Imperialismo periférico o autodefensa

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“Es preciso distinguir lo aparente de lo real, lo externo de lo esencial, las frases de los hechos”
Lenin

Guerra imperialista

Lenin emplaza con claridad como la guerra imperialista es parte de su propio desarrollo histórico :

«El capitalismo comenzó a sentirse limitado dentro del marco de los viejos Estados nacionales, sin la formación de los cuales no habría podido derrocar al feudalismo. El capitalismo ha llevado la concentración a tal punto, que ramas enteras de la industria se encuentran en manos de asociaciones patronales, trusts, corporaciones de capitalistas multimillonarios, y casi todo el globo terrestre esta repartido entre estos «potentados del capital», bien en forma de colonias o bien envolviendo a los países extranjeros en las tupidas redes de la explotación financiera. La libertad de comercio y la libre competencia han sido sustituidas por la tendencia al monopolio, a la conquista de tierras para realizar en ellas inversiones de capital y llevarse sus materias primas, etc. De liberador de naciones, como lo fue en su lucha contra el feudalismo, el capitalismo se ha convertido, en su fase imperialista, en el más grande opresor de naciones»

Anatoly Kropivnitskyi en un artículo publicado el 20 diciembre 2023: “La Rusia de Putin y el imperialismo periférico” afirma que el 24 de febrero de 2022 fueron las tropas rusas las que cruzaron la frontera de los dos países, y no al revés, el autor parece olvidar la guerra de ocho años en el Dombás que precedió al conflicto actual, el 6 de abril de 2014, el gobierno interino pro occidental de Ucrania inició un operativo armado contra los grupos rusófonos del Dombás al este de Ucrania, en mayo las regiones prorrusas de Donetsk y Lugansk se autoproclamaron sendas “repúblicas populares” y reclamaron integrarse en la Federación Rusa.

Kropivnitskyi también desconoce la realidad suscitada en Ucrania bajo la activa tutela occidental, se fue formando a un ritmo acelerado una sociedad basada en las ideas nazis. Con este fin, el régimen de Kiev se esforzó constantemente por llevar a cabo una propaganda agresiva del neonazismo, acompañada de una reescritura de la historia de la IIª Guerra Mundial y de cultivar sentimientos nacionalistas entre amplios sectores de la sociedad ucraniana. La glorificación del nazismo, el fomento de su penetración en todas las esferas de la vida pública, la supresión sistémica de los derechos humanos, la oposición y la disidencia en Ucrania (trece partidos políticos proscritos), el aplazamiento sine die de las elecciones generales que tenían que haberse celebrado el 31 de marzo, se han convertido en la política deliberada del régimen ucraniano desde 2014.

¿Invasión de una potencia imperialista periférica?

Renfrey Clarke y Roger Annis en la nota: “El mito del ‘imperialismo ruso’, en defensa de los análisis de Lenin” sostienen que para que un país puede ser descrito como imperialista, debe mostrar un denso elenco de características típicas. Rusia desempeña un pequeño papel directo en la actividad imperialista por excelencia: la exportación de capital a la periferia y la extracción de ganancias de la mano de obra y los recursos de los países en desarrollo y emergentes. El capital financiero de Rusia es pequeño y débil lo que descarta cualquier posibilidad de que este sector pueda desempeñar un papel hegemónico dentro de la economía mundial.

La dialéctica marxista exige un análisis concreto de cada situación histórica particular, «¿Cómo descubrir la “verdadera esencia” de la guerra, cómo determinarla? La guerra es la continuación de la política. Hay que estudiar la política que precede a la guerra, la política que lleva y ha llevado a la guerra. Si la política era imperialista, es decir, defendía los intereses del capital financiero, expoliaba y oprimía a las colonias y países ajenos, la guerra dimanante de esa política será una guerra imperialista.» escribe Lenin

Los monopolios rusos tienden a ser insignificantes al lado de los de varios países que son claramente parte de la semiperiferia del capitalismo mundial, por no hablar de los monstruos corporativos del “centro imperialista”.

