Todo tiene que ver con todo

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Isidro Páez

La presencia de EEUU no deja de avanzar en Latinoamérica, otro acuerdo militar bilateral se rubricó, esta vez entre Argentina y el país norteamericano por la vía comercial más importante de Latinoamérica: la Hidrovía Paraná-Paraguay, corredor natural para el transporte fluvial, de 3.441 kms, desde Puerto Cáceres, en Brasil, hasta Nueva Palmira, en Uruguay, formado por los ríos Paraná y su principal afluente, el Paraguay, e importante vía fluvial para el comercio exterior argentino.

 Es la vía de exportación más importante de Argentina. Transporta el 75% de toda la producción agrícola local que se vende al exterior, ya que sobre su cauce se encuentran los puertos del Gran Rosario con 21 terminales portuarias a lo largo de 70 kms de costa, en la provincia de Santa Fe, el complejo agroexportador más grande del mundo, y el puerto de Ramallo, en la provincia de Buenos Aires. También es la salida de exportación de los puertos de Zárate, principalmente usado por la industria automotriz, el de la ciudad de Buenos Aires, de donde zarpa e ingresa el 90% de los contenedores con mercadería, y la terminal petroquímica de Dock Sud, adyacente a la capital nacional en la vera sur del Riachuelo-La Matanza.

La presencia militar norteamericana en aguas del Mercosur con la elección de los lugares para instalar las bases no es aleatoria, sino que coincide con los eslabones intermedios de la cadena productiva y la presencia de recursos estratégicos en el territorio, que conlleva la injerencia sobre el comercio exterior de la región.

El 29 de octubre 2021, Laura Richardson asumió la Jefatura del Comando Sur (Southcom), con sede en el sur de Florida, no tardó mucho en visitar la Argentina, el 25 de abril 2022, la Embajada de EEUU anunciaba que la Jefa del Comando Sur llegaría para cimentar “Acuerdos humanitarios y de seguridad”.  La embajada norteamericana informó que Richardson y el Ministro de Defensa Taiana habían hablado sobre “estrategias de cooperación en áreas de interés, común como respuesta a desastres naturales, cambio climático y ciberseguridad”.  No hubo más detalles. Conviene aclarar que Argentina y EEUU mantienen una importante cooperación en el área castrense que se enmarca en 22 Vinculaciones Bilaterales, 15 Acuerdos, 5 Mecanismos, 1 Convenio de Organismos Científicos Tecnológicos de la Defensa y un Convenio de la Universidad de la Defensa.

Acuerdo Hidrovía Paraná – Paraguay

El pacto fue rubricado por parte argentina por el interventor de la AGP (Agencia general portuaria), Gastón Benvenuto, el secretario de Empresas y Sociedades del Estado de la Jefatura de Gabinete de la Nación, Mauricio González Botto y por parte estadounidense por el embajador de Estados Unidos, Marc Stanley, y el representante del USACE (Cuerpo de Ingenieros estadounidense), Adrien McConnell.

Es un tema de la agenda del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca como enclave estratégico, el corredor es fundamental para el tránsito de exportaciones agrícolas de Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil y Bolivia.

Un estudio de mayo de 2022, del Eno Center for Transportation de Washington señaló ese interés. “Debe observar detenidamente el desarrollo de corredores fluviales de carga de otras naciones particularmente chinas con miras a la competitivas económica y seguridad nacional”, señala. “Si bien el tráfico de cargas es relativamente bajo, el posible desarrollo en los ríos Amazonas y Paraná-Paraguay representa amenazas significativas para la competitividad de costos de exportadores estadounidenses”. El ejercicio efectivo de la hegemonía requiere estar dispuesto a no omitir oportunidades.

La Región Cono Sur del Comando Sur (SOUTHCOM) comprende a Paraguay, Brasil, Argentina, Uruguay y Chile. El control de la región constituye la llave para asegurar la hegemonía en América del Sur, pero no en términos coloniales antiguos de asedio que implicaba el despliegue de una gran cantidad de tropas, modernamente se asegura una respuesta rápida en caso de crisis de la hegemonía, con instalaciones en puntos estratégicos preestablecidos.

Primero fue Paraguay

En la geoestrategia americana, Paraguay constituye en pivote de eventuales intervenciones militares para el caso de desestabilización política en la subregión.

La Base aérea de Mariscal Estigarribia construida por técnicos estadounidenses en los años 80, desde mayo de 2005, Paraguay cedió a EEUU el uso de la base. Situada en el Chaco paraguayo, en la provincia de Boquerón al noreste de la ciudad de Asunción ubicada sobre la ruta transchaco, a 250 kms de la frontera boliviana y muy cerca de la Triple Frontera. Tiene una pista de 3,8 kms donde pueden aterrizar aviones B-52, C-130 Hércules y C-5 Galaxy, preparados para transportar grandes cantidades de tropas y armamentos, las fuerzas norteamericanas están a una hora y media de La Paz, una hora y media de San Pablo, dos horas de Santiago, una hora y media de Buenos Aires.

El 6 de septiembre 2022 el embajador norteamericano en Asunción, Marc Ostfield, anunció con un tuit un Plan Maestro para la Hidrovía Paraná-Paraguay con colaboración del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos para “estudiar comportamiento y navegabilidad del río” sobre territorio paraguayo.

