Por Pilar Aguilar Carrasco, Presidenta del Partido Feministas Al Congreso (PFAC)
Habréis observado que, aunque faltan meses para las europeas, ya andan enloquecidos haciendo campaña.
Consigna: “Hay que captar votos de donde sea y como sea, sin miramientos. Despliegue general. Todo vale”.
Así, mandan a Diana Morant, ministra, nada menos, que de Ciencia, Innovación y Universidades al ¡BenidormFest!
Y que conste: si Morant acudiera por placer, como persona privada, no habría nada que objetar. Nada que objetar, aunque a algunas nos asombrara esa esquizofrenia bipolar (no sé si la esquizofrenia bipolar existe): ser ministra de “lo más de lo más” por el día, y, luego, por las noches, hincha de eventos de ese estilo” (observad que digo “de ese estilo”, sin calificarlo, para no herir susceptibilidades).
Pero no, acude al BenidormFest en razón de su cargo, como máxima responsable de Ciencia, Innovación y Universidades. Ea (decimos en Jaén)…
Por su parte, Yolanda Díaz se ha ido a babosear al Papa. A babosear porque no creo que haya ido a decirle: “Mire, usted, Francisco, se acabó lo que se daba: España no puede ni debe seguir regalando más de 13.000 millones anuales a una organización religiosa, ni permitir que se impartan mitologías acientíficas en los centros educativos, ni consentir que ustedes no respeten el Artículo 14 de la Constitución española que prohíbe discriminar por sexos, de modo que, o abren el sacerdocio para las mujeres o tendremos que ilegalizarlos por anticonstitucionales”.
No, no creo que le haya dicho eso al “Vicario de Cristo”.
Y repito como con Morant: si Yolanda Díaz es ferviente católica, allá ella. En privado que rece y adore a Ala, a Buda, a Jesús, a Jehová, a Vishnú o a quien considere. Pero, como vicepresidenta, no puede ni debe hacerle visitas de peloteo al “Sumo Pontífice”.
Me asquean. Ahora bien, lo que me saca de mis casillas es cuando hacen lo mismo con los problemas de las mujeres.
El País, periódico tendencia PSOE, después de años de trans, trans, trans, ratatrans, ha empezado a publicar noticias sobre mujeres: así en estos últimos días, recordó que hay 12 millones de niñas y adolescentes obligadas a casarse o que un ‘ertzaina’ ha sido condenado por abusar de una víctima de violencia machista o que cinco “presuntos” delincuentes han agredido sexualmente a dos menores. El País ha moderado, pues, la monotemática publicidad que venía haciendo sobre los super-hiper-macro-discriminados trans…
Bueno está que recuerden que existimos pero sabemos que los partidos pactaron que “lo de las mujeres se quede como está”. No darán un solo paso con enjundia a favor de la agenda feminista.
Aunque, por supuesto, sí intentarán embaucarnos usando palabrería y gestos vacuos.
La consigna electoral es lanzar frases rimbombantes que a nada comprometen. Así Urtasun, ministro de Cultura, declaró que su ministerio defenderá a las mujeres agredidas. Preguntamos: “¿Cómo, guapo, cómo? Concreta, que eso es lo que nos interesa”.
La ínclita Yolanda Díaz, por su parte, roza lo absurdo: “Este país está harto de violencias machistas”. A punto estuvo de añadir: “Ya va siendo hora de que el gobierno haga algo”. Pero recordó que ella es vicepresidenta y así logró contener el populismo oportunista que con tanta naturalidad le brota.
El presidente, más astuto, amaga con la pornografía, sabiendo perfectamente que el amago quedará en nada…
Sánchez visita, además, la exposición “Maestras”, celebra la «genialidad de muchas artistas» y lamenta que no hayan sido suficientemente reconocidas ¿Y cómo sabe él que pintores reconocidísimos como Velázquez o Goya o El Greco, por ejemplo, no se sentían (y, si se sentían, eran) mujeres?
Y así estaremos, queridas amigas, hasta las elecciones…
Yo dudo que los y las fans de Nebulossa, St. Pedro, Jorge González, Angy Fernández et allii, digan: “Ver a Morant en el BenidormFest me ha emocionado. Votaré al PSOE”.
También dudo de que los católicos, conmovidos por la devoción de Díaz al “Santo Padre”, decidan votar a Sumar.
Lo dudo porque me cuesta creer que los seres humanos seamos tan tontainas. Pero los partidos sí lo creen.
Yo, desde luego, espero que las mujeres no se dejen embaucar. Que cada vez que estos desvergonzados suelten: “Feminismo, blablablá, derechos de las mujeres, blablablá, violencia machista, blablablá”, les recuerden: “Ley abolicionista, prohibición radical de los vientres de alquiler, revisión de los fallos y carencias de la actual ley contra la violencia hacia las mujeres, cambios significativos en el sistema escolar y los currículos para fortalecer e implementar la educación en igualdad, mejora sustancial de la atención sanitaria de las mujeres, medidas que acaben con el subempleo y la pobreza femeninas, derogación de la Ley Trans… Eso, por lo menos. Palabrerías, ni una. Con mi voto no contéis”.
Y, por supuesto, yo y muchas otras haremos todo lo que podamos por desenmascarar a estas pandas de cínicos.