Rusia tiene pocas empresas, ya sean privadas o estatales, que se acerquen en escala a las “hipercorporaciones” del Occidente avanzado. En la lista de 2015 de la revista Forbes de las 2000 empresas más grandes del mundo que cotizan en bolsa, la empresa rusa mejor clasificada es la corporación de gas Gazprom en el puesto 27, mientras que la corporación petrolera Rosneft figura en el puesto 59. Ambas empresas son mayoritariamente de propiedad estatal. La mayor empresa rusa privada que figura en la lista de Forbes es LUKOIL, que ocupa el puesto 109. En total, Rusia clasifica a 27 empresas en la lista de Forbes , similar a Brasil con 25 y muy por detrás de India con 56. El nivel superior de corporaciones rusas está fuertemente dominado por empresas con su base en la extracción de recursos naturales o el procesamiento de materias primas (incluida la metalurgia). ), y cuya producción se exporta en gran medida.

Las exportaciones de armas rusas, a pesar de su éxito en los mercados mundiales, no han alterado sustancialmente la estructura del comercio de exportación de Rusia en los últimos años, armas y equipo militar representan alrededor del 60% de las exportaciones de alta tecnología de Rusia pero han representado sólo alrededor del 3% de las exportaciones totales del país.

En un patrón que recuerda al de las áreas menos desarrolladas de la periferia, el sector extractivo representa una proporción notablemente grande de la producción. El comercio exterior de Rusia tiene un carácter marcadamente dependiente y el país exporta principalmente productos básicos.

Sobre el flujo de valor neto real entre Rusia y los países del “núcleo” imperialista: la productividad laboral en Rusia es aproximadamente un tercio de la de EEUU. Cuando Rusia comercia con países occidentales (y estos intercambios han constituido históricamente la mayor parte de su comercio exterior), intercambia una cantidad relativamente grande de fuerza de trabajo rusa por una cantidad mucho menor de su contraparte occidental, el mecanismo de intercambio desigual implícito en las estructuras de producción y comercio opera para limitar la acumulación de capital. Las interacciones económicas de Rusia con el centro imperialista son, por tanto, típicas de los países de la periferia capitalista.

Otro paradigma del imperialismo moderno, el capital financiero como vanguardia de la expansión económica fuera de las fronteras del país, en Rusia nunca ha tenido mucho impacto en el papel arquetípico. A diferencia de los grandes bancos occidentales con sus masivas operaciones internacionales, los bancos rusos se centran abrumadoramente en los préstamos internos. Una excepción parcial es el Grupo VTB, reconfigurado por el gobierno ruso en 1990 para atender el comercio internacional del país.

Cabe señalar que los monopolios ya no son inusuales en los países de la actual semiperiferia capitalista, los gobiernos de los países en desarrollo a menudo han creado corporaciones monopolísticas total o mayoritariamente estatales, como las corporaciones petroleras estatales iraníes, sauditas y nigerianas. La existencia de estas corporaciones no significa que los países en cuestión sean imperialistas.

En estas circunstancias, llamar a Rusia “imperialista” sobre la base de su participación en la guerra en Siria, o de su herencia de una serie de bases militares fuera de su territorio de la URSS, es romper fundamentalmente con la metodología leninista y afecta en la forma en que debe interpretarse el conflicto en Ucrania. Como Estado no imperialista, Rusia no sufre un excedente relativo de acumulación de capital, que es lo que lleva a los países capitalistas a buscar una expansión militar fuera de las fronteras nacionales para anexar nuevos campos de inversión en la explotación de recursos naturales y mano de obra, de hecho, Rusia ya dispone de vastos recursos naturales propios no utilizados.

Autodefensa

Durante todo el período postsoviético, la expansión de la OTAN y los programas de cambio de régimen fueron transformado lo que era un amortiguador seguro para la URSS en una región de peligro e incertidumbre para Rusia. La percepción de la OTAN como una fuerza hostil se vio fortalecida por la continua expansión de la OTAN hacia el este, y quedó reforzada por el ataque de la OTAN a Serbia y el reconocimiento de la independencia de Kosovo a pesar de una resolución de la ONU que garantiza la integridad territorial de Serbia. Las revoluciones de color inducidas que estallaron en Georgia (2003), Ucrania (2004) y Kirguistán (2005) realimentaron esta percepción, porque aunque se trataba de movimientos esencialmente internos, contaban con un programa abierto de apoyo de Occidente.

