Los retos económicos de la UE en 2024

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Tras una sólida expansión económica post pandemia en 2021 y 2022, la economía de la Unión Europea perdió impulso en 2023. El PIB de la UE sólo creció 0,5% el año pasado, mientras que EEUU lo hizo a un ritmo del 2,5%

La UE arrastra el lastre de varios factores desde hace tiempo que frenan su crecimiento económico. Los europeos se enfrentan a una nueva realidad económica que no habían experimentado en décadas a medida que ven desvanecerse su poder adquisitivo.

Con el gasto de consumo en caída libre, Europa entró en recesión a principios de año, reforzando una sensación de relativo declive económico, político y militar que comenzó a principios del siglo XXI.

La fiesta va por barrios, en toda Alemania, el consumo de carne y leche ha caído al nivel más bajo en tres décadas y el mercado de alimentos orgánicos, que alguna vez estuvo en auge, se ha derrumbado, los hogares españoles escatiman en algo sagrado, el aceite de oliva. Los franceses comen menos foie gras y beben menos vino tinto. Se insta a los finlandeses a utilizar las saunas en los días de viento, cuando la energía es menos costosa. En Italia, en 2023 hubo reunión de crisis sobre los precios del alimento básico favorito, la pasta.

Fabio Balboni, economista de HSBC Holdings Plc confirma que:“La economía de la eurozona se estancó durante los últimos tres meses de 2023 al registrar una tasa de crecimiento del 0%, según datos del PIB” . Los beneficios económicos son cosa del pasado, pero los costos financieros son del futuro”, añadió.

El ministro de Asuntos Exteriores de Hungría, Peter Szijjarto, declaró que: «Si consideramos que, en política, a una persona se le juzga por sus resultados, entonces creo que el certificado de la señora Von der Leyen al final de su mandato puede mostrar calificaciones nada excelentes. En Europa, desde el punto de vista económico y de seguridad, la situación es mucho peor que cuando ella llegó al poder«.

Del crecimiento post pandemia a la estanflación

En los últimos dos años la economía europea no ha crecido, ampliando la divergencia respecto a EEUU. La economía americana registra un nuevo récord y ya se encuentra un 15% por encima de los niveles pre-Covid, mientras que Europa no crece hace dos años y sólo está 5% arriba del nivel pre pandemia. La economía en 2024 seguirá siendo débil en la eurozona, sufrirá el endurecimiento de las condiciones de financiación, una escasa demanda externa y riesgos geopolíticos que la envuelven en un alto grado de incertidumbre.

Formalmente, se determina que existe una “recesión” cuando el PIB (Producto Interior Bruto) decrece durante dos trimestres consecutivos, que supone el empobrecimiento real de amplias capas sociales.

Cuando la recesión llega acompañada de alta inflación, el proceso recibe el nombre de “estanflación”, la peor pesadilla de las principales economías capitalistas, es decir, un crecimiento bajo o nulo (descenso del PIB) junto con tasas de inflación altas o en aumento.

Otro factor de demora será que habrá que esperar hasta junio a que se lleven a cabo las elecciones de eurodiputados que renovarán los liderazgos clave de la UE: la Comisión Europea y el Consejo Europeo. Al estar todos los países inmersos en campañas electorales, se retrasarán los planes de ajuste fiscal complementario.

Alemania en recesión

La mayor economía de Europa se contrajo un 0,3% en el último trimestre de 2023, después de dos trimestres consecutivos de crecimiento plano, lo que llevó la cifra de contracción anual al 0,3%. La desaceleración está impulsada por la débil demanda extranjera de productos alemanes, combinada con el bajo gasto de los consumidores internos.

La economía de Alemania, un “miembro enfermo de la Unión Europea”, está en realidad en recesión. Se espera un crecimiento cero durante el año en curso. Su industria se ha convertido en un lastre, la demanda es baja y un mundo en proceso de desglobalización la ha privado de factores de desarrollo como exportaciones chinas baratas, gas ruso barato y garantías de seguridad confiables de Estados Unidos.

Italia. Giancarlo Giorgetti, Ministro de Finanzas de Italia prevé que la economía del país se expandirá un modesto 1% este año, el ritmo más rápido previsto para las tres economías más grandes de la región del euro.

Sin embargo, el motor del crecimiento fue el dudoso programa estatal «Superbonus», un incentivo fiscal para la renovación de viviendas respetuosa con el medio ambiente por un importe del 110% de su coste, que provocó un aumento único en la inversión en construcción residencial. El programa ha requerido grandes gastos presupuestarios y ha supuesto un duro golpe para las finanzas públicas de Italia, con un déficit presupuestario que saltó al 7,2% el año pasado. Sin inyecciones tan dolorosas, la economía italiana también caerá, afirma Bloomberg.

Francia estancada al borde de la recesión.

Como ocurrió de julio a septiembre, el PIB de Francia se mantuvo sin cambios en los últimos tres meses de 2023. El crecimiento para todo el año fue de un decepcionante 0,9%, por debajo de la cifra del 6,4% de 2021 y de la tasa del 2,5% observada en 2022.

