Un 3 de febrero del año 1962, el «Todoprogresista demócrata» Presidente de los Estado Unidos de América, John F. Kennedy firmó la Orden Ejecutiva 3447 por la que se establecía el bloqueo económico que aún pesa sobre la isla. Este bloqueo intervencionista ha costado miles y miles de millones de dólares al pueblo cubano, lastrando su economía durante décadas. Las autoridades cubanas lo cuantifican en 144 mil 413,4 millones de dólares de pérdidas.
Esta política invasora de la soberanía cubana está encuadrada dentro de la Guerra Fría y es que el Imperio de los Estados Unidos de América no podía permitir que una revolución de carácter socialista se diera enfrente de sus costas y menos perder el control que tenía sobre la isla con la dictadura de Batista.
Una política que no tiene más razón que la de seguir controlando los hilos de la política latinoamericana cual potencia imperialista que es. Debemos recordar que en 1961 se conformó el Movimiento de Países No Alineados, siendo Cuba el primer país americano, miembro de pleno derecho y fundador de la organización.
Esta organización fue fundada con el objetivo de establecer una relación de Gobierno entre los países pequeños y grandes, desmarcándose de las grandes potencias que hilan gran parte de los conflictos en intervenciones en las de menor peso. Aún con la integración de Cuba en este movimiento suponiendo una cierta desvinculación de la URSS, EE. UU aprobó el bloqueo.
Esta relación ha ido variando de gradiente durante las décadas, pero nunca se ha extinguido ni se ha reparado el daño, aún cuando la isla ha sufrido grandes agravios. Es más, también deberíamos recordar los más de 600 intentos de asesinatos frustrados que sufrió Fidel Castro a lo largo de su vida.
El 24 de noviembre de 1992, la Asamblea de la ONU se posiciona casi en unanimidad en contra de esta medida y pide a EE. UU que elimine esta medida.
El actual Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba reaccionaba así en su cuenta de Twitter en el aniversario del bloqueo:
