En estos momentos, la comunidad aragonesa disfruta de las mejores cifras de paro y empleo de los últimos 15 años. Sin embargo, a pesar de esto, las pugnas entre trabajadores y empresas se han incrementado casi un 15% en lo que va de año, según el balance provisional del Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA). La principal causa de este aumento de la conflictividad laboral radica en el crecimiento del número de trabajadores despedidos con contrato indefinido.
Estas circunstancias supondrían para el organismo aragonés alcanzar su record de mediaciones en toda su historia, superando al año 2013 en plena crisis consecuencia de la burbuja inmobiliaria. Según su directora, a día de hoy se han superado los 8.000 expedientes, y se prevé, dada la conflictividad de diciembre, que se alcancen los 10.000.
En cuanto a los motivos de la rescisión de los contratos, se dispara un 30% el despido disciplinario. Desde la reforma laboral, que puso coto a la temporalidad, las empresas están recurriendo más que nunca a esta modalidad, en la que el trabajador no tiene derecho a indemnización.
La directora del SAMA apunta que, por un lado, las empresas tienden en general a tener “escasa previsión” en cuanto al volumen de producción al que se van a enfrentar. Otras dos de las razones del aumento de conflictividad que argumenta son, en primer lugar, el despido de trabajadores con “escasa antigüedad”, al no haberse tocado el precio del despido, y al no llamamiento de trabajadores fijos – discontinuos.
En cuanto al número de mediaciones en conflictos colectivos, han disminuido en un 13%. Casi la mitad de estos conflictos han sido causados por huelgas, siendo la más destacada en Aragón la del transporte público de Zaragoza.