El  historiador inglés Geoffrey Roberts, detalla las amenazas, provocaciones y cerco fronterizo a Rusia en un marco de guerra interpuesta. EEUU y la subalterna UE a través de la OTAN desde suelo ucraniano que se multiplicaron a partir de 2014.

Los cambios en la constitución ucraniana para hacer obligatoria la solicitud de membresía en la OTAN; la adopción por parte de Zelenski de una “Plataforma de Crimea”, comprometiéndose a garantizar el regreso de Crimea a Ucrania por cualquier medio necesario; los extensos ejercicios militares de la OTAN en el territorio de Ucrania y sus alrededores, incluidas maniobras navales de 32 naciones en el Mar Negro; y, a finales de 2021, la concentración de hasta 60.000 soldados ucranianos frente al frente de Dombás; se sumaba la perspectiva de que sistemas de misiles occidentales estuvieran estacionados en suelo ucraniano. El desencadenante final sugiere Roberts, puede haber sido un discurso delirante de Zelenski en la Conferencia de seguridad en Munich el 19 de febrero de 2022, en el que el presidente ucraniano amenazó con volver a adquirir capacidad de armas nucleares.

El sifón del valor

Al intercambiar sus materias primas por bienes manufacturados, las colonias y semicolonias intercambiaron de hecho grandes cantidades de fuerza de trabajo, y por tanto la extracción de “valor”.

Lenin en 1916 define al capitalismo avanzado surgido con estas características destacadas:

(1) la concentración de la producción y del capital ha llegado a un nivel tan alto que ha creado monopolios que desempeñan un papel decisivo en la vida económica;

(2) la fusión del capital bancario con el capital industrial y la creación, sobre la base de este «capital financiero», de una oligarquía financiera;

(3) la exportación de capitales, a diferencia de la exportación de mercancías, adquiere una importancia excepcional;

(4) la formación de asociaciones capitalistas monopolistas internacionales que se reparten el mundo entre sí, y

(5) se completa la división territorial del mundo entre las mayores potencias capitalistas.

Si bien las formas específicas han cambiado, cada una de las características subyacentes siguen vigentes.

Las “asociaciones capitalistas monopolistas internacionales” de la época de Lenin –los cárteles y los trusts– se han transformado en megacorporaciones multinacionales y sus agencias policiales, el FMI, el Banco Mundial y la OMC.

Los imperios coloniales han desaparecido en términos formales, pero su esencia persiste en mecanismos destinados a reforzar marcadas desigualdades globales de poder y riqueza que son inmensamente rentables para el centro global.

Estos mecanismos de robo y opresión poscoloniales incluyen la remesa directa de ganancias por parte de empresas de propiedad imperialista; dependencia de la deuda; los Tratados de Libre Comercio; la constante intromisión política por parte del centro; y cuando otros métodos fracasan, embargos comerciales y coerción armada.

Otro mecanismo de saqueo, está implícito en las estructuras subyacentes del comercio global. Se trata del conjunto de fenómenos conocidos como “intercambio desigual”. En la exportación de capital, el centro capitalista global ha mantenido consistentemente su monopolio sobre las tecnologías y funciones económicas más avanzadas y sofisticadas (y por lo tanto rentables).

Para los marxistas, la capacidad de distinguir entre el centro imperialista, la semiperiferia y los países de la periferia es fundamental.

La “semiperiferia” del capitalismo global.

Las funciones más especializadas y rentables (investigación y desarrollo, financiación, diseño, marketing y los aspectos más exigentes de la producción) todavía están monopolizadas por las empresas del centro. Las funciones de baja rentabilidad se subcontratan a la periferia, donde las empresas locales se ven obligadas a competir entre sí por contratos para producir componentes y realizar el montaje. Para que este sistema funcione, ha tenido que producirse un grado importante de industrialización en las zonas más avanzadas de la periferia.

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