El déficit presupuestario de Francia se está escapando del control del gobierno, socavando la credibilidad del presidente Emmanuel Macron como reformador económico capaz de resolver los desafíos fiscales del país informa Bloomberg.

La brecha entre los ingresos y gastos presupuestarios de Francia se amplió al 5,5% de la producción económica en 2023 desde el 4,8% del año anterior, superando con creces el objetivo del gobierno del 4,9%. ️La razón fue una fuerte desaceleración en el crecimiento de los ingresos fiscales a medida que la segunda economía más grande de la eurozona se estanca. Al mismo tiempo, la tasa de crecimiento de los gastos se mantuvo en el mismo nivel.

La eficacia de las medidas gubernamentales para restaurar gradualmente las finanzas, apoyándose en reformas que promuevan el crecimiento económico, como flexibilizar las leyes laborales o aumentar la edad de jubilación, es cosa del pasado. El fracaso de la política fiscal en 2023 en medio de la crisis energética no nos permitirá evitar dolorosas medidas de austeridad o subidas de impuestos que perjudican a empresas y hogares.

El Ministerio de Finanzas francés ya anunció en febrero un ahorro de 10.000 millones de euros para intentar alcanzar su objetivo de déficit del 4,4%. El presupuesto de 2025 requerirá al menos otros 20.000 millones de euros

Durante 40 años, nunca ha habido un momento adecuado para controlar mejor el gasto público. Estamos transmitiendo silenciosamente una posible bomba de tiempo a las generaciones futuras”, afirmó el gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Gallo.

Un sombrío futuro

A mediados de febrero, Euronews informaba que el repunte esperado en 2024 será menor que el proyectado hace tres meses. La Comisión destaca que se vislumbra un resurgimiento gradual pero en la segunda mitad de 2024, impulsado por la disminución de las presiones inflacionistas, el aumento previsto de los salarios reales y la solidez del mercado laboral, que estimulará el gasto de los consumidores. Aún así se espera que la actividad económica se expanda un 1,7% en la UE en 2025.

Tras dos años de inflación elevada, las presiones sobre los precios al consumo parecen seguir por fin una tendencia a la baja en Europa. Se prevé que la inflación disminuya más rápidamente de lo previsto. El IAPC (Índice Armonizado de Precios de Consumo) de la UE disminuirá rápidamente, pasando del 6,3% en 2023 al 3% en 2024, y al 2,5% en 2025.

Esencialmente los talones de Aquiles de la economía europea son:

1- Las altas tasas de interés, la baja demanda externa y las tensiones geopolíticas del conflicto militar de Ucrania son algunos de los factores clave que obstaculizan el crecimiento de la eurozona.

2- El coste y el suministro de energía siguen preocupando mucho a las grandes empresas industriales. Bernard Delvaux, Director General de Etex, multinacional con sede en Bélgica indica: “La energía cuesta dos o tres veces más que hace dos años, [lo que es] mucho más cara que en EEUU, mucho más cara que en China, mucho más cara que en el Magreb. Entonces, ¿por qué no producir en estos países?.…. Lo que vemos es que la producción en Europa es cada vez más cara”

3- Las cadenas de suministro dependen en gran medida de China para una amplia gama de materiales. Actualmente pieza fundamental del rompecabezas de la ‘energía verde’ en la UE hacia sus objetivos de cero emisiones netas. El bloque comunitario depende casi en su totalidad de Pekín, entre un 98 % y un 100 %, para el suministro de materias primas minerales como el litio, el magnesio, el cobalto y el manganeso, elementos químicos esenciales para los fabricantes de las industrias tecnológica y de defensa.

Además China controla el 37 % de las reservas mundiales de las denominadas ‘tierras raras’,  aunque estos minerales no se extraen en China, se envían allí para su procesamiento, y son esenciales para producir baterías, turbinas eólicas y paneles solares.

Según Eurostat, el déficit comercial de la UE con China se situó en 36.000 millones de euros en septiembre de 2023, antes de descender a 27.400 millones de euros en diciembre de 2022. Sin embargo, este déficit comercial era notablemente inferior en enero de 2021; se cifraba en 14.600 millones de euros.

4. Las tensiones geopolíticas derivadas del conflicto militar de Ucrania le supone al bloque europeo un fuerte esfuerzo para ayudar a financiar un mayor gasto en defensa impulsado por la cúpula de la Comisión Europea. Los errores de los propios responsables políticos europeos en ese ámbito «podrían agravar mucho los daños”.

¿Y si gana Trump en noviembre?

Según The Economist, Trump tiene fijación con las balanzas comerciales bilaterales, pues bien 20 Estados miembros de la UE tienen con EEUU superávit en el comercio de bienes. La última vez que Trump ocupó el cargo, impuso aranceles a las importaciones de acero y aluminio, incluidas las procedentes de Europa, lo que llevó a la UE a tomar represalias contra las motocicletas y el whisky, hasta que Biden llegó a una tregua en 2021. Hoy, Trump amenaza con imponer un arancel general del 10% a todas las importaciones; sus asesores hablan de ir más lejos. Al equipo de Trumple le saca de quicio (it makes my blood boil)  los gravámenes digitales de la UE, el impuesto fronterizo sobre el carbono y los impuestos sobre el valor añadido.

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