La actualidad política -que ya entraba en terrenos del espectáculo antes del COVID19 y ahora se distorsiona hasta niveles insospechados- no deja de sorprendernos y es hoy el líder de VOX, Santiago Abascal, quien nos deja unas declaraciones que han causado pasmo a la izquierda y a la derecha del panorama español.
«Nosotros queremos que los españoles cobren lo que tenían que cobrar -ha declarado Abascal en rueda de prensa, cuestionado sobre la posibilidad de una renta básica-, lo que no queremos es que todos cobren unos ingresos mínimos, no queremos que todos cobren lo mismo para llevarnos a la ruina y al paraíso comunista. La opinión del ciudadano Bergoglio me parece respetable pero no la comparto. Yo creo que a Dios lo que es de Dios ya César lo que es del César«.
La llamativa declaración del presidente de la formación conservadora se enmarca dentro de la polémica sobre el ingreso mínimo vital, proyecto que pretende llevar a cabo en los próximos meses el Gobierno. El pasado 12 de abril, día de la Pascua o Domingo de Resurrección para los católicos, el Papa enviaba una carta a la organización Encuentro Mundial de Movimientos Populares del mundo, plataforma con la que mantiene una cordial relación desde el inicio de su pontificado, en la que se expresaba en los siguientes términos: «Tal vez sea tiempo de pensar en un salario universal que reconozca y dignifique las nobles e insustituibles tareas que realizan; capaz de garantizar y hacer realidad esa consigna tan humana y tan cristiana: ningún trabajador sin derechos«.
Así pues, Francisco, máxima autoridad de la Iglesia católica, se situaba dentro de los partidarios de una renta básica aplicable en el caso de especial necesidad que el mundo está sufriendo como consecuencia de la pandemia por coronavirus. Esta noticia no ha sido recibida de buen grado por los responsables de VOX hasta el punto de que su líder se ha atribuido, siendo católico declarado, la propiedad de contradecir al santo padre, sumo pontífice y sucesor de Pedro.
Es obvio que la formación más reaccionaria del Congreso, dentro de su afán por distinguirse en los medios, ha elegido a Pablo Iglesias como objetivo prioritario de sus críticas al gobierno de Sánchez y dirige sus cargas pesadas hacia cualquier medida que salga de manos de Unidas Podemos, aunque sea algo tan lejano a un «paraíso comunista» como es una renta básica o aunque sea bendecido por la religión que ellos mismos profesan.
Marx, en el famoso pasaje de la Ideología Alemana sobre la concepción materialista de la Historia, escribió: «si en toda la ideología, los hombres y sus relaciones aparecen invertidos como en la cámara oscura, este fenómeno proviene igualmente de su proceso histórico de vida, como la inversión de los objetos al proyectarse sobre la retina proviene de su proceso de vida directamente físico«.
Situaciones como la comentada nos llevan a pensar que, en los tiempos que vivimos, la ideología conservadora no sólo ha invertido la imagen de la realidad en la retina de los españoles, sino que alcanza niveles de universos paralelos en los que hemos perdido toda referencia y nos movemos en un río revuelto ideológico donde sacan ganancia los pescadores que susciten el titular más provocador o el golpetazo sobre la mesa más sonoro, pese a que se fundamente en mentiras o manidos estereotipos.
