Las cosas de palacio van despacio o cómo excusar la no derogación de la Reforma Laboral

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Si algo estaba claro en los programas de Izquierda Unida y Podemos en cuanto a lo que a derechos de los trabajadores se refiere, es que ambas organizaciones habían hecho de la derogación de la reforma laboral del PP, una de sus famosas líneas rojas.

Una vez creada la coalición electoral, la reivindicación de la derogación pasó a ser prácticamente su banderín de enganche con los trabajadores de este país. Incluso cuando se vendió a bombo y platillo el acuerdo de gobierno de Unidas Podemos y el PSOE, era sin lugar a dudas la estrella de dicho acuerdo, junto con el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones, la eliminación de la ley mordaza o una nueva política fiscal en la que los ricos pagaran más, entre otras propuestas.

Pero ahora la ministra de trabajo Yolanda Díaz, para la que definirse cómo comunista es “algo complicado”, dice en una entrevista que “no quiere correr con la reforma este año, se va a hacer con diálogo social”.

Partiendo de la base de que creo que nada me puede sorprender ya de este gobierno de coalición PSOE-UP, la respuesta de la ministra ante esta cuestión, es cuanto menos, decepcionante para aquellos y aquellas que habían puesto sus esperanzas en que pasar de un gobierno del PP a otro de coalición progresista (si es que así podemos llamar a un gobierno supeditado a Bruselas de corte Neoliberal en lo económico,  partidario y partícipe de la OTAN y defensor de la monarquía) supondría la derogación de la reforma laboral del PP, teniendo en cuenta que desde Pedro Sánchez, pasando por Pablo Iglesias hasta Alberto Garzón, habían expresado que ese era uno de sus objetivos prioritarios en cuanto se formara el gobierno.

El que la ministra Yolanda Díaz haga referencia al diálogo social cuando se le pregunta por este tema, puede ser síntoma de varias cuestiones; debilidad de UP en el seno del gobierno con el PSOE, debilidad del gobierno de coalición frente a los empresarios o simplemente la explicación más plausible, la asunción de las políticas económicas marcadas por Bruselas, que fueron en su momento las grandes valedoras de los recortes de derechos laborales que se produjeron en nuestro país a través de las distintas reformas laborales.

Los amantes de la Realpolitk dicen que hay que ser realistas y aceptar la tan manida correlación de fuerzas para justificar su inacción a favor de la recuperación de los derechos perdidos de los trabajadores de este país. Piden calma para poder realizar las supuestas rectificaciones legislativas en materia laboral y con el “diálogo social” como herramienta, mientras la precariedad laboral y la miseria acosan a los trabajadores de nuestro país (España tiene el 41% de paro juvenil, la tasa más alta de la UE).

Es curioso cómo para la pérdida de los derechos de los trabajadores, nunca es necesario ese diálogo, porque se produce a través de decisiones de los gobiernos que las ejecutan sin dilación, pero cuando hablamos de su restitución, se brinda la misma a la voluntad de una mesa de negociación en la que se supone que los empresarios van a aceptar de buena fe y sin contraprestación alguna, devolver los derechos laborales sustraídos a los trabajadores.

Creo que nos toman por tontos cuando se hace este tipo de afirmaciones, en esas mesas de diálogo siempre se da un paso adelante y dos atrás para la Clase Obrera, teniendo en cuenta la extrema debilidad y sumisión a la patronal de los grandes sindicatos. Los derechos laborales nunca se han conseguido en mesas de diálogo, porque está claro que al capital si no se le obliga, no cede ni un ápice, los derechos laborales se consiguieron en las calles, con huelgas y movilizaciones, con presión social y nunca esperando que la patronal pueda ceder en una reunión ministerial.

Es muy triste que un gobierno que se autoproclama progresista, acuda al engaño que supone fiar la recuperación de derechos laborales a supuestas mesas de negociación, en vez de restituirlos de la misma forma y contundencia con la que el gobierno del PP los eliminó. Cualquier otra cosa, cualquier dilación o aplazamiento, cualquier otra excusa, no es más que o muestra de debilidad o muestra de connivencia con la patronal y Bruselas.

1 COMENTARIO

  1. Creo que a tu lista de causas posibles, puedes añadir una muy «» posible»», la de que fuese rechazada por la mayoría del Congreso.
    Puede que Reformar temas concretos, si tiene posibilidades.
    No nos gusta a muchos, pero me da la sensación que» es lo que hay»

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