Quinta noche consecutiva en la que miles de manifestantes radicalizados y violentos volvieron a presentarse en las calles de Belgrado, capital de Serbia. El descontento y la ira originados por el Gobierno, a raíz de las medidas restrictivas para hacer frente a la Covid-19 y de la cuestión kosovar, hicieron que diversos grupos se abalanzaran por encima de unas barricadas de metal, intentando asaltar con violencia el Parlamento del país balcánico. Además, se produjeron diferentes enfrentamientos en calles contiguas con la policía antidisturbios, en los cuales los extremistas lanzaron numerosos artefactos, como piedras y botellas, y vertían insultos y provocaciones: «¡No damos Kosovo!», mientras que también se coreaban himnos patrióticos.
Todo esto después de que el pasado martes se anunciara la implantación de nuevas órdenes restrictivas para la gestión de la pandemia, pese a que no afectan a la celebración de eventos deportivos como partidos de fútbol o de tenis. Asimismo, los ánimos se calentaron aún más cuando el presidente, Aleksandar Vučić, y el primer el primer ministro kosovar, Avdullah Hoti, pactaron el pasado viernes, en una cumbre telemática presidida por el presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, proseguir con el diálogo con el fin de enderezar las relaciones entre Belgrado y Pristina, que estaban paralizadas desde 2018.
Hasta el momento se han contabilizado, según Europa Press, 14 policías heridos y 71 detenciones, en un momento en el cual la crisis sanitaria originada por el coronavirus se está agravando de manera alarmante, con algo más de 20.000 casos confirmados y más de 400 fallecidos.
