La legislación y la práctica judicial buscan, de cada vez más, el blindaje ante las empresas de las mujeres trabajadoras que queden embarazadas.
Pero los derechos de los padres, son más desconocidos, en su normativa y en la repercusión en la vida familiar y profesional.
En una sentencia en un Juzgado de lo Social de Salamanca se declara la improcedencia del despido del padre dos meses antes del nacimiento del hijo.
Según los hechos probados, el nueve de junio de 2023 recibió la carta de despido, en la que “se justifica la decisión por una disminución continuada y voluntaria en el rendimiento de trabajo normal”.
Dos meses después del despido nació su hijo, el trabajador acudió a la Administración de Justicia para determinar la nulidad del despido, al considerar que el motivo real no era la disminución del rendimiento, sino el embarazo de su mujer y su derecho a disfrutar de un permiso de 36 semanas.
El artículo 55.5 ET alega que el despido será nulo en el caso de que se produzca durante el periodo de suspensión del contrato por nacimiento de hijo, o bien durante el disfrute de permiso parental. No obstante, la sentencia afirma que el Estatuto de Trabajadores sólo contempla esta protección durante la baja de paternidad. Algo que no fue subsumible en el caso de este trabajador.
«Lo que protege y/o sanciona con la nulidad es el despido durante el permiso y después del disfrute de éste», manifiesta el Juzgador. Así pues, «no establece nulidad cuando el despido se produce con anterioridad».
Concluyendo, el Juzgado, no admitió la nulidad, pero sí la improcedencia del despido, estableciendo que la empresa no había acreditado el incumplimiento imputado al actor en la carta de despido.
Esta sentencia acuerda que, en función del momento del embarazo, el despido del padre podrá declararse nulo o improcedente. Para su declaración de nulidad el despido debe producirse después del nacimiento del menor. Antes del nacimiento, pues, el despido sería susceptible de improcedencia.
