Mientras no ardía ninguna tarjeta

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Lunes 25 de mayo de 2020. El país lleva casi dos meses de pesado confinamiento, y la situación es dura, aunque habiendo ya signos de que lo peor, al menos de la primera oleada del coronavirus, ha quedado atrás, han permitido que bajo ciertas condiciones los menores de 14 años puedan volver a la calle. Es comprensible que la población solo esté pendiente de las noticias referentes a la evolución de la pandemia y a la llegada del momento en que puedan volver a llevar una vida más o menos normal. Sin embargo, la ofensiva mediática y judicial contra el primer gobierno en muchos años que realmente inquieta a señoritos, caciques y mandamases financieros no se detiene.

Dos acontecimientos copan las portadas de los medios de comunicación este día. Para esta fecha, personajes como la diputada de Vox, Rocío de Meer (sí, sí, la misma del bulo ya desmentido por la Guardia Civil de la supuesta pedrada en un mitin del partido fascista en Sestao), el responsable de comunicación dicha formación en La Rioja, Raúl Marín, o la ex líder de UPyD, Rosa Díez ya tienen asumido que el golpe de estado al que han hecho repetidas llamadas con la excusa de la gestión pandémica no se va a producir.

De modo que hay que intentar enrarecer el ambiente por otros cauces. Se convierten en tema de polémica la supuesta prevaricación del Ministro de Interior Fernando Grande Marlaska (por cierto, hecho por demás curioso, ya que hasta su entrada en el gobierno socialista, Grande Marlaska era tenido por un modelo a imitar por todos los medios de derechas y su público) contra el director de la Guardia Civil en Madrid y la retirada por parte del juez Manuel García Castellón de la condición de víctima a Pablo Iglesias en el Caso Villarejo. Si la surrealista teoría tejida en torno al Ministro de Interior tiene las patas muy cortas y es desmontada y olvidada en cuestión de días, no ocurre lo mismo con las acusaciones vertidas (por la prensa de derechas, no por el poder judicial) contra el Vicepresidente Segundo del Gobierno. Durante dos meses es sorprendente la cantidad de detalles escabrosos que llegamos a «saber» en torno al «robo y destrucción» de la tarjeta del móvil de su ex-secretaria: que si Pablo Iglesias se había trajinado a Dina Bousselham mientras fue su profesor, que si tiene relaciones con los servicios secretos marroquíes, que si ellos eran quienes habían creado la trama (aquí tienen un artículo de Carlos Herrera en ABC insinuando tal cosa), que si el Vicepresidente había robado la tarjeta y la había quemado para ocultar no se sabe qué…

Porque esto es lo mas gracioso, yo al menos, en todas las vueltas que han dado los medios de derechas a este ladrillo nunca he llegado a enterarme de qué delito querían colgarle. Bueno, pues este viernes, 23 de Julio, un informe judicial ha determinado que la tarjeta llegó intacta a la empresa informática que trató de recuperar los datos. No sólo esto, sino que ofrecieron una alternativa para recuperarla, que Bousselham y su pareja rechazaron. Pero ya está, durante dos meses se han vertido especulaciones y oscuras intrigas copando portadas. ¿Qué más ha pasado mientras? Veamos:

