El mundo avanza hacia una tercera guerra mundial con epicentro en Oriente Medio

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La decisión de la coalición más belicista del stablishment estadounidense (formada por empresas del complejo militar industrial, el poderoso lobby sionista y el sector de los servicios de información ligados al partido Republicano, entre otros sectores lumpen-imperialistas) de asesinar al militar más prestigioso de la República Islámica de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, pone al Mundo nuevamente ante la posibilidad real del inicio de una Tercer Guerra Mundial.

Esta coalición político-empresarial, representada públicamente por el desequilibrado presidente Trump, ha ido dando pasos conscientes desde el 2016 para destruir el fundamental pacto nuclear alcanzado en 2015 por la República Islámica de Irán (RII) y el grupo de países 5+1 (Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia, Rusia y China). Entienden que este pacto permitiría la consolidación de la RII como la principal potencia industrial, comercial, tecnológica y cultural de Oriente Medio y Asia Central en detrimento de dos potencias regionales aliadas de los imperialistas: los regímenes saudí y sionista que deben su poder a sus recursos en petróleo el primero y sus armas nucleares el segundo. Hay que decir que Irán con sus 80 millones de habitantes, su riqueza cultural y su poder económico reúne las condiciones lógicas para ejercer un liderazgo natural, equilibrado y consensual con respecto a los países árabes y musulmanes de la región necesitados de crear mancomunadamente el polo geopolítico que les permita su independencia y estabilidad políticas, el control de sus recursos y su desarrollo económico y social.

La camarilla Trump no solamente sale unilateralmente del pacto nuclear, sino que exige el desarme unilateral y el cese de la ayuda iraní a las resistencias palestina, libanesa, yemení y siria y el fin de sus relaciones privilegiadas con los distintos gobiernos (Siria, Líbano, Qatar, Iraq) y con las comunidades chiíes de la región (en Iraq, Bahréin, Afganistán, Paquistán, Líbano y Siria) lo que equivale a tratar de imponer la capitulación de este país y su regreso al miserable status neocolonial que tuvo con la dictadura del Sha Pahlevi instalada por la CIA en 1953. Además, ha aumentado las sanciones y amenazas contra la RII, que sufre de penalizaciones económicas desde hace 40 años; Israel ha atacado sus posiciones en Siria y ha intensificado un cerco agresivo en su contra a partir de su red de bases militares en Iraq, Siria, Turquía, Arabia Saudí, Bahréin, Qatar, Kuwait y Afganistán y la Vª. Flota norteamericana en las aguas limítrofes a la RII.

Despliegue militar norteamericano que cerca agresivamente Irán.

El imperialismo norteamericano no perdona a la Revolución iraní haber impedido con su intervención solidaria, militar el colapso que casi se produjo en 2015 de la República Árabe Siria bajo la presión militar y terrorista de Israel, los países de la OTAN, Arabia Saudí y sus aliados árabes, Turquía y la horda sanguinaria llamada “oposición moderada” por los “imparciales” medios de comunicación occidentales.

El stablishment en la era Trump vacila con respecto al fracaso de su política de destruir el Estado baasista sirio. Trump “ordena” varias veces su retirada militar de Siria para que los generales terminen imponiéndole la prolongación de la estancia ilegal de sus fuerzas ocupantes. La línea más “halcón” es partidaria de mantener indefinidamente el conflicto en Siria ocupando con tropas la zona petrolera del Noreste y alimentando dos frentes hostiles a Siria: los separatistas “anarquistas” kurdos de las milicias YPG y las bandas islamo fascista hoy atrincheradas en la provincia de Idlib. Los imperialistas siguen empleando a Iraq como base de operaciones de sus fuerzas de tierra encargadas de hostilizar a Siria, fragmentar lo más posible la sociedad iraquí y conspirar contra Irán.

El agravamiento de la tensión contra Siria invade el escenario iraquí.

Devastador ataque yemení en 2019 contra instalaciones petrolíferas saudíes. Los EEUU responsabilizan a Irán.

La Fuerza especial Al Qods de la Guardia Revolucionaria iraní dirigida por Soleimani ha organizado milicias iraquíes que han participado significativamente en la guerra contra el islamo fascismo ocupante de Siria. La guerra apoyada por el régimen saudí contra el partido yemení Ansarollah y el ejército de ese país ha aumentado la tensión regional. Los milicianos hutíes (miembros de Ansarollah) golpean en 2019 seriamente la infraestructura petrolífera saudí causando el desconcierto tanto entre los jeques corrompidos de Riad como en sus protectores norteamericanos y de la OTAN. La política halcón del Pentágono + la fracción fascista de Trump convergen en aumentar su agresividad al bloquear la venta de petróleo iraní, incautando a través de las tropas británicas de Gibraltar un superpetrolero iraní en el Mediterráneo, insertando a la Guardia Revolucionaria en la lista de “terroristas” y aumentando las sanciones. Irán sufre de disturbios internos que algunas fuentes atribuyen a la disconformidad social creada por la hostilidad imperialista creciente e incluso a la acción deliberadas de agentes subversivos vinculados a las agencias norteamericanas como ya pasó en el 2009.

