La frustración de la ultraderecha por el clamoroso fracaso en su boicot a los aplausos masivos a los trabajadores de la salud pública y de los servicios esenciales, así como el silencio y repulsa de la inmensa mayoría de la sociedad a sus repetidos llamamientos a un golpe de Estado ha derivado en una campaña de amenazas y pintadas a sedes e instituciones en distintas ciudades de toda la geografía nacional.
Así, han aparecido pintadas amenazadoras en las sedes del PSOE de Córdoba o Piélagos (Cantabria), en institutos de Enseñanza Secundaria de Málaga, así como en las sedes de PODEMOS de Jaén o de Málaga, entre muchos otros lugares.
Por si fuera poco, cada vez más familiares de políticos del PSOE y de Unidos Podemos están siendo acosados por fanáticos ultraderechistas, según han ido empezando a descender el número de fallecimientos por la pandemia del COVID-19 y sucesivas encuestas perfilan un batacazo electoral de VOX.
Día sí y día también llegan todo tipo de amenazas terroristas como la que dejaron en el coche de Alex Martín, secretario general del PSOE en Móstoles: “PSOE asesinos. Pagaréis por todo lo que estáis haciendo. Hijos de la grandísima puta”.
Daniel Viondi, diputado del PSOE, también ha denunciado que recibió por Twitter una clara amenaza de muerte del usuario @juanalvarez467, afiliado de VOX: «Pero qué hijo de la gran puta eres, a ti sí que te tenían que pegar dos tiros en la cabeza».
Expresiones como «carne de tapia» o «al paredón» se extienden por redes sociales demostrando palpablemente la rabia y la impotencia de aquellos que consideran que la democracia es perfectamente prescindible cuando se trata de mantener los privilegios de clase de un puñado de aristócratas parásitos y sus lacayos.
A este respecto, el Coordinador Provincial de Izquierda Unida en Málaga, Guzmán Ahumada, ha declarado que el mensaje de odio de la ultraderecha tiene un objetivo claro: «Confrontación sin propuestas, bulos, falsas noticias o incluso llamamientos a golpes de estado son responsables, ya que dan aliento a este tipo de actos que siguen la misma línea, la misma estrategia, que es marcarse como objetivo el acabar con el gobierno y no acabar con el virus, que es lo que nos debería preocupar a todas y todos”.
