El Estado Islámico reivindica un brutal atentado en Moscú que ha dejado un número, todavía indeterminado de víctimas mortales, en lo que sería ya uno de los mayores ataques terroristas de la Historia en suelo europeo. Según las informaciones, todavía confusas, hasta media decena de hombres vestidos de camuflaje han disparado con armas automáticas en la tarde de este viernes contra los asistentes a un concierto en la sala Crocus City Hall.
Al menos cuarenta muertos, según las agencias, es el saldo del atentado, cuyos perpetrados además han querido aumentar con un incendio que a estas horas debasta el centro de ocio.
El crimen señala en estos momentos a Occidente, pues Estados Unidos y el Reino Unido, publicaron, como si de una «profecia» se tratase, hace sólo dos semanas, una alerta sobre posibles ataques terroristas en Rusia.
Kiev niega la autoría que asumen los terroristas de ISIS y señalan una estrambótica teoría, según la cual, sería el propio gobierno de Vladimir Putin quien estaría detrás del atentado.
