Miles de personas se han movilizado este mediodía en ciudades de todo el país, en concentraciones convocadas en las ciudades en las que no existen restricciones por motivos sanitarias o en muestras de apoyo a través de los balcones donde no fueron posible.
Las movilizaciones respondían al llamamiento convocado para este 18 de octubre exigiendo una salida republicana a la crisis. Una crisis que afronta una segunda oleada de la pandemia en la que se ha evidenciado la fragilidad del Estado para hacer frente a la emergencia sanitaria, social y económica, que no se produce sólo a causa del Covid sino que viene arrastrando durante años innumerables recortes y privatizaciones.
Con el trasfondo de los escándalos no resueltos del rey emérito, huido por la presión tras airearse sus negocios opacos, la Monarquía efectúa su labor de afianzamiento del sistema capitalista, que trata de aferrarse al poder económico de las oligarquías españolas que sostienen un sistema productivo basado en la hostelería y el turismo.
El supuesto papel de mediador y de realizador de consensos que tradicionalmente se atribuye a Felipe VI queda hoy en desnudo cuando el sistema es incapaz de resolver las necesidades básicas de los trabajadores y las capas más populares, a quienes se exige que vivan en una falsa normalidad y continúen produciendo mientras los poderes reaccionarios cuestionan la validez de las medidas más simples de ayuda social.
Recientes encuestas, que situaron a una mayoría en favor de la República, revelaron que los españoles comprenden que la anacrónica figura de la Monarquía es cada vez más innecesaria y que obstaculiza el avance del país hacia una sociedad más desarrollada socialmente, más justa e igualitaria.
