Después de que todos los grandes grupos de comunicación hablasen de una posible desaparición de la tenista, e incluso insinuasen que había sido asesinada, Peng Shuai reapareció en su cuenta de We Chat y en eventos deportivos de tenis con absoluta normalidad y ajena a la polémica.
Así se gestó la farsa
Todo empezó cuando la tenista Peng Shuai acusó al ex Vicepresidente de China, Zhang Gaoli, de violación. Los medios se hicieron eco de la noticia, aprovechando el condenable suceso para hacer campaña contra el Gobierno de China y el PCCh.
Pronto la WTA (Women’s Tennis Associaton) decidió dar un carácter oficial a la profecía autocumplida de los medios en el siguiente tuit:
La propaganda se extiende
Grandes figuras del mundo del tenis, como Serena Williams, se suman a lo que parece más un burdo acto de propaganda de Guerra Fría que a una preocupación real. Dejan ver declaraciones como estas, haciendo que el occidente capitalista se sume al revuelo de la desaparición de Peng Shuai:
Las evidencias de la manipulación
Amigos de Peng Shuai, solicitaban al Presidente de la WTA que, antes de insinuar ningún tipo de desaparición, intentase al menos ponerse en contacto con la tenista por los cauces habituales (llamada o redes sociales).
Incluso la propia tenista se dejó ver rodeada de sus peluches y su gato en la red social más popular en el país asiático «We Chat», con una clara intención de desmentir todos los rumores que habían corrido acerca de ella.
Más tarde la hemos podido ver cenando con amigos e incluso en un evento de tenis rodeada de gente en el que, para quienes cuestionan que las imágenes sean actuales, se puede ver un letrero con la fecha de hoy.
Los medios y quienes quieren seguir sirviendo a la propaganda estadounidense en esta nueva campaña de Guerra Fría, lejos de retractarse, han seguido solicitando más pruebas de vida de la tenista. En primer lugar, denota un ejemplo de paternalismo inimaginable para cualquier ciudadano de cualquier otro país.
¿Es lógico solicitar a ningún ciudadano que demuestre que sigue con vida ante acusaciones infundadas? ¿No debe recaer la carga de la prueba en quienes vierten este tipo de acusaciones?
La represión de la que tenemos evidencias
Mientras todo esto ocurre, el periodista Julian Assange lleva 2 años y medio encerrado en una prisión en Reino Unido en medio de un proceso legal y una pugna con EEUU para su extradición a este país.
La ONU ha denunciado que hay un sistema para asesinar al hacker y su defensa ha alertado del grave deterioro que sufre su estado de salud tanto física como mental.