Al respecto el diputado nacional por Chaco, Juan Manuel Pedrini señaló: «Todos sabemos que una de las excusas que usa EEUU para desembarcar en los países, si no es la ayuda humanitaria, es la lucha contra el narcotráfico”

El Plan Maestro Integral de Navegabilidad que no solo significa el dragado y canalización de parte del río, sino también afecta a la infraestructura portuaria, despertó alarmas en Argentina y rechazo de los gobernadores del Norte Grande, en la Cámara de Diputados se presentó un proyecto de resolución con la firma de 18 diputados a la Comisión de Relaciones Exteriores en el que se expresaba “preocupación y rechazo ante la posible presencia militar de EEUU en el sector paraguayo de la Hidrovía Paraná-Paraguay, por amenazar la Seguridad Nacional y desequilibrar las relaciones de Defensa entre los países integrantes del Mercosur” y añadía: “La presencia militar del gobierno de EEUU en nuestra Hidrovía Paraná-Paraguay compromete la seguridad de los estados ribereños y convierten a la región en escenario de conflictos ajenos”.

La Hidrovía del lado argentino

El acuerdo, que no ha sido sometido a consideración del Congreso Argentino, ha despertado preocupaciones en distintos sectores de la sociedad, principalmente por las implicaciones que podría tener sobre la soberanía nacional y el impacto ambiental.

La voz de alerta saltó, las reacciones no se han hecho esperar. “In dubio pro natura e in dubio pro aqua”, organizaciones ambientalistas argentinas incluyendo la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas y el Colectivo de Acción por la Justicia Ecosocial han exigido transparencia sobre el Acuerdo.

Jorge Daneri, abogado especialista en Derecho Ambiental declaró: : ”Pedimos a la Cancillería Argentina para saber de qué se trata. Necesitamos acceder a la información oficial. En la comunicación oficial se dice del ejército de Estados unidos. Nuestro objetivo es hacer consideraciones con la información que debería estar publicada y no está. Por eso iniciamos camino de acceso a la información pública” y añadió:

nos genera una profunda preocupación el espacio, Fuerzas Armadas del Norte vengan con estas ideas de artificialización de nuestros ríos, sin respetar los funcionamientos milenarios y ecológicos de la Cuenca del Plata

Dirigentes opositores manifestaron su preocupación por la falta de transparencia y la pérdida de soberanía que implica dicho acuerdo, el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, liderado por Axel Kicillof, hizo un pedido formal de explicaciones a la Autoridad General de Puertos (AGP) respecto a la reciente firma del memorándum,

el diputado santafesino Eduardo Toniolli denunció que:

no se ha presentado una solicitud de autorización ante el Congreso de la Nación para el ingreso de tropas extranjeras a nuestro país, tal como lo establece la Ley 25.880”.

Y viene de antiguo en Argentina

Dentro de los nuevos conceptos ‘flexibles’ del Pentágono sobre bases militares, hay un borde difuso en las actividades militares y civiles. Opera con dos clases: Las bases al “descubierto” operan a la luz del día, las “encubiertas” se esconden detrás de centros de ayuda humanitaria o en instalaciones cercanas a algún aeropuerto.

El Comando Sur en el Chaco

Para llevar a cabo su tarea de penetración son necesarios cipayos[1] nacionales. En abril de 2006, la provincia del Chaco había sido designada por el Ministerio del Interior, el peronista Aníbal Fernández para realizar el “Programa de Fortalecimiento del Sistema Provincial de Emergencias mediante un convenio bilateral con EEUU a través del Comando Sur y la embajada  norteamericana. La provincia fue elegida por “las frecuentes situaciones de emergencia hidrometeorológicas”. Considerado como un aporte a los programas sociales del gobierno, tal como había hecho EEUU con anterioridad en Ecuador, Honduras, Costa Rica, Paraguay y Colombia.

En 2011 el Consejero de la Embajada norteamericana en Argentina, Jefferson Brown y el coronel Edwin Passmore, agregado militar del Comando Sur amparándose en el convenio de 2006 visitaron el Chaco y lo intentaron por la puerta de servicio, mediante el acuerdo con el gobernador de la provincia del Chaco, Jorge Capitanich.

Un desastre humanitario de las comunidades indígenas no habilitaba la venida de una organización militar extranjera, sobre todo teniendo en cuenta que la Organización Panamericana de la Salud ya trabajaba en la zona. Cancillería y el Ministerio de Defensa argentino reaccionaron y cancelaron el acuerdo a tiempo.

 El proyecto había sido presentado públicamente por Capitanich como un “centro de ayuda humanitaria” para hacer frente a catástrofes naturales o epidemias. El sitio elegido para su emplazamiento era el aeropuerto de Resistencia, capital de la provincia. Dicho aeropuerto es apto para aterrizar aviones militares con cargas pesadas, como los C-130 Hércules, C-17 Globemaster III y C-5 Galaxy norteamericanos (igual que el paraguayo de Mariscal Estigarribia). Se asegurarían el monitoreo y control satelital de toda la región ubicada cerca de la Triple Frontera entre Argentina, Paraguay y Brasil, y además sobre el codiciado Acuífero Guaraní, la cuarta reserva de agua subterránea del mundo, que comparten Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

Gabriel Fuks  lo explica de manera terminante la modalidad de penetración militar a través de «Centros de Operaciones de Emergencia Regional», que no dejan de ser bases militares encubiertas o informales: “El principio consiste en evitar, bajo el paraguas de las urgencias humanitarias, la injerencia de potencias militares extranjeras. Con la imagen humanitaria muchas veces se enmascaran políticas de intervención. No es algo nuevo. Se suele usar lo humanitario, como Caballo de Troya, para establecer otra relación.”


[1] En Argentina se utiliza con referencia al individuo que, por sus actos, beneficia a los intereses de las políticas foráneas.

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