  • Ya antes de quedar recluidos en nuestras casas, estábamos empezando a saber que el anterior jefe de estado había cobrado comisiones fraudulentas en la construcción del AVE a la Meca por parte del régimen saudí. Era solo la punta del iceberg. Con la dura situación que estábamos viviendo era lógico que este asunto no copara portadas, pero en los primeros días de este mes nos hemos enterado de que gran parte de este dinero fue a para a los bolsillos de su antigua amante (yo no voy a usar eufemismos cursis tipo «cariñosa amiga» como el resto de los medios que tratan este asunto lo más de tapadillo que pueden) y que en una maniobra, ignoramos si premeditada, pero que da que pensar, la información llegó a las autoridades españolas justo el día que ese delito prescribía en nuestra ley. Tonterías. Desde luego no ha abierto telediarios ni ha aparecido en portada de ciertos medios locos por informar del «robo y destrucción» de la tarjeta del móvil de Dina Boussenham.
  • El uno de julio, Francisco Serrano, líder en Andalucía de Vox (¿Recuerdan? El partido fascista donde militan varios de los golpistas de los que hemos hablado más arriba) ha sido citado por la fiscalía, acusado de recibir una subvención fraudulenta de 2,4 millones de euros en 2016. Se ha dado de baja del partido pero no abandona su acta de diputado en el parlamento andaluz, con lo que los andaluces siguen pagando aun ex-juez que ya tenía un historial de prevaricación.
  • El 23 de julio, mismo día en que hemos sabido que la tarjeta del móvil estaba intacta, la Guardia Civil abría una investigación al senador del Partido Popular por Madrid, y hombre muy cercano a Pablo Casado, presidente de la formación, por prevaricación, cohecho y malversación de 79000 euros en su etapa en el Ayuntamiento de Algete, que habría destinado a fiestas privadas y actos del partido. La periodista Natalia Junquera preguntó aquel mismo día por este caso a Teodoro García Egea, secretario general del Partido Popular. La respuesta de este fue que lo que le preocupaba era una nueva noticia falsa vertida contra Podemos en el diario El Mundo aquel mismo día. Se sabía ya que era falsa, porque en un alarde de desfachatez digno de estudio, este diario había presentado como «exclusiva y novedad» una acusación de financiación por parte del régimen de Irán a la productora de Pablo Iglesias, publicada con anterioridad por Ok Diario en 2016 y ya desmentida judicialmente. Si de estos dos casos, Egea pudo esgrimir como portada en los medios la manipulación del Mundo, saquen ustedes sus conclusiones. Por cierto, les dejo este enlace al Twitter de la periodista, porque el hecho relatado en este tweet y el que forma mini-hilo con él es digno de verse.
  • Si lo hasta ahora comentado no es para tomarlo a la ligera, he dejado lo peor para el final. En esta pandemia la Comunidad de Madrid se ha distinguido por dos motivos: acumular más muertos con diferencia que ninguna otra, y tener en vez de un gobierno autonómico un grupo de presión al gobierno central. Estos días hemos visto el afán privatizador y favorecedor de Díaz Ayuso y su gobierno, y nos hemos enterado de que ha vendido parte del servicio de rastreo de posibles casos a Indra y Telefónica. ¿Ha redundado esto en mejor servicio? Pues resulta que tenemos un rastreador cada 47080 habitantes, cuando lo ideal sería uno cada 5000. Además, se ha gastado una buena dotación económica en dotar de curas y capellanes los hospitales. Me considero cristiano, pero un cura cada 100 camas de hospital y un rastreador cada 47080 habitantes me chirría. Pero con ser todo esto grave, lo realmente importante lo supimos el 22 de junio, cuando salió a la luz en el diario El País la llamada «Operación Bicho». Aquí pueden verlo. Resulta que la hospitalización de residencias de la que tanto habían presumido Ayuso y su gobierno, en realidad fue una operación para que Encarnación Burgueño, ya conocida por ser hija del ideólogo de casi todas las privatizaciones llevadas a cabo en la sanidad madrileña, dirigiera una dotación claramente insuficiente de medios sanitarios, por supuesto contratada a empresas privadas, para vigilar la salud de los ancianos de las residencias y ahorrar dinero. Tenían órdenes directas de negar el hospital a todo anciano de la comunidad. Se sabe que Burgueño dijo frases tan lamentables como la que tienen abajo.

Pues sorprendentemente, en poco más de un mes, este fraude parece haber desaparecido de los medios. Nadie habla de ello. ¿Y ocupó portadas? Bueno, si consideramos ocupar portada a esto que ven…

A la vista de todo esto, ¿quién tiene más poder mediático en este país? Plantéenselo, porque no pocos votantes y tertulianos de derechas venden que la información española es un NODO «socialcomunista y bolivariano» de Pedro Sánchez. ¿Recuerdan la expresión de Aló Presidente para equiparar las ruedas de prensa durante la pandemia del Presidente del Gobierno con ese programa de pedagogía política que puso en marcha Hugo Chávez? (Y por cierto, algún día reivindicaré esta iniciativa de Chávez en otro artículo, que ese programa no era, como quieren vendernos, propaganda gruesa y vacía)

Por último, salvo Mónica García, sanitaria y diputada de la Asamblea autonómica por Más Madrid, uno se pregunta qué puede ocurrir para que la oposición a un gobierno tan claramente negligente y criminal como el de Ayuso no de señales de vida. Que los medios encubran ya es molesto, pero que lo haga la misma oposición es inadmisible.

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Yago Pérez Varela
Yago Pérez Varela (Madrid). Aunque en cierta época se fijó en las ciencias, acabó notando que la historia era su pasión y lo que le gustaba. La historia le ha permitido ejercer labores gratificantes en documentación e investigación, pero al ser un villano también ha conocido empleos precarios. Quiere a su villa natal de Madrid, aunque le preocupa ver que a veces paga el precio de ser capital de un país, y como tal, refugio de oligarcas.

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