Hace muy poco tiempo se ha sabido que los habitantes del norte de la península ibérica durante el Mesolítico, el periodo anterior al Neolítico, eran de piel oscura y de ojos mayoritariamente azules. El desciframiento del genoma humano y la posibilidad de desentrañar ciertos aspectos de nuestro pasado, antes vedados para el estudio y la comprensión, ha dado a la ciencia una nueva perspectiva. ¿Y por qué razón vengo ahora con estas cosas de historiador? Pues porque en este país pareciera que hubiera una preocupación por un supuesto cambio de la población. El gran reemplazo creo que lo llaman. Resulta inevitable decir que tal cambio no se va a dar en los próximos siglos, pero si se diera no veo ningún problema en ello. El lugar que habitamos ha sufrido muchos de esos reemplazos y aquí estamos, es más, estamos aquí gracias fundamentalmente a ellos. Es decir, nuestros genes son la suma de los genes de quienes nos precedieron en este lugar más los de otros que recién vinieron a acompañarnos en nuestro viaje. Ha sido así siempre y seguirá siendo así siempre. Los blancos de ojos marrones vinieron con la neolitización desde oriente, es decir, a los ojos de uno de esos que esgrimen los peligros de los que vienen de fuera, eran unos invasores. Pero es que tenemos también genes de Celtas, de Fenicios, de Griegos, de Romanos, de Germanos visigodos, de árabes y norteafricanos y un sinfín más. No somos nada puros, señores. Nuestro genoma tiene hasta un pequeño porcentaje de Neandertal, lo cual explicaría algunas actitudes, si en verdad supiéramos cómo se comportaban estos neandertales.
La cuestión es que no existe en nuestra historia ninguna razón para suponer que somos mejores que nadie, tampoco peores, y nuestra condición de españoles no es más que una conjura del destino, bien pudiéramos haber sido franceses o alemanes o tunecinos y nada de esto cambiaría en absoluto.
Venimos de un país que hace bien poco tuvo que emigrar para poder comer. Parece que pronto lo hemos olvidado. Yo me pregunto, ¿A quién le favorece que se mencione el origen de una persona tan solo cuando ésta ha cometido un delito? ¿Por qué razón culpamos a todos los de su nacionalidad por el delito de una persona concreta? ¿Lo hacemos también con los nuestros? ¿Entonces somos todos los españoles culpables de los asesinatos y las violaciones de los españoles? Culpabilizad a los que los cometan, sean del lugar que sean, porque los que hoy tienen la piel oscura y son perseguidos mañana bien podrían tener la piel clara y ser también perseguidos por el mismo delito que no hayan cometido. El mundo gira, las cosas cambian, los delitos seguirán siendo los mismos, casi siempre contra las mismas. Los del norte se mudarán al sur, los del sur al norte. Algunos nos extinguiremos, otros prosperarán pero el ser humano, haga lo haga, permanecerá en este pequeño pedazo de tierra que nos ha sido concedido hasta que alguien, por miedo o por ignorancia o por las dos cosas, lo acabe destruyendo.
