Pedro Sánchez se despide de Donald Trump protegiendo a su principal agente criollo, Leopoldo López Mendoza

0

Trump estaba en 2002 muy ocupado ganando fortunas con sus hoteles, casinos y burdeles sin saber dónde quedaba ese “oscuro rincón del mundo” que es Venezuela como gusta denominar los presidentes de los EEUU a cualquier lugar del Planeta y, sobre todo, sin saber que 14 años después ocuparía la presidencia de su país. Y sin saber que su principal agente en Venezuela se llamaría Leopoldo López Mendoza. Este individuo desciende por vía materna de una de las dos familias Mendoza de encomenderos y esclavistas españoles que, según el historiador Orlando Araujo en su libro Venezuela violenta, forma parte de la clase dominante desde el siglo XVII. López Mendoza formado como un joven ultraderechista de la “high society” intervino activamente en el golpe de Estado que su restringida clase social y el embajador norteamericano Charles Shapiro dieron el 12 de abril de 2002 contra el presidente Hugo Chávez. López al frente de una banda de burgueses armados participó en el acoso y captura de los miembros del gobierno y otros simpatizantes de Chávez. La oligarquía había perdido confianza en los corrompidos políticos del viejo partido Acción Democrática (AD) fundado en 1941 por el trotskista Rómulo Betancourt que de 1945 a 1948 y de 1958 a 1998 administraron sus intereses al frente del Estado. Decidió tomar las riendas de la política instalando al jefe de la alta patronal, Fedecámaras, Carmona, como jefe del gobierno y eliminando físicamente al presidente Chávez que no se les sometía. 

Sus planes le salieron mal. Carmona fue derribado por la acción conjunta de la parte leal de las fuerzas armadas y de las masas populares. Chávez no murió fusilado y regresó al poder ofreciendo a la oligarquía diálogo y respeto al “status quo”. Esta clase social representada por López Mendoza y otras familias encumbradas como los Zuloaga, descendientes de esclavistas guipuzcoanos, los Capriles de judíos sefardíes, los Machado de antiguos encomenderos castellanos y otras, siguieron conspirando sin respetar el orden constitucional. López Mendoza con otros jóvenes de ultraderecha como Capriles y Julio Borges apoyados por los servicios de inteligencia y agencias norteamericanas como la NED ligada al partido republicano, USAID y otras crearon un nuevo partido política, Primero Justicia. Seguían sin confiar en los viejos políticos de AD como Ramos Allup y Ledesma a pesar de que les habían ofrecido buenos servicios como el aplastamiento en 1989 con miles de muertos de la insurrección popular llamada “Caracazo”.

López Mendoza fue elegido alcalde del rico municipio de Chacao, sede física y política de la oligarquía. Pero no era suficiente para su ambición. Rompió con Capriles y creó un partido aún más radical llamado Voluntad Popular (VP). La inteligencia estadounidense entrenó en Belgrado a un grupo de jóvenes de VP como Guaidó, Freddy Guevara y Goicoechea liderados por López, en la técnica de la toma contrarrevolucionaria del poder. La CIA creía que Chávez antes o después caería como había caído en el 2000 el presidente serbio Slobodan Milosevic. Sus asesores como López Mendoza no podían imaginar que el pueblo venezolano estaba viviendo un intenso y potente proceso político, social, ideológico e incluso psicológico que lo hacía inmune a la subversión contrarrevolucionaria. 

López y su ex aliado Capriles tomaron rumbos distintos al morir en condiciones extrañas Chávez en 2013. El primero optó por la insurrección terrorista y el segundo por tratar de ganar las elecciones sin descartar la violencia con que sus escuadrones fascistas atacaron centros sanitarios y a chavistas para “descargar su arrechera” cuando Maduro ganó las elecciones presidenciales en abril de 2013.

López ya disponía de los recursos ofrecidos por los EEUU y había construido la infraestructura necesaria para lanzar en 2014 y 2017 dos insurrecciones en la zona rica de Caracas, Maracay y otras partes que ocasionaron decenas de víctimas mortales y una seria crisis política. El gobierno de Maduro descubre que el alcalde metropolitano Ledesma quiere asesinar a López y le ofrece garantizar su vida a cambio de procesarlo por su responsabilidad directa en los actos de violencia. Se entregó y fue condenado a una larga y merecida pena. Maduro, siempre dispuesto a una solución no violenta, puso en arresto domiciliario a este jefe de la ultraderecha. Lo rescató de su domicilio otro intento de golpe de Estado liderado por su subordinado Guaidó en abril de 2019. El embajador designado por el gobierno del PP Jesús Silva no sólo le ofrece asilo en la embajada española, sino que se alía en las tramas conspirativas que tienen a Leopoldo como su actor principal con el objetivo de derribar la República Bolivariana. Maduro acusa al “diplomático” español de participar en la “Operación Guedeón” para asesinarlo y tomar el poder en mayo de 2020.

El presidente Sánchez se incorporó al plan de Trump- López- Guaidó en enero de 2019 de reconocer a Guaido como “presidente encargado” y tuvo la osadía de exigir al gobierno legítimo venezolano de Maduro elecciones presidenciales en 8 días. La resistencia evidenciada por gobierno y pueblo de Venezuela, el fracaso de los planes de Trump y la derrota de la ultraderecha de Lopez-Guaidó aconsejaron a Sánchez, su canciller González y su ex ministro Borrell, designado jefe de exteriores de la Unión Europea (UE), mayor prudencia para preservar los intereses diplomáticos y económicos de España y de la UE en Venezuela. Pero Sánchez vuelve a plegarse a Washington. Mientras el otro oligarca Capriles anunciaba su presentación como candidato a las elecciones a la Asamblea Nacional del próximo 6 de diciembre la UE y el gobierno español mantuvieron su apoyo a dichas elecciones. Pero cuando Capriles se rinde ante el chantaje norteamericano y retira su candidatura, tanto la UE de Borrell como Sánchez y González han optado igualmente por claudicar. Apoyan el plan del embajador Silva de asilar en Madrid a López y peor que eso: respaldan su estrategia golpista, subversiva, violenta y de máxima presión contra Venezuela.

Sánchez y Borrell vuelven a convertirse como en enero de 2019 en peones de la estrategia de la extrema derecha norteamericana. Dos dirigentes del partido VP de López anuncian su llegada a Madrid para intensificar el plan conspirativo que está en pleno desarrollo: ataques militares a refinerías, entrega de los activos de la empresa venezolana CITGO a agentes subversivos de VP, incitación a golpe en medios militares, incautación de gasolina en alta mar, provocaciones de terroristas que se entrenan en Colombia, sanciones a todo comercio con el país en plena pandemia, aumento deliberado de una inflación ya inmensa, saboteo del suministro de agua, gas, gasolina y electricidad a la población…Guerra total contra Venezuela para retorne a su condición de neocolonia de EEUU y de la UE.

Sánchez al renunciar a la soberanía española y a la amistad o al menos neutralidad ante Venezuela no sólo traiciona los intereses del pueblo español, sino que crea una crisis de gobierno, converge con la extrema derecha española que lo quiere derribar y reafirma la subordinación tradicional del régimen español con el aventurerismo estadounidense. 

Ni las fuerzas progresistas y democráticas políticas y parlamentarias ni la opinión publica avanzada española pueden aceptar sin reaccionar este peligroso rumbo adoptado por el presidente del gobierno español.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.