 representaba el 26% de su PIB el mejor símbolo de la sencillez de su “aparato productivo”.

Por ejemplo Holanda perjudica a España con su política fiscal en alrededor de 1.000 M€ al año que son los ingresos fiscales eludidos solo en firmas estadounidenses. Si acumulamos el expolio fiscal producido desde la crisis del 2008, se obtiene una cifra de 10.000 M€ que es, aproximadamente, el valor de la cuota de riesgo que tendría que asumir Holanda, un 7% del PIB de la UE€, si se nos concediera un crédito de 120.000 millones de €. Nuestras necesidades financieras futuras han sido amortizadas, por anticipado, por sus lógicas de rapiña fiscal.

Según cálculos de la Comisión Europea, la UE pierde más de 35.000 M€ de ingresos al año por elusión del Impuesto de Sociedades. En el caso de España, el agujero fiscal estimado ronda los 2.500 M€ al año, es decir 25.000 M€ en los últimos 10 años.  Ese importe es ya el pago anticipado de todos los intereses que debería pagar España en los próximos diez años por un préstamo de 120.000 M€

Estos países que se presentan como las “nuevas cigarras» de una austeridad calvinista construyen una imagen que les hace presentarse como ahorradores para justificar y encubrir la forma de usura que envuelve sus fines.

Los Frugales y la letra chica

La presión persistente de Holanda no ha conseguido establecer un derecho de veto, pero sí mecanismos de intervención. Se establece un freno de emergencia por el cual un estado miembro o varios podrán exigir el seguimiento de un programa de otro país en caso de desviaciones con respecto a lo negociado

Los Frugales sacan tajada: Alemania, que se lleva la parte del león, seguida Holanda, Suecia, Austria, y Dinamarca en el período entre 2021-2027 reciben compensaciones vía un aumento de los retornos que recibirán de los presupuestos de la UE. El triunfo conseguido por el bloque de Alemania y los países frugales  (Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca) consiste que si aceptaban la importante dotación económica de ayuda para los países del Sur sea a costa de reducir el Marco Financiero Plurianual, (MFP): el plan de gasto plurianual de 7 años 2021-2027, aquel que transforma en términos financieros las prioridades de la UE, cheques que sumarán más de 50.000 M€, y además limitar el gasto de la UE durante el ciclo.

Incluye un incremento en los cheques de compensación a algunos de los países que más contribuyen al presupuesto europeo y menos reciben, al elevar el montante de los 45.350 millones previstos en la propuesta de compromiso inicial a los 46.053 millones para los próximos 7 años. Concretamente, el plan incluye 50 millones más para Austria (287 millones) y 25 millones respectivamente para Suecia (823 millones) y Dinamarca (222 millones) mientras que se mantienen los cheques de Alemania (3.671 millones) y Holanda (1.576 millones).

En definitiva el acuerdo final al que se llegó con los países frugales es han conseguido contrapartidas, entre ellas el cheque por el que parte de lo que den a la UE se lo van a devolver y que se cree un mecanismo de vigilancia. «En conclusión, han ganado poder de negociación».

Análisis de los países «frugales»

El término engloba a cuatro: Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca y en ocasiones Finlandia que han apostado por políticas más austeras y menores ayudas a los países del Sur en la cumbre de reconstrucción por el coronavirus.

El objetivo propio con esta denominación es marcar ciertas diferencias respecto a otros países y, por supuesto, establecer un posicionamiento político. Suecia y Dinamarca tienen gobiernos socialdemócratas, mientras que Austria (pactando con la extrema derecha) y Holanda hay gobiernos liberalconservadores. Lo que tienen en común estos países es su bajo nivel de endeudamiento de deuda pública. Concretamente tienen en torno a un 60% del PIB, y eso es lo que podría justificar un poco esa denominación, a diferencia de otros países como pueden ser Francia o España, cuyos niveles de deuda pública se sitúan en torno al 100%.

