Antonio Gil
A pesar de las numerosas denuncias presentadas, de las movilizaciones las jornaleras del campo onubense siguen enfrentando unas condiciones de trabajo muy precarias; siguen produciéndose accidentes de trabajo que son ignorados y sigue la falta de unas condiciones básicas de vida, como un lugar habitable donde residir durante la campaña.
La economía onubense depende en gran medida del sector agrícola, en el que hay registradas unas 1.300 empresas productoras en las que encuentra ocupación una mano de obra principalmente femenina de unas 14.000 trabajadoras, la mayoría de Marruecos.
Desde Jornaleras de Huelva en Lucha se han denunciado los incumplimientos del convenio en diferentes materias. Con respecto a la cuestión salarial, muchas empresas ni siquiera pagan el Salario Mínimo Interprofesional. Otro incumplimiento se produce con las clases de integración social para que las jornaleras aprendan español, clases que no se realizan, lo que supone una barrera lingüística para las trabajadoras extranjeras y una obvia ventaja para las empresas a la hora de engañar a las trabajadoras. Tampoco se ofrecen unas condiciones de habitabilidad mínimas a las trabajadoras, con alojamientos en las fincas que carecen en ocasiones incluso de agua potable.
Desde esta organización han denunciado que, en esta lucha por los derechos de las trabajadoras, han de enfrentarse no solo a la patronal, sino a los propios sindicatos. A este respecto, las tablas salariales para 2024 firmadas por la patronal ASAJA y el sindicato CCOO recogen un complemento específico para que el salario real se iguale al SMI, algo que sería innecesario teniendo en cuenta que cualquier pago de un salario base por debajo del SMI es una infracción de la legislación.
En cuanto a las horas extras, también recoge un precio inferior por la primera que por las sucesivas, incrementándose por tanto un 25% y un 75% respectivamente, cuando en el convenio anterior eran al 75% siempre. Otro tanto ocurre con el complemento de “indemnización de camino”, un plus de transporte que pasó de ser por distancias superiores a 2 kilómetros desde la residencia al tajo a ser por distancias superiores a 6 kilómetros, y solo hasta el núcleo urbano. Para terminar, el descanso durante la jornada laboral se ha reducido a quince minutos.
Desde CCOO se justificaron estas cesiones a la patronal en que “el convenio colectivo del campo no lo cumplía ni el Tato y lo que hemos pactado es un texto que sí se vaya a cumplir”. Como se podía suponer, no está ocurriendo así, y las empresas siguen cometiendo todo tipo de irregularidades y tropelías contra las trabajadoras.