Irán ha mostrado su voluntad de defenderse.

Ha reiterado su alianza de combate con Siria, ha tumbado un dron norteamericano de espionaje que invadió espacio aéreo propio e incauta dos superpetroleros extranjeros en el Golfo Pérsico. El último desafío al imperialismo (que la RII denomina oficialmente “arrogancia”) es realizar maniobras navales en el mar de Omán con las flotas de China y Rusia, evidenciándose que el país está bien lejos de sufrir el aislamiento que sufrieron el Panamá de Noriega, el Iraq de Saddam, la Libia de Gadafi y la Serbia de Milosevic, países que finalmente fueron invadidos y destruidos por el imperialismo.

En noviembre los israelíes atacan posiciones iraníes en Siria y en diciembre los norteamericanos posiciones del partido Falange Partido de Dios-Kataeb Hezbollah iraquí matando a 25 milicianos. Las masas de este partido hostilizan la embajada norteamericana en Bagdad. Pretexto que aprovecha el Pentágono para golpear el corazón de la Guardia Revolucionaria y de la misma Revolución en la persona de Soleimani.

Irán revolucionario promete una respuesta militar que puede desencadenar una escalada que culmine en guerra internacional si se producen estos escenarios:

El Pentágono por boca de Trump afirma que tiene en punto de mira 52 objetivos “importantes y culturales” de Irán para ser destruidos en respuesta a eventual ataque contra sus posiciones e intereses.
  • Objetivos militares norteamericanos en la región son atacados por Irán y Trump cumple su amenaza de destruir 52 enclaves “muy importantes para Irán y su cultura” (52 en recuerdo a los 52 espías, agentes y militares norteamericanos capturados al ser asaltada su embajada en Teherán en 1979), lo que llevaría a otra respuesta misilística que puede incluir bases norteamericanas e israelíes.
  • Israel puede responder por su parte si lo entiende conveniente ocasionando la intervención también misilística de Hezbollah del Líbano que lleva años preparándose militarmente para esta eventualidad con ayuda iraní.
Bases militares norteamericanas en Noreste de Siria. En 2020 aunque hayan cambiado de espacio siguen presentes.
  • Siria puede intensificar su ofensiva contra los islamo criminales de Idlib, algunos de los cuales reciben apoyos de la CIA norteamericana, otros de Turquía y otros más de los saudíes y qataríes. Objetivos militares norteamericanos en Siria pueden ser atacados por las milicias chiíes, Hezbollah libanesa y el Ejercito Árabe Sirio lo que llevaría a los EEUU a otra respuesta con el posible involucramiento de las fuerzas aeroespaciales, navales y terrestres rusas que contribuyen a la seguridad siria.
Estrecho de Ormuz por donde circula gran parte del petróleo que consume el mundo. Zona de control iraní
  • Tanto el estrecho de Ormuz como el Mar Rojo pueden ser neutralizados para el tráfico naval por las fuerzas iraníes y yemeníes aliadas llevando a una elevación estratosférica del precio mundial del crudo y a una posible intervención de las flotas militares de los EEUU y Reino Unido para defender su abastecimiento en petróleo.
  • Los regímenes saudí, bahreiní y emiratí pueden ser golpeados militarmente tanto por Irán como por las milicias yemeníes y la población de confesión chií en “Arabia Saudí” y Bahréin puede levantarse contra sus opresores wahabíes aprovechando la crisis política y militar general.
Las recientes maniobras navales de China, Rusia e Irán en el Mar de Omán y Océano Índice, señal de fuera alianza política y militar de los tres países.
  • Tanto Rusia como China pueden intervenir si Irán les solicitar ayuda militar en caso de ser invadida o atacados sus centros vitales. Rusia en caso de ver peligrar sus instalaciones militares en Siria y afectados sus intereses y seguridad puede socorrer militarmente a Irán reforzándose una alianza militar que se acaba de manifestar públicamente con las maniobras navales recientes y que ya es evidente con la acción coordinada de ambos países desde 2015 en defensa de la Siria baasista. China, que está ligada a Irán por importantes vínculos comerciales y políticos, puede intervenir militarmente, probablemente en coordinación con Rusia e Irán, para consolidar la Revolución iraní y evitar que este país se convierta en futura base de operaciones imperialistas en contra de su seguridad y unidad territorial. China teme el ejército terrorista uigur preparado desde hace años por los servicios occidentales y hoy acantonado en Siria que tiene el objetivo estratégico de desestabilizar sus provincias occidentales.  No estaría pasiva si se desencadena el peor de los escenarios.
  • España totalmente involucrada por disponer los EE.UU. en suelo y costas españolas de las principales bases navales, aéreas, de helicópteros y fuerzas especiales de todo el Mediterráneo. Como ya pasó en los bombardeos contra Iraq, Yugoslavia, Libia y Siria el rol de estas bases en la eventual agresión norteamericana contra Líbano, Siria, Iraq e Irán será muy destacado.

Este escenario de pesadilla que involucra a potencias nucleares y puede ocasionar decenas de miles de muertes puede convertirse en realidad por responsabilidad del desaforado aventurerismo militar y terrorista de los EEUU.

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