Una vez más, la Historia se repite, y otra vez con los mismos protagonistas. De un lado los colectivos feministas que abogan por la abolición, y del otro, y haciendo uso de la violencia como único argumento, organizaciones regulacionistas que no dudan en usar la fuerza para intentar amedrentar a las feministas. Como ya ocurriera el pasado 8 de marzo en la manifestación del Día de la Mujer Trabajadora, en el día de ayer, hombres y mujeres partidarios de la regularización de la prostitución acudieron en Barcelona a un acto convocado por las abolicionistas para agredir a las participantes ante la pasividad de los Mossos y el silencio cómplice del ayuntamiento de Ada Colau.
La acción se enmarcaba en el Día Internacional contra la Trata y había sido convocado por la organización feminista «Las Hipopótamas». La publicitación del acto tuvo respuesta inmediata en redes, siendo anunciada un evento de signo contrario que fue programado el mismo día, a la misma hora y en el mismo sitio con la intención de «amedrentar» a las abolicionistas, según denunciaron en redes varias activistas feministas como Nuria González.
Conocidos espacios partidarios de la izquierda posmoderna de la ciudad, como el «Ca La Dona», apoyaron en redes la iniciativa y contribuyeron así al brutal y premeditado ataque contra mujeres que tendría lugar al día siguiente.
Así las cosas, al llegar el día señalado, las regulacionistas, acompañadas de algunos hombres «aliados» que tampoco dudaron en emplear la fuerza contra mujeres, se acercaron a las feministas a las que agredieron y rompieron las pancartas, todo ello mientras que las mujeres, sentadas, se limitaban a corear consignas contra la trata, tal y como demuestran las imágenes que han corrido como la pólvora en redes sociales, a pesar del silencio de la gran mayoría de medios.
Algunas de las mujeres agredidas ya han manifestado su intención de demandar a los agresores, algo para lo que será necesaria la identificación de los protagonistas de estos lamentables hechos. El Común, por ello, pone a disposición de sus lectores y lectoras, su correo electrónico para quienes faciliten datos que pudieran ayudar a la identificación de los violentos.