Son «contribuyentes netos» al presupuesto comunitario, es decir, dan más al presupuesto comunitario que lo que reciben en forma de las ayudas que vienen de las políticas de la UE. Son economías de menor dimensión pero con cuentas públicas más saneadas. Tienen menor dependencia de las ayudas que llegan del BCE, con mejor reconocimiento en los mercados financieros y, por tanto, con menor necesidad de endeudamiento. A esto se une que tienen un nivel muy alto de renta por habitante y son economías muy competitivas, muy especializadas, muy orientadas a los mercados internacionales.

¿Salen perdiendo?

Estos países contribuyen muy poco en porcentaje de su PIB. La gran ventaja que obtienen de la UE es un mercado común, obteniendo el beneficio por vía del comercio internacional y de la inversión directa exterior. Además la UE tiene un mecanismo de compensación. Es un sistema de devoluciones, lo que se conoció en su día como el «cheque británico», que consiguió Thatcher en los 80s, donde los países que aportaban más, luego recibían un importe de devolución para hacer esas compensaciones.

El cuento de la lechera o España, colonia 2.0

«¿Cómo pudimos creer que esa UE que nos obligó a desindustrializarnos en los 80s para formar parte de ella, nos iba a dar dinero para lo contrario?» escribe con razón Alberto Cubero.

España recibirá 140.000 millones de los 750.000 millones del Fondo de Recuperación acordado por los líderes europeos. 72.700 llegarán a fondo perdido y el resto, 67.300 en forma de transferencias que se empezarán a devolver a partir de 2027 y tendrán un plazo de amortización de 30 años a un tipo de interés muy bajo.

Los 72.700M€ representan el 11% del PIB español y multiplica por diez los fondos de cohesión que España ha recibido durante los últimos 6 años. Sobre el papel deberían servir para impulsar la recuperación de la economía española, por un lado, y propiciar la transformación del modelo productivo, por el otro hacia la transición ecológica, la digitalización, la movilidad sostenible, y el desarrollo de la economía de cuidados. Pero difícilmente los fondos servirán para que España recupere soberanía económica si no se pueden utilizar para crear empresas públicas o incrementar la participación pública en sectores estratégicos. Los fondos están diseñados para ser entregados a empresas privadas que luego se deslocalizarán o no según les interese, como tantas veces hemos visto. Endeudamiento de los Estados para transferir dinero público a empresas privadas.

Que no nos engañe el proyecto de la UE, el modelo centro-periferia seguirá operando y seguiremos siendo un país de servicios, la colonia de vacaciones del Norte y proveedores de migrantes cualificados atraídos por los salarios europeos. Los fondos europeos son además la excusa perfecta para dar una vuelta de tuerca más a la claudicación del Estado al interés del gran capital.

Las exigencias de Holanda dejarían la sanidad pública española en manos de aseguradoras privadas. El primer ministro holandés, Mark Rutte, está exigiendo una serie de reformas estructurales que dejarían sin recursos al Estado para mantener la sanidad pública, lo que abre un escenario propicio para que la salud de la ciudadanía española se convierta en el negocio de las grandes aseguradoras, entregar el Estado del Bienestar a las grandes multinacionales.

¿Qué esconde?

El primer ministro holandés pretende poder vetar las reformas que aplique España con los fondos europeos, es decir, que si se quiere legislar a favor de los derechos de los trabajadores derogando las leyes pro-patronal de Rajoy, Holanda tenga el derecho de vetar dichas leyes españolas. «Si el Sur necesita ayudas de nuestro país para afrontar la crisis (lo entiendo porque tienen un margen financiero limitado para responder ellos mismos), es razonable que nosotros pidamos un compromiso claro con las reformas. Y si los préstamos van a convertirse en parte en subsidios, las reformas son todavía más cruciales y necesitamos una garantía absoluta de que se lleven a cabo», ha dicho Rutte.

Nuestro país se vería obligado a convertir la salud en un verdadero negocio y, en consecuencia, poner los intereses o las cuentas de explotación por delante del cuidado de la vida de los ciudadanos.

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