No nos rendiremos

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«Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada»


Martin Niemöller

Hay varias versiones del poema pero he querido rescatar esta porque parece que todo el mundo quiere destruir a los comunistas y si estoy escribiendo esto es porque considero que en este país llamado España, los y las comunistas estamos en peligro.

Mucho tiempo llevamos ya observando cómo nos tratan desde los medios de comunicación. Observamos con estupor cómo hechos catalogados como amenazas, persecución, agresiones, mentiras, manipulaciones interesadas y un largo etcétera son considerados tales cuando se dirigen contra la corona, contra el Partido Socialista, contra Ciudadanos o contra el PP o Vox, si se producen contra Unidas Podemos entonces se silencia, se entierra en una esquina no visible de los medios digitales y no provoca el rechazo que provocan estas mismas acciones cuando se dirigen a otros que tienen buena prensa.

Llevamos ya unos días de acoso a todo lo que huela a Podemos, el hecho de que la susodicha tarjeta robada a Dina por Villarejo y compañía no estuviera dañada como dijeron tantas veces los voceros mediáticos y que no haya supuesto el mismo tiempo televisivo o digital que cuando se decía todo lo contrario nos da una pista del acoso mediático y de la basura periodística de este país.

Pero no estoy escribiendo este artículo por eso, en un mismo día, varias personas enviadas y tutelaras por Miguel Frontera acosaron (por casi ya cien días) la casa de Irene Montero, Pablo Iglesias y sus tres hijos; la Ministra de Trabajo Yolanda Díaz fue increpada, agredida e insultada por el gremio de toreros y por último María Eugenia Palop y Juan Carlos Monedero fueron increpados, insultados y expulsados de un bar de Sanlúcar en Cádiz. Ser de Podemos o de Unidas Podemos se está volviendo peligroso, ¿Por qué? ¿Acaso hemos robado miles de millones de euros del contribuyente? ¿Tenemos mil acusados en causas judiciales? ¿Qué hemos hecho para que se nos odie tanto?

Es evidente que no somos perfectos y que hemos cometido todos los errores que os vengan a la cabeza, pero, ¿de verdad merecemos esto?

Se trata de la expresión más castiza del odio hispánico, un odio visceral provocado por la continua agresión de casi todos los medios públicos, privados, digitales, en papel, radios, y todo lo que se os ocurra contra Podemos. Pareciera que somos el enemigo público número uno, el terrorista más buscado, el asesino de niños, el hombre del saco. Jamás en la historia de España un partido político había generado contra él tanto odio y es precisamente ese odio generado desde los medios desde hace seis años lo que nos lleva a la situación actual. Pronto, ojalá me equivoque, se va a llegar a más. En parte escribo este artículo para dejar constancia del aviso. Pronto tendremos heridos o muertos en nuestro bando. Ser de Podemos o de Unidas Podemos es una vía segura a la mala interpretación de tu actividad política, se te tildará de populista, de no ser español, de ser pagado por Irán o por Venezuela. En definitiva, se abre la veda para agredir, insultar y llegar al siguiente paso que es el asesinato.

El código penal dice que un delito de odio es cualquier infracción penal, incluyendo infracciones contra las personas o propiedades, donde la víctima, el local o el objetivo de la infracción se elija por su, real o percibida, conexión, simpatía, filiación, apoyo o pertenencia a un grupo como su raza real o percibida, el origen nacional o étnico, el lenguaje, el color, la religión, el sexo, la edad, la discapacidad intelectual o física, la orientación sexual u otro factor similar. A la gente de Podemos se nos está acosando de manera reiterada, se nos increpa, se nos insulta y no pasa nada. No hay una reacción de la sociedad contra este disparate. Dentro de poco seremos señalados con el dedo y la gente nos podrá agredir desde su simplista visión de los hechos tergiversados por los medios afines al régimen.

Bien, pues no nos van a parar, no vamos a bajar los brazos, seguiremos haciendo lo que han estado haciendo desde hace 300 años las feministas, seguiremos el ejemplo de las mujeres. Seguir luchando por el bien del común aunque haya quien no lo vea, no rendirnos.

Aunque siga el viento expandiendo el odio
No nos rendiremos
Aunque la mentira escueza en los ojos
No nos rendiremos
Aunque el alma grite y azoten las telarañas
No nos rendiremos
Aunque nos intenten someter
La voluntad nos impele
El ánimo de la lucha
La justicia como arma
El hábito del camino
Siempre subiendo
A oscuras la montaña
No nos rendiremos
Aunque la roca sea derribada
Aunque tiemble la voz 
Aunque nos expulsen de nuestras casas
Y nos cueste un mundo
Poder decir palabras
No nos rendiremos
Porque somos pueblo
Infinito buscando causas
Seres acostumbrados a la derrota
Pero que nunca callan
No nos rendiremos
No conseguirá su odio
Ganar esta batalla
Aunque siga el viento expandiendo el odio
No nos rendiremos
Aunque la mentira escueza en los ojos
No nos rendiremos
Aunque el alma grite y azoten las telarañas
No nos rendiremos.

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