El ministerio que dirige Grande-Marlaska ha comunicado esta mañana en su cuenta oficial de Twitter su apoyo a la labor policial ante lo que consideran altercados provocados por «violentos» en las manifestaciones convocadas como protesta al encarcelamiento del rapero Pablo Hasel, inculpado al aplicar la ley mordaza a diversas letras de sus canciones y expresiones públicas.
La gran mayoría de movilizaciones, convocadas en diversos puntos del país, han sido de carácter pacífico, con la excepción de altercados en Madrid y Barcelona. En la capital catalana una joven perdía ayer un ojo por disparo de un proyectil de foam (bala de goma) que le provocó la explosión del globo ocular.
Medios nacionales se encargan hoy de subrayar estos episodios de refriega entre jóvenes manifestantes y fuerzas de seguridad producidos en estas ciudades, y destacan el destrozo de contenedores y mobiliario urbano, con la intención de resaltar el supuesto carácter agresivo de estas movilizaciones.
Sin embargo, el mismo medio usado por el Ministerio de Interior para elogiar esta labor represiva, Twitter, está siendo empleado por participantes en los actos para difundir el ensañamiento con el que la policía se está empleando contra los manifestantes. En uno de esos videos puede verse a un agente que llama a una chica «puta de mierda» y seguidamente la golpea con su porra, pese a que no parece haber motivo ni provocación para asestar los impactos.
En otro video difundido la misma red social, un grupo de menores que se encuentran pegados a la pared, son apaleados en las piernas.
O este otro video en el que varios agentes con cascos, armaduras y porras retienen a un manifestante y se mofan de él
Difícil situación la de un Gobierno que presume de ser progresista pero que mantiene la ley mordaza que decretó Mariano Rajoy y que no parece ser fácil de derogar, ni tampoco parece capaz de equilibrar el doble rasero con el que las fuerzas de seguridad tratan las manifestaciones cuando se tratan de partidos o asociaciones conservadoras, ni el evidente sesgo reaccionario que mantiene la estructura jurídica española.
