En favor del trabajo garantizado

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Los que consideramos el trabajo garantizado, es decir, la idea de que todo el que quiera y pueda trabajar debería tener derecho a un empleo digno, como la propuesta más importante de nuestra época estamos de enhorabuena. Lola Books acaba de publicar en castellano el libro de Pavlina Tcherneva “En Favor del Trabajo Garantizado”.

Por primera vez se recogen en una sola obra todos los aspectos del trabajo garantizado. Esto permite que el enorme alcance de la idea sea entendido en su totalidad, ya que el trabajo garantizado no es solo una garantía laboral, sino que es el hilo rojo que une todas las grandes luchas del ser humano en favor de la emancipación.

Tirando de ese hilo rojo se comprende en primer lugar la necesidad de la soberanía monetaria para acabar con “el mito de que el gasto del gobierno […] depende de la recaudación de los impuestos” y que “los ricos y poderosos […] lo pagan todo”. El trabajo garantizado, al igual que todos los programas públicos de los países con soberanía monetaria, se financiaría mediante tecleos informáticos en el banco central, que es el lugar en el que sea crea el dinero. Por tanto, solo los países monetariamente soberanos pueden, a diferencia por ejemplo de los países de la zona euro, implantar el trabajo garantizado, ya que solo la soberanía monetaria libera a los gobiernos de cualquier restricción de gasto en su propia moneda.

No obstante, al tirar un poco más del hilo rojo salen a la luz los planes de trabajo garantizado basados en las reservas de estabilización de empleo. Se trata en este caso de una de las grandes aportaciones realizadas por la teoría monetaria moderna. Estos planes permiten que el gasto público destinado a conseguir el pleno empleo sea compatible con la estabilidad de precios. Otras estrategias para conseguir el pleno empleo se basan en diferentes subsidios y ventajas concedidos a las empresas privadas para que contraten a todos los trabajadores disponibles. Esto hace aumentar el gasto público de manera innecesaria, lo cual puede desencadenar presiones inflacionarias y no garantiza la utilidad social del trabajo desempeñado. Por su parte, los planes de trabajo garantizado basados en las reservas de estabilización de empleo establecen un salario y unas prestaciones mínimas para toda la economía a la vez que ofrecen un puesto de trabajo de servicio público a todo el que no encuentre trabajo en el sector privado o en el sector público permanente. Estos puestos de trabajo estarían financiados por el gobierno central, pero serían diseñados a nivel local para que se adecuaran lo máximo posible a las necesidades de las diferentes comunidades.

Después el hilo rojo nos lleva al pleno empleo sin inflación como sustituto de la llamada NAIRU, la tasa de desempleo no aceleradora de la inflación [Non-Accelerating Inflation Rate of Unemployment]. La NAIRU es una infame invención neoliberal que sostiene erróneamente que existe un nivel natural de desempleo por debajo del cual se genera inflación. Así es como el neoliberalismo imperante utiliza el desempleo como herramienta para luchar contra la inflación. Sin embargo, esa tasa natural de paro no existe y los planes de trabajo garantizado basados en las reservas de estabilización de empleo rompen con la falsa dicotomía entre pleno empleo e inflación. El pleno empleo es, al igual que la sanidad y educación universales, una decisión política. Por tanto, al igual que no decimos que “el nivel óptimo de niños que quieren, pero no pueden, recibir una educación primaria y secundaria es del 5%, o que hay un nivel natural de muertes por hambre que equivale al 5% de la población, o que lo ideal sería que ese 5% de personas no tuviera domicilio” el desempleo involuntario debe ser eliminado permanentemente de los ciclos económicos. Tcherneva pone a España como ejemplo de país en el que la NAIRU ha hecho más estragos, ya que “[e]n 2012, las Previsiones Económicas Anuales de la Comisión Europea sostuvieron que la tasa natural de desempleo de España era del 26,6%”. Por tanto, España es uno de los países que más necesita de la soberanía monetaria y de los planes de trabajo garantizado basados en las reservas de estabilización de empleo como sustitutos de las NAIRU impuesta por la Unión Europea y el euro.

El hilo rojo se adentra en el tejido empresarial mediante un “un nuevo contrato social […] basado en el trabajo de calidad”. Las empresas que no puedan asegurar a sus trabajadores un estándar laboral y salarial digno comparable con el del trabajo garantizado simplemente desaparecerían. La coacción que sufren los trabajadores a la hora de aceptar trabajos en condiciones deplorables dejaría de existir, ya que los trabajadores siempre tendrían la opción de abandonar su puesto de trabajo y optar por un empleo de los planes de trabajo garantizado si su empleador no ofrece unos estándares laborales y salariales por lo menos igual de buenos que el trabajo garantizado. Así es como “el trabajo garantizado ofrece las bases para un nuevo contrato social estableciendo un nuevo estándar laboral, rechazando al desempleo como estabilizador automático y previniendo sus costes sociales y económicos”.

Este nuevo contrato social del trabajo garantizado hace que el hilo rojo desemboque en un proyecto al que Tcherneva da una gran importancia, el Green New Deal. Siguiendo el ejemplo de Franklin Delano Roosevelt, Tcherneva propone reeditar el New Deal de la década de 1930 pero desde una perspectiva ecologista, y se pregunta: “¿De qué sirve un futuro verde en el que se hayan reducido los peligros del calentamiento global, pero en el que familias y comunidades enteras continúen sufriendo muertes por desesperación ante la pobreza, el desempleo y las dificultades económicas?” Por eso la autora sostiene que el trabajo garantizado es “el aspecto más importante del Green New Deal” y que el uno no tiene sentido sin el otro. Esto significa que la transición hacia una economía basada en las energías renovables debe realizarse garantizando el pleno empleo de calidad e incorporando planes de trabajo garantizado. Solo así se podrá conseguir una economía justa y limpia libre de los perjuicios del desempleo involuntario y de la destrucción del medio ambiente.

En definitiva, “En Favor del Trabajo Garantizado” es un libro imprescindible en el que la idea de Carlos Marx de que el trabajo humano es la única fuente de valor se ve reforzada y actualizada a nuestros días. En un mundo en el que las políticas de pleno empleo han sido abandonadas y en el que ideas conservadoras como la renta básica universal se abren camino, el libro de Pavlina Tcherneva se erige como un faro en la noche por la que atraviesa la izquierda. El trabajo garantizado debe convertirse por tanto en un referente fundamental para la izquierda. Solo así podrá salir del empantanamiento al que le han conducido ideas que, como la renta básica universal, sostienen que la solución a los problemas de los trabajadores es que dejen de trabajar y pasen a vivir gracias al trabajo ajeno.

Euro delendus est.

*Presentación online con la autora

*Libro en papel

*E-